< Previous18 TEXTUAL encuentro E L C ARRIL U NODELAESTRATEGIAANTICUBANA de Estados Unidos es el bloqueo, que busca la asfixia económica. El carril Dos es la subver- sión interna, para corroernos sutilmente por dentro. Ambos se complementan. Lo primero que los revolucionarios debe- mos entender es que la adopción de la Ley Helms-Burton, que intensifica demencial- mente el Carril Uno, no significa que el ene- migo liquide el Carril Dos. Los intentos por sembrar la confusión, la falta de fe y la discor- dia y fragmentar al pueblo cubano, con vistas a crear descontento, resistencia pacífica, eventualmente desordenes que ofrezcan a los círculos más extremistas yanquis pretextos pa- ra acciones militares, lejos de disminuir, se acrecentarán. El enemigo buscará nuevas vías de penetración y el uso mayor de aquellas ya establecidas, desde Europa y distintos puntos de nuestro Continente. En armonía con lo dicho, el enemigo no oculta su propósito de utilizar a una parte de las llamadas Organizaciones No Guberna- mentales ( ONG s), desarrolladas en Cuba du- rante los últimos tiempos, para con ese Caba- llo de Troya fomentar aquí la división y la subversión, y el manto teórico que emplean es presentarlas como integrantes de la socie- dad civil, tal y como la interpretan personajes como el consejero de la Casa Blanca para asuntos cubanos, Richard Nuccio. Tal concepción ha sido expresada muy claramente por intelectuales que están al ser- vicio del Gobierno estadounidense, como por ejemplo uno que escribió el libro Cuba: Crisis y Transición, publicado por la Universidad de Miami. El libro muestra el diseño de una nueva es- trategia contrarrevolucionaria, fue escrito cuando ya se vislumbraba la desaparición de la Unión Soviética y en Miami se lanzaba el grito de preparar las maletas para regresar a Cuba. La obra caracteriza a su manera la sociedad civil cubana como algo que no tiene nada que ver con el Estado, al que puede llegar a opo- nerse y destruir, y que está conformada por in- contables grupos con intereses afines y objeti- vos comunes entre los que el autor enumera, como ejemplos, a filatelistas, practicantes de yo- ga, jugadores de baloncesto, pintores, músicos, estudiosos de santería y hasta del sistema legal de Namibia, porque -subraya el autor- son váli- dos “cualquier interés y cualquier excusa para agruparse independientemente del Estado” En otra parte del libro, y en completa sin- tonía con lo dicho por el Presidente y otros altos funcionarios del gobierno de Washing- ton, se manifiesta lo siguiente: “Este desarro- llo de la sociedad civil interna conlleva una comunicación y comunión con la comunidad exiliada con la intención de lograr confianza, reducir resquemores y darse ayuda y apoyo mutuo. Desde luego que todo esto tiene que ser una actividad pacífica, no conspirativa, ni ilegal, no se trata de derrumbar el castrismo en un día, sino de transformarlo día a día”. Fragmento del informe del Buró Político, presentado por Raúl Castro, y aprobado en el V Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, celebrado en La Habana el 23 de marzo de 1996 (Tomado del periódico Granma, 27 de marzo de 1996)19 TEXTUAL encuentro Al exponer cómo concibe el paso de esas teorías a la práctica, la obra enumera la resis- tencia cívica, la desobediencia civil (no pagar impuestos, protestar por todo y para todo) y finalmente el estallido social, que podría de- sembocar en una agresión estadounidense con pretextos aparentemente más válidos que los que defienden elementos de la contrarre- volución externa. Para nosotros, la sociedad civil no es la que refieren en Estados Unidos, sino la nues- tra, la sociedad civil socialista cubana que com- ponen nuestras potentes organizaciones de masas ( CTC , CDR , FMC , ANP , FEU , FEEM e inclusive los pioneros), las sociales, que como es sabido agrupan entre otros a los combatientes de la Revolución, a economistas, juristas, periodis- tas, artistas y escritores, etc., así como tras ONG s que actúan dentro de la legalidad y no preten- den socavar el sistema económico, político y social libremente escogido por nuestro pue- blo, a la vez que aún cuando tienen su perso- nalidad propia e incluso su lenguaje específi- co, junto al Estado revolucionario persiguen el objetivo común de construir el socialismo. También en el mundo existen muchas ONG s que no responden a los enemigos de los pueblos, entre ellas un número importante que alientan acciones solidarias con Cuba, respetan su