encuentroDELACULTURACUBANA HOMENAJEAGUTIÉRREZALEA JORGEDOMÍNGUEZ La transición política en Cuba ROLANDOSÁNCHEZMEJÍAS Carta abierta a los escritores cubanos GASTÓNBAQUERO La cultura nacional es un lugar de encuentro MARIFELIPÉREZ - STABLE Misión cumplida: de como el gobierno cubano liquidó la esperanza del diálogo 1 verano de 1996 900 ptas.PRESENTACIÓN • 3 LACULTURANACIONALESUNLUGARDEENCUENTRO Gastón Baquero • 4 LATRANSICIÓNPOLÍTICAENCUBA Jorge I. Domínguez • 5 MISIÓNCUMPLIDA : DECÓMOELGOBIERNOCUBANO LIQUIDÓLAAMENAZADELDIÁLOGO Marifeli Pérez-Stable • 25 RECONOCIMIENTO José Kozer • 32 LARELECTURADELANACIÓN Rafael Rojas • 42 PRESOSDELCRISTAL Osvaldo Sánchez • 52 ROQUEDALTON : REVIVIRALPOETA Elizabeth Burgos • 53 DANZA Julio Miranda • 69 TOMÁSGUTIÉRREZALEAINMEMORIAM Jesús Díaz • 70 TOMÁSGUTIÉRREZALEA (1928-1996) TENSIÓNYRECONCILIACIÓN Paulo Antonio Paranaguá • 77 HUELENCOMORESINASECA Lázara Castellanos • 89 FÉLIXGONZÁLEZ - TORRES : REFLEXIONESSOBRELOTEMPORAL Marcia Morgado • 128 Textua l DOCUMENTODELACONFERENCIADEOBISPOS CATÓLICOSDECUBA • 13 CONCLUSIONESYRECOMENDACIONESDEL INFORMESOBRELASITUACIÓNDELOS DERECHOSHUMANOSENCUBA • 16 FRAGMENTODELINFORMEDELBURÓPOLÍTICO , PRESENTADOPORRAÚLCASTRO • 18 En proceso LOSAÑOSGRISES Eliseo Alberto • 33 encuentro DELACULTURACUBANA REVISTA D IRECTOR Jesús Díaz D IRECTOR A DJUNTO Pío E. Serrano S ECRETARIODEREDACCIÓN Carlos Cabrera E DITA A SOCIACIÓN E NCUENTRODE LA C ULTURA C UBANA c/ Luchana 20, 1º Int. A 28010 • Madrid Teléf.: 593 89 74 Fax: 593 89 36 S ECRETARIO Felipe Lázaro C OLABORADORES Eliseo Alberto• Uva de Aragón • Gastón Baquero • Beatriz Bernal • Víctor Batista • Elizabeth Burgos • José Manuel Caballero Bonald • Luis Cabrera Lázara Castellanos • Michael Chanan • Manuel Díaz Martínez • Jorge I. Domínguez • Carlos Espinosa • Luis Manuel García • Ireno García • Alberto Garrandés • Adriano González León • Manuel Iglesias Caruncho • Lázaro Jordana • José Kozer • Andrés Lacau • Alberto Lauro • Eduardo Manet • Julio Miranda •Mayra Montero • Marcia Morgado • Mario Parajón • Paulo Antonio Paranaguá • Umberto Peña • Pedro Pérez Sarduy • Gustavo Pérez Firmat• Marifeli Pérez-Stable• José Luis Posada• José Prats Sariol • Zaida del Río Guillermo Rodríguez Rivera • Rafael Rojas •Efrain Rodríguez Santana • Osvaldo Sánchez • Rolando Sánchez Mejías • Pedro Shimose • José Triana • Zoé Valdés • René Vázquez Díaz • Carlos Victoria • Fernando Villaverde • Alan West 1 verano de 1996La mirada del otro SAURIO , MANATÍ , SIRENA Adriano González León • 59 Entrevisto Tomás Gutiérrez Alea por Michael Chanan ESTAMOSPERDIENDOTODOSLOSVALORES • 71 Encuentro sobre el cuento en la literatura cubana POLÉMICA CARTAABIERTAALOSESCRITORESCUBANOS Rolando Sánchez Mejías • 90 SER ( ONOSER ) INTELECTUALENCUBA Abel Prieto • 93 PONENCIAS CONTARCONLASPALABRAS Rolando Sánchez Mejías • 95 CUENTOSPARAELCAIMÁNYOTRASLÁGRIMAS DECOCODRILOSMADUROS Mayra Montero • 102 CRÍTICADELALITERATURACOMOCOMPROMISO : LACUENTÍSTICADEMANUELCOFIÑO René Vázquez Díaz • 107 VIRGILIOPIÑERA : LAVIDAVIVE Efrain Rodríguez Santana • 113 CRÓNICADELAINOCENCIAPERDIDA Luis Manuel García • 121 Buena letra 130 La isla en peso 153 Portada Sin título (Palo Alto) (43’’ X 43’’) 1992 José Iraola D ISEÑOYMAQUETACIÓN Equipo Nagual, S.L. I MPRESIÓN Navagraf, S.A. Madrid Precio del ejemplar: 900 ptas. Precio de suscripción (4 núm.): España: 3.600 ptas. Europa: 6.250 ptas. / $ 52.00 América: 7.500 ptas. / $ 62.00 E NCUENTRODELACULTURACUBANA es una publicación trimestral independiente que no representa ni está vinculada a ningún partido u organización política dentro ni fuera de Cuba. Las ideas vertidas en cada artículo son responsabilidad de los autores. Todos los textos son inéditos, salvo indicación en contrario. No se devolverán los artículos que no hayan sido solicitados. D.L.: M-21412-1996Presentación La situación en que se encuentra la nación cubana hace imprescindible un debate sobre el presente, el pasado y el futuro del país. Una de las circunstancias más lamentables de la actualidad nacional es el recurso de dividir a la población cubana en dos bandos que suelen ser presentados como irreconciliables, el de los que viven en la isla y el de los que lo hacen en el exilio. No obstante, resulta evidente que la cultura cubana es una, y que aun en las circunstancias más difíciles ha manifestado su vitalidad. La revista ENCUENTRO DELACULTURACUBANA tendrá como objetivo primordial el constituirse en un espacio abierto al examen de la realidad nacional. En nuestras páginas hallarán cabida tanto contribuciones de cubanos que viven en la isla como de aquellos que residen en otros países, y también, desde luego, reflexiones de intelectuales extranjeros sobre nuestro país y su circunstancia. Pretendemos contribuir así a que nuestra cultura aparezca en su diversidad, en su vocación contemporánea e internacional, como una de las principales esperanzas de la nación. ENCUENTRO DELACULTURACUBANA no representa ni está vinculada en modo alguno a ningún partido u organización política de Cuba o del exilio. La Revista no publicará ataques personales ni llamados a la violencia y sólo aplicará el criterio de calidad en la selección de sus colaboraciones. A partir de estas premisas, ENCUENTRO DELACULTURACUBANA estará abierta a puntos de vista contradictorios e incluso opuestos, dará acogida y aun estimulará las polémicas, prefigurando así la sociedad plural que deseamos para nuestro país. Madrid, verano de 1996 3 PENSAMIENTO encuentroL a necesidad de promover y realizar encuentros entre los escritores y artistas cubanos residentes en las dos grandes áreas geográficas que hoy los alber- gan –la nacional y la extranjera– es un imperativo que nadie puede ignorar. Los encuentros a través de contactos y aportes personales, o utilizando cual- quiera de los medios de comunicación –seminarios, cursos, festivales, publicacio- nes, etc.– son sin duda el vehículo ideal para mantener vivo y fecundo el enri- quecimiento mutuo de los protagonistas de una cultura cuya identidad la sitúa más allá de las diversidades geográficas y de las ideas y tareas de sus componen- tes humanos. A la identidad cultural cubana pertenecen por igual todos los que de un mo- do u otro contribuyen a su vigencia actual, y por ende a su vigencia futura. El or- ganismo vivo que es una cultura nacional está nutrido con los aportes de todos: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, tradicionalistas e innovadores, activistas o in- diferentes en política, en religión, y en tareas profesionales y artesanales. La cultura es en sí misma un lugar de encuentro, una suma. Si por cualquier motivo se producen “focos de dispersión” entre los elementos humanos pertene- cientes a un mismo tronco cultural, es obligación de todos superar los perjuicios del distanciamiento geográfico mediante la más intensa intercomunicación posi- ble. Los encuentros de artistas, escritores y demás elementos ligados a la activi- dad cultural, ofrecen el más seguro y el mejor de los caminos. Encontrarse en un mismo sitio es convivir. Es ofrecerse y entregarse recíprocamente los frutos de que se disponga, sean experiencias creadoras o los resultados mismos de la crea- ción de cada uno. Cuantos hacemos esta revista, queremos sencillamente, ofrecer un punto más de encuentro a los creadores protagonistas de la cultura y a los amigos de ella, que por fortuna son muchos y de las más variadas nacionalidades e ideas. Nues- tra aspiración es abrir una plaza más, por modesta y sencilla que pueda ser, a la urgente necesidad de “deslocalizar” las manifestaciones y la difusión de una cul- tura viva que por sí misma supo situarse siempre por encima de las banderías po- líticas y de los sectarismos estéticos y éticos de cualquier tipo. Encontrándonos todos en las páginas impresas de una revista, o en los colo- quios u otras citas culturales, es un anticipo, una puesta en práctica del inesqui- vable Encuentro mayor que mantendremos un día en el escenario común, quie- nes no queremos alejarnos de una cultura insustituible que es la máxima expresión de nuestra historia y de nuestro mismo ser. 4 encuentro La cultura nacional es un lugar de encuentro G ASTÓN B AQUEROL ENTAYSIGILOSAMENTE , YACOMENZÓUNATRANSICIÓNPO - lítica en Cuba 1 . Es una transición sorprendente, en parte, porque pocos creen en ella y muchos niegan su existencia. Es un proceso dilatado y frustrante. Para quie- nes desean una democratización del sistema político cu- bano, es un proceso político todavía insuficiente, y lejos, muy lejos de lograr un cambio efectivo y palpable en la vi- da política en Cuba. Observemos, primero, los intentos de negar que ya ocu- rre una transición política. Para quienes gobiernan el país, es preciso insistir en la continuidad del proyecto revolucio- nario y socialista; no hay transición política, sino meros ajustes económicos. La legitimidad del ejercicio del poder requiere insistir en sus raíces “revolucionarias”. Y la pru- dencia táctica requiere retener la impresión de una unidad monolítica en la cúpula del poder: no quieren los refor- mistas que los antirreformistas supongan que los primeros desean cambiar algo más allá de los detalles económicos necesarios para rescatar la economía de la hecatombe en que quedó sumida durante el primer lustro de esta década. Algo similar ocurre en Miami. Para quienes se dedican profesionalmente a