independencia, su identidad na- cional y su camino socialista. Un símbolo de ello son los admirables y heroicos Pastores por la Paz, una de esas ONG s que representan lo mejor del pueblo nortea- mericano, al cual el pueblo cubano dispensa una sincera amistad. Pero pecaríamos de tontos si desconocié- ramos la manipulación que se hace a través de otras supuestas ONG s por quienes tienen como único propósito esclavizar de nuevo a nuestro país, y convertirlo en un Puerto Rico todavía más dependiente. Y ellas buscan y rebuscan contrapartidas dentro de Cuba para practicar la injerencia en nuestros asuntos internos. Hay que decir que hemos sido lentos para analizar con profundidad esas maniobras y actuar en consecuencia. Comenzaremos por exponer la situación en los Centros de Estudio adscriptos al Comi- té Central del Partido. En 1976 se comenza- ron a crear, lo que estaba y está justificado. Pe- ro sin que reaccionáramos a tiempo, dando un paso hoy y otro mañana, en que se entre- mezclan ingenuidad con pedantería, abando- no de principios clasistas con la tentación de viajar y editar artículos y libros al gusto de quienes pueden financiarlos, diversos compa- ñeros fueron cayendo en la tela de araña urdi- da por los cubanólogos extranjeros, en verdad servidores de Estados Unidos en su política de fomentar el quintacolumnismo. Así ha ocurri- do con el Centro de Estudios de América. Por supuesto, debemos distinguir, y lo hacemos en dicho Centro y en todas partes entre el investi- gador cubano que puede pensar de modo di- ferente al vigente en torno a cualquier asunto, pero desde posiciones desde el socialismo, y en los marcos apropiados para ellos, de aquel que de hecho se ha vuelto un cubanólogo con ciudadanía cubana y hasta con el carné del Partido, divulgando sus posiciones con la complacencia de nuestros enemigos. Tampoco podemos confundir al amigo ex- tranjero o al que no siéndolo respeta nuestra soberanía, con el fabricante de estratagemas para espiarnos, ver las posibilidades de reclu- tamientos, y de difundir plataformas ideológi- cas a favor de la transición al capitalismo. En los ámbitos universitarios, el cine, de la radio y la TV , de la cultura en general, están presentes ambos tipos de conducta: la vincula- da a la fidelidad a nuestro pueblo revoluciona- rio, y la minúscula, de orientación anexionista, muy ajena a la conducta patriótica que carac- teriza a la mayoría de nuestros intelectuales. Para ilustrar cómo el enemigo identificó nuestra lentitud en hacer frente a su Carril Dos en estos aspectos, citamos pasajes de un largo artículo de febrero de 1995 de una estu- diosa de los asuntos cubanos, la académica Informe del Buró Político20 TEXTUAL encuentro británica residente en Estados Unidos, Gillian Gunn: “Entre tanques pensantes anteriormente asociados al comité Central y que ahora son denominados ONG s se encuentran el Centro de Estudios sobre América ( CEA ) y el Centro de Estudios Europeo ( CEE ). Ambas organiza- ciones fueron creadas en la década de 1970 para fungir como instrumentos de investiga- ción académica del Comité Central. Aunque los fondos del Comité Central aún son signifi- cativos, gran parte de sus presupuestos proce- den ahora de fuentes externas”. “Al igual que la motivación para la expan- sión de las ONG s, el impulso fundamental tam- bién estuvo relacionado con los sucesos que ocurrían en la Unión Soviética. La glasnost permitió una proliferación de ONG s soviéticas, y para 1988 la prensa moscovita afirmaba que se habían creado alrededor de 40 mil clubes y asociaciones. Las estrechas relaciones entre La Habana y Moscú en ese tiempo, exponían a los intelectuales cubanos a muchos de estos grupos que abogaban por temas como la li- bertad de religión, la cultura popular, la pro- tección del medio ambiente y el desarrollo socio-económico”. “Ya para 1990 la reducción de los subsi- dios soviéticos a Cuba comenzaron a debilitar la capacidad del Estado para enfrentarse a una amplia variedad de problemas, incluidos la deforestación, el deterioro de las viviendas, la escasez de alimentos, de medicinas, y las in- terrupciones del servicio eléctrico. Los suce- sos de la URSS mostraban ejemplos de esfuer- zo propio de los ciudadanos y dieron lugar a condiciones económicas que necesitaban su implementación”. Y continuamos citando a dicha académica: “El Estado cubano se muestra intranquilo respecto a las ONG s. Son consideradas de utili- dad porque incorporan recursos que de otra manera no entrarían en Cuba y alivian las tensiones sociales al resolver problemas que el Estado no puede solucionar”. “Las ONG s, sin embargo también resultan sospechosas. Representan una base indepen- diente de recursos para la ciudadanía cuyos de- seos no siempre coinciden con las del Estado”. Al final señala: “Si Cuba continua poniendo en práctica reformas económicas orientadas hacia el mer- cado, es probable que la descentralización que las acompaña proporcionará un mayor espacio para la existencia de ONG s genuinas, y aumentará el efecto fortalecedor de la inde- pendencia proporcionada por las donaciones extranjeras. Sin embargo, mientras el sistema unipartidista permanezca intacto, las ONG s cu- banas tendrán que asumir algunos compro- misos con el Estado”. “¿Acaso las ONG s cubanas son títeres del gobierno o simientes de la sociedad civil?. La respuesta es ideológica e intelectualmente in- satisfactoria. Tiene ambas características, aun- que la última crece muy gradualmente”. Hasta ahí las citas más ilustrativas del artí- culo publicado por la académica Gillian Gunn, a la que hicimos mención y que dirige el pro- yecto Cuba en la Universidad Georgetown. Creídos que nuestras penurias y la necesi- dad que tenemos de la mayor cantidad posible de contactos con el exterior precisamente para explicar nuestras verdades nos condenaban a la impotencia, algunos centros académicos norteamericanos pasaron al injerencismo abierto, en la mayoría de los casos con el de- sembozado apoyo de la Sección de Intereses Norteamericana ( SINA ) en La Habana. Es el ca- so de “Pax World Service”, que se presenta a sí misma como una organización no guberna- mental ubicada en Washington D . C ., con 3.600 miembros. Esta entidad remitió una encuesta sobre el sector no gubernamental a no sabe- mos cuántas instituciones de nuestro país, ale- gando que la razón por la cual realizan la inves- tigación es para tener un perfil más detallado de las ONG s en Cuba y facilitar el diálogo y la colaboración con ONG s de Estados Unidos. La encuesta demanda informaciones pre- RAÚLCASTROguntando: membresía; presupuesto (en dóla- res si es posible); áreas de sus programas y proyectos; si la relación de la ONG dada, radi- cada en Cuba, con el gobierno cubano es co- operativa, conflictiva o neutra; si ha cambiado en los últimos 10 años; cuáles son sus logros, objetivos; las relaciones con otras ONG s ex- tranjeras; cómo en la práctica logró estatus le- gal, etc. Pide una sinopsis del estado actual de la ONG s en Cuba y la sociedad civil en general. Como se dice, un cuéntame tu vida, insi- nuando envío de dólares. Así, sin más ni más. Los criterios justos, equilibrados, respe- tuosos, con relación a aquellas ONG s que fue- ra o dentro de Cuba dedican sus esfuerzos a fines sociales lícitos, constructivos, incluso no- bles en muchas ocasiones y hasta heroicos co- mo el que simbolizan hoy Lucius Walker y sus compañeros, luchando contra el criminal blo- queo de los Yanquis, ya han sido expuestos junto a lo que nuestro Partido entiende por sociedad civil y no es necesario repetirlo. Los que quieran en cambio disfrazar de ONG s a or- ganizaciones subversivas y contrarrevolucio- narias creadas, sobornadas o impulsadas por el imperialismo para destruir la Revolución y la independencia de Cuba, no tendrán ningu- na oportunidad de éxito en nuestro país. A la luz de la amarga experiencia con el Centro de Estudios de América, hay que exa- minar la labor del Centro de Estudios de Eu- ropa y la de todos los demás. Es necesario que el Partido culmine un análisis a fondo de lo que se ha aprobado al respecto y acabemos por establecer una política única, consecuen- te y sin blandenguerías, que permita actuar en el contexto que hoy existe en el plano in- ternacional, pero dentro de límites que sean razonables en la actual coyuntura, para que no se conviertan esos medios en los instru- mentos que pretenden nuestros adversarios. Es hora ya de que los centros de estudio adscriptos al organismo que sea, constituyan instituciones dedicadas a investigaciones y análisis de los que está urgido el país, dentro del perfil establecido y que los organismos jueguen el papel que les corresponde en este sentido. Las instituciones tienen que servir, por encima de todo, sin perder su fisonomía y lenguaje, a los intereses de nuestro pueblo. Y ello no lo pueden pasar por alto sus investiga- dores, ni los que los dirigen, a la hora de de- batir y fijar posiciones en los talleres, en semi- narios, etc, dentro y fuera de Cuba. Adoptar una posición neutra o confusa, para evitar una confrontación o eludir un te- ma espinoso, es mostrar una debilidad inacep- table ante el contrario, es en el fondo darle la razón a la posición que sustenta. Ejemplos re- cientes nos sobran. Y la lección debe servir, además, para que en nuestros medios de difusión no aparezcan artífices o portavoces de ideas y conceptos aje- nos a los que preconiza y defiende la Revolu- ción. Cada uno de los colectivos en la prensa escrita, la radio y la televisión, en todas las cua- les hay motivo de orgullo y prestigio para nues- tro pueblo, deben en lo adelante examinar to- do a la luz del momento histórico y de estas orientaciones. Esto es responsabilidad ante to- do de quienes lo dirigen, además de los órga- nos del Partido y de la UJC y de sus militantes. ¿Con quiénes debemos examinar estos problemas? Con todos en cada lugar. No sólo aquellos que, con el carné en el bolsillo, hace rato pro- fesan una ideología que no es la nuestra, y con los cuales hay que actuar en consecuen- cia, sino también con quienes en esos Centros de Estudio adoptan una actitud pasiva, com- placiente o irresponsable, ante hechos que los desvían de los fines para los que el Estado revolucionario los creó. Se impone en el seno de esas institucio- nes, y en toda la esfera académica, un inme- diato análisis por parte de los militantes del Partido y de la Juventud en cuanto al papel jugado ante corrientes negativas que han es- tado primando desde hace tiempo, en ocasio- 21 TEXTUAL encuentro Informe del Buró Político22 TEXTUAL encuentro nes disfrazadas con lenguaje aparentemente de librepensadores. En realidad quienes caen en un nuevo co- pismo desideologizante, bajo la presión de nuestros enemigos, no piensan con cabeza propia ni actúan como revolucionarios. Nadie puede dar lecciones de flexibilidad y amplitud a los revolucionarios cubanos, que educan al pueblo a que razone y decida, des- de la época del Moncada, y todo lo hacen acudiendo a las clases populares y a las figu- ras de prestigio salidas de su seno. Nuestro proyecto social se basa en el consenso y en la unidad, que con Martí no confundimos con la unanimidad artificial, aunque tampoco con la desunión que desmigaja a la nación y la ha- ce fácil presa de la dominación extranjera. Otro asunto que merece la atención más urgente del Comité Central y todo el Partido se refiere a una variante de la Glasnost que úl- timamente ha tenido algunas sutiles expresio- nes en Cuba. Aquella llamada Glasnost que minó a la URSS y otros países socialistas, con- sistió en entregar los medios masivos de infor- mación, uno por uno, a los enemigos del so- cialismo. Al principio ellos se presentaron como innovadores y campeones a la hora de poner en marcha a todo el pueblo y luego fueron borrando cuanto de revolucionario había en la historia, con las consecuencias que todos conocemos, incluyendo la desinte- gración del país más grande del mundo. Alertados por esa experiencia, con la vi- sión de Martí de que en la guerra valen las trincheras de ideas más que las de piedra, los cubanos mantenemos y mantendremos que la prensa genuinamente libre es la que sirve a la libertad del pueblo, no de los explotadores al acecho desde Miami. Todo eso está claro, y los conocidos órga- nos de prensa nacionales y provinciales son le- ales a Cuba, han mejorado en la crítica cons- tructiva y la información veraz. Junto a ellos, un grupo de publicaciones culturales contri- buye a difundir las ideas de lo mejor de la in- telectualidad revolucionaria. Pero bajamos la guardia, dejamos de vigilar la observancia de nuestras propias reglas y aparecieron publica- ciones que sin recato subastan no pocas de sus páginas. Claro que dejan entrever que recibi- rán donativos del extranjero sin ceder en na- da y usan también fondos que les entregan al- gunas instituciones culturales del país. En esas publicaciones, por cierto, junto a materiales interesantes y políticamente correc- tos, con frecuencia parecen otros que apenas se diferencian de los que hacen académicos norteamericanos enemigos de la Revolución, con un lenguaje supuestamente revoluciona- rio que parece destinado a servir de cortina de humo a sus verdaderas intenciones. Se ha hablado incluso de usar como mo- delo para algunas de estas publicaciones espe- cializadas, a Pensamiento Crítico 1 , la revista que desempeñó un papel diversionista en la déca- da del 60. Pensamiento Crítico, en su momento, como algunos trabajos que han circulado en- tre nosotros en los últimos tiempo, se corres- ponden, conscientemente o no, con quienes alientan el surgimiento en Cuba de quintaco- lumnistas. En esta esfera y en otras igualmente estra- tégicas, el Partido no puede tolerar que exis- tan funcionarios que actúen por la libre, in- cluso inmiscuyéndose en tareas que corresponden a otros organismos sin estable- cer la cooperación y sin tener la debida auto- rización de los jefes de estos. Hay quienes, carentes de facultades para ello, generan actividades de Relaciones Exte- 1 Pensamiento Crítico, revista mensual de ciencias sociales publicada por el Departamento de Filo- sofía de la Universidad de La Habana. Desde su aparición en 1967 alcanzó un notable predica- mento nacional e internacional. En 1971 el Bu- ró Político del Comité Central del Partido Co- munista de Cuba decidió clausurar tanto la revista como el propio Departamento de Filoso- fía, acusando a sus miembros de “diversionismo ideológico”. (Nota de la redacción). RAÚLCASTRO23 TEXTUAL encuentro riores, o peor todavía, los que por su cuenta y riesgo establecen contactos con servicios de espionaje extranjeros. Aunque sea con la me- jor intención del mundo, no estamos dispues- tos a permitir estas conductas de electrones sueltos que entorpecen el trabajo responsable y delicado de quienes por ley están facultados para realizarlo, al tiempo que, de paso, intro- ducen falsas señales en asuntos tan complica- dos y sensibles. Deseamos que a través de estas últimas ideas, los vinculados a lo dicho capten la se- riedad del asunto, así como que lleguen a la convicción de que sencillamente no lo vamos a seguir permitiendo. A partir de este pormenorizado examen realizado, hoy como nunca antes debemos to- dos tener como principal propósito trabajar porque en medio de los cambios y de los viejos y nuevos problemas a los que nos enfrenta- mos, el papel dirigente del Partido se preser- va. Cuanto el enemigo hace en el frente ideo- lógico es para debilitar semejante garantía de una conducción científica a la vez que revolu- cionaria y heroica de nuestro pueblo. No olvi- demos que el Comandante en Jefe y el Partido son el blanco predilecto de los enemigos de la Revolución y contra estos concentran los prin- cipales ataques desde todas las direcciones. El Partido no está con los brazos cruzados. Está tomando, y más aún tomará todas las me- didas que resulten necesarias ante las situacio- nes y desafíos presentes y por venir en todos los campos, particularmente en el ideológico. La labor ideológica no es sólo del Depar- tamento correspondiente del Comité Central, sino de todos y cada uno de los dirigentes po- líticos, como también de los cuadros del Go- bierno, la Juventud y demás organizaciones de masas y sociales. Ciertamente habrá que reforzarla desde el Comité Central, proceso que servirá para solucionar algunas incon- gruencias en la distribución de los cuadros en la estructura del aparato auxiliar. Por tomar un ejemplo, el número de cuadros en el De- partamento de Relaciones Internacionales, el grueso en el área de América, representa casi la mitad del total de dirigentes políticos (fun- cionarios)con que cuenta actualmente todo el aparato auxiliar. Así lo enseñó Fidel desde que a nombre de Martí encabezó el asalto al Moncada, y du- rante la guerra de liberación en la que nacie- ron y se forjaron las Fuerzas Armadas Revolu- cionarias hace 40 años. Nacieron las FAR sin nada respecto al ar- mamento, pero con todo respecto a la histo- ria, al nacer del pueblo. Su escuela mayor ha sido la lucha. Un ejemplo lo atestigua. Duran- te siglos la batalla de las Termópilas ha sido la gran leyenda: 300 espartanos aunque supie- ron morir heroicamente no pudieron vencer a los persas, miles y más armados. Con el Co- mandante en Jefe, para derrotar la última ofensiva de la tiranía en el verano de 1958, apenas 300 rebeldes, resistieron a 10 mil sol- dados, con tanques, con la artillería que poseí- an, con toda su aviación y hasta la flota, las 3 fragatas en el Caribe, en el sur de la Sierra Maestra, dispararon contra ellos; ¡y supieron conquistar la victoria! Los hizo invencibles co- nocer por qué combatían y confiar en alcan- zar el triunfo. Pasarán los siglos y aunque hoy lo nieguen nuestros enemigos, de esta victoria que decidió la guerra y como dijo el Che, se le quebró al ejército de la tiranía el espinazo, ha- blarán también como de la batalla del desfila- dero de las Termópilas, con una diferencia: ellos murieron heroicamente y perecieron to- dos; los 300 rebeldes que en ese momento se encontraban en la Sierra Maestra bajo la di- rección del Comandante en Jefe, ¡vencieron! Recuerden el bombardeo de abril el día 15, a varios aeropuertos del país en 1961, re- cuerden el entierro de aquellas primeras víc- timas, recuerden la proclamación del carácter socialista de la Revolución apoyado por la cla- se obrera congregada en 12 y 23, próximo al cementerio de Colón, con sus fusiles en alto, recuerden el día 17, al día siguiente, que esa Informe del Buró Político24 TEXTUAL encuentro misma clase obrera fue a luchar por el socia- lismo en Playa Girón. Luego, de ahí se apren- de también, que la ideología proletaria fue nuestra principal pieza artillera en las arenas de Playa Girón, 35 años atrás, y de Maceo, en el Centenario de su heroica muerte, tomamos su ejemplo y el mensaje que una palabra sin- tetiza: Baraguá. Con su visión de siempre, hace ya dos dé- cadas el Comandante en Jefe advertía ante el Primer Congreso del Partido: “Mientras exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pue- blo les prestarán a los servicios de la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se descuidará jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que olvidan este principio no sobreviven al error”. Es oportuni- dad para recordar esas ideas y agregar que en los seis años transcurridos, el mundo unipolar existente y los últimos acontecimientos que han tenido lugar en nuestro país, han demos- trado con creces la justeza y permanente vigen- cia de ese pensamiento del compañero Fidel. Porque además han evidenciado también que, como se ha visto últimamente, la atmós- fera política internacional puede cambiar bruscamente en una semana, y enfrentarnos a situaciones muy delicadas; pero la prepara- ción de un país para su defensa, más en nues- tro caso con el enemigo que tenemos, requie- re decenas de años de trabajo sistemático. Nunca como en el presente debemos co- locar el trabajo ideológico del partido a la al- tura de las misiones combativas de la Patria. Multipliquemos nuestra acción diaria, in- fatigable, y cada vez más eficaz, por la verdad, luchando por cada conciencia de cubana y cubano, viejo y joven, negro y blanco, de este sector social y del otro. Excluimos a la mino- ría de los ricos que sirvan al enemigo, a los traidores anexionistas, al lumpen. Tenemos, y tendremos socialismo. Pero el único socialismo en Cuba ahora posible, re- quiere asimilar de forma creciente factores tan difíciles de conducir como las relaciones mo- netario mercantiles e incluso determinados elementos capitalistas y reinsertarla en la eco- nomía mundial dominada por los monopolios de las potencias imperialistas –asociadas y riva- les a la vez–, con un Norte rico y un Sur pobre. Como el Comandante en Jefe ha señalado, tan complejísimo panorama exige que luchemos por nuestros objetivos socialistas con supremo esfuerzo, sudor y mucha inteligencia y que ha- gamos un principio cardinal, cuando pasamos a emplear tesis dictadas por la realidad: man- tener la pureza revolucionaria. Fidel confía que los militantes y lo más alerta del pueblo comprenden que en lucha contra el vicio se cultiva la virtud, pues nues- tro pueblo no podrá ser un pueblo situado en una urna de cristal. A nombre de Buró Político y a manera de recuento, se ha abordado un conjunto de asuntos, todos vinculados a la compleja y difí- cil situación que en los últimos tiempo ha ve- nido afrontando la Revolución. Creemos que al exponer sin rodeos los problemas, al identificarlos con toda clari- dad, nuestro Comité Central y el resto de los órganos de dirección del Partido tienen me- jores posibilidades para enfrentarlos, tanto con la profundidad que reclaman, como con la sistematicidad que exigen. Condición in- dispensable para cumplir esa misión es, en primer lugar, el contar con un Partido fuerte, que perfeccione cada vez más y constante- mente su funcionamiento, e incremente aún más y mucho más su prestigio ante las masas, precisamente en el contexto histórico que más lo necesitamos. La realización de este Pleno contribuye a impulsar esos propósitos y a nosotros cabe la honda responsabilidad de garantizarlos.” RAÚLCASTRO25 encuentro H ASTAEL 24 DEFEBRERODE 1996, HUBOMOTIVOSPARA an- ticipar una nueva política de parte de Estados Unidos hacia Cuba si el Presidente Bill Clinton conseguía la reelec- ción. Desde el tenso mes de agosto de 1994, cuando miles de cubanos se echaron al mar y la administración de Clin- ton los internó en la Base Naval de Guantánamo, el presi- dente había girado cautelosamente hacia el cambio. En ma- yo de 1995, los gobiernos de Estados Unidos y Cuba acordaron normalizar la inmigración desde la isla. Estados Unidos puso fin al derecho automático de asilo político pa- ra los cubanos, y así eliminó el poderoso incentivo para que cruzaran el Estrecho de Florida; desde 1959, más de 63.000 personas habían sobrevivido el peligroso viaje. Ahora los cu- banos que deseaban salir de su país tenían que hacer cola fuera de la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana, y disputarse uno de 20.000 visados anuales; los que siguieran arriesgándose en el mar y fueran detenidos, serían repatria- dos si no podían demostrar –de modo ahora más riguroso– un caso creíble para solicitar asilo político. Desde la entrada en vigor de la nueva política, el flujo de los balseros está vir- tualmente detenido. En octubre pasado, Washington anun- ció una política menos restrictiva sobre viajes y remesas de dólares, la apertura recíproca de oficinas de prensa, y la promoción de intercambios educativos y culturales más am- plios. El presidente había llegado incluso a expresar su opo- sición al proyecto de ley Helms-Burton, y proclamaba la Cu- ban Democracy Actde 1992 como una base apropiada para la política estadounidense. Si se sumaban a estas modestas se- ñales las presiones nacientes pero potencialmente significa- tivas de los intereses corporativos en contra de Helms-Bur- ton, era legítima una nota de optimismo prudente. Marifeli Pérez-Stable Misión cumplida: de cómo el gobierno cubano liquidó la amenaza del diálogo26 encuentro Ya no. El 12 de marzo, el Presidente Clinton firmó el Cuban Liberty and Demo- cracy Act de 1996, sin modificar estipulaciones tan radicales como la de sancionar a corporaciones e individuos extranjeros que “traficaran” con propiedades estadou- nidenses confiscadas, ni la de entregar al Congreso las prerrogativas constituciona- les del presidente en cuestiones de política exterior. Según la codificación de este nuevo decreto, el embargo ahora es susceptible de alteraciones sólo mediante un cambio legislativo. La ley Helms-Burton también establece condiciones precisas (la más importante de ellas es la compensación y/o restitución de propiedades a ciu- dadanos estadounidenses, incluidos los Cuban Americansque obtuvieron la ciuda- danía ex post facto de las confiscaciones) para certificar el carácter de un gobierno, primero transicional, y después democrático, en la isla. Han pasado al olvido las “respuestas calibradas” de Estados Unidos a los eventuales pasos constructivos del gobierno cubano hacia reformas políticas y económicas. Queda en el pasado tam- bién el celebrado (e infame, desde la perspectiva cubana) Carril II del Cuban Demo- cracy Act, que alentaba contactos “persona-a-persona” como un medio para fomen- tar una apertura política en la isla. El futuro se presenta como una disyuntiva irrevocable: o cambia el gobierno cubano, o Estados Unidos persistirá ad infinitum. Pero por lo visto, mientras Fidel Castro siga en el poder, el gobierno cubano no cambiará. Ese parece ser el mensaje político de la decisión de derribar dos avionetas civiles y desarmadas el pasado 24 de febrero, que no sólo ocasionó la muerte de cuatro exiliados cubanos, sino también precipitó la promulgación de la Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act. Que nadie lo dude: el voto decisivo para la aprobación de la ley Helms-Burton –una afrenta a la soberanía cubana pe- or, tal vez, que la notoria Enmienda Platt (1901-1934)–, fue emitido en La Habana. Cierto, al menos una de las avionetas había violado el espacio aéreo cubano durante su viaje –irónicamente, fue la única que eludió los cazas Mig. Cierto, la organización Hermanos al Rescate, fundada en 1991 para salvar a los balseros de los peligros del mar en el Estrecho de Florida, pero ahora privada casi totalmen- te de su propósito original, había sobrevolado aguas cubanas con bastante fre- cuencia, y en una ocasión hasta lanzó propaganda sobre La Habana. Cierto, el gobierno de Estados Unidos debería haber vigilado rígidamente las trayectorias de vuelo de los Hermanos, y posteriormente prohibido el vuelo a esos pilotos que violaran el límite internacionalmente aceptado de 12 millas. Pero nada –in- cluso si los aviones hubieran estado en el espacio aéreo cubano cuando los Migs los atacaron, algo categóricamente rechazado por Washington y afirmado con igual vehemencia por La Habana– justifica el derribo: la ley internacional sim- plemente no tolera ataques militares a aviones civiles. Nada –ni la defensa de la soberanía nacional– justifica la decisión de haber hecho fuego. La patria es más que sus fronteras; la patria es, en primerísimo lugar, el bienestar de los once mi- llones de personas que viven en la isla. Fidel Castro, que aceptó la plena respon- sabilidad del derribo, tenía que saber que la consecuencia sería la aprobación de la ley Helms-Burton. La violación repetida del espacio aéreo cubano, ¿puede ser una explicación razonable de la orden de fuego, cuando las consecuencias im- pondrían no sólo una carga adicional a la existencia ya difícil de los cubanos de a pie corrientes, sino también, a largo plazo, costes imprevisibles para la nación? M ARIFELI P ÉREZ -S TABLE 27 Misión cumplida: de cómo el gobierno cubano... encuentro ❖ ❖ ❖ Es lógico que la historia de las relaciones entre EEUU y Cuba –antes y después de 1959– encienda el patriotismo de millones de cubanos; Estados Unidos nunca ha tenido relaciones normales con la isla. La Cuban Liberty and Democratic Solidarity Actde 1996 encarna plenamente la arrogancia y la miopía que han caracterizado la relación estadounidense con Cuba. Por desgracia, el breve respiro que hubo bajo la presidencia de Jimmy Carter, a finales de los años 70, cuando las relacio- nes mejoraron de modo propicio, no dejó huella en Washington. Es por eso que Fidel Castro aún se deja ver como un David desafiante que resiste a un imperioso Goliat, y evoca simpatías entre millones de personas desde Harlem a Sao Paulo, y desde Africa del Sur a Madrid. No obstante, debemos analizar también las raíces domésticas del estado actual de Cuba; es evidente que los problemas de la isla no desaparecerían automáticamente si Estados Unidos levantara mañana el embar- go. Una torsión verdaderamente irónica de la veta plattista que marca la cultura política cubana, es la forma en que Fidel Castro acepta, sin advertirlo, su cuali- dad central: la dependencia de los Estados Unidos. En gran medida, es la hostili- dad estadounidense la que permite a su gobierno retener una patina de legitimi- dad entre el público que más importa: el pueblo cubano. Sin embargo, Fidel sería nada más que Castro, el caudillo latinoamericano que más tiempo ha per- manecido en el poder durante el siglo XX . Nuestro reto, entonces, es el de anali- zar Cuba –en este ensayo, su crisis política– sin el recurso fácil de atribuir sus problemas a la política de Estados Unidos, por muy deplorable que ésta sea. En 1959, la Revolución Cubana suscitó un apoyo popular extraordinario en torno a un programa de soberanía nacional y justicia social. El hecho de que, desde el comienzo, la revolución no dejara a sus opositores otra alternativa que la cárcel, la muerte, el exilio o el silencio, parecía entonces, a la mayoría de la población, menos apremiante que la promesa de una “Cuba para los cubanos”. Incluso cuando, en la cúspide de la guerra fría, el gobierno revolucionario giró hacia la Unión Soviética y abrazó el comunismo, su llamamiento nacionalista e igualitario resultaba más fuerte para la mayoría de los cubanos que su tradicio- nal anticomunismo. Al rechazar una democracia representativa, la jefatura cuba- na combinó el modelo del partido único con la autoridad imponente de Fidel Castro y con el apoyo popular –entonces masivo–, y estableció una base nueva para gobernar. El desafío para los dirigentes estribó en la recanalización de la ex- traordinaria efervescencia de la revolución en instituciones capaces de afrontar las preocupaciones simples de la vida cotidiana. En los años 90, el gobierno cubano está más lejos de cumplir con ese desafío que en aquellos tiempos en que la revolución estaba viva. Una explotación intensi- va de las reservas de buena voluntad y del temor popular a lo desconocido ha man- tenido una apariencia de normalidad. Bajo la superficie, sin embargo, los funda- mentos políticos del régimen han sido debilitados por treinta y siete años de consignas revolucionarias cada vez más vacías, y erosionadas por el cinismo cre- ciente de la población. Aunque los dirigentes cubanos estén poniendo en práctica, de mala gana, tardías reformas económicas, todavía se resisten a cambios políticos. Después de la guerra fría, han reafirmado su pretensión de ser el único adalid deNext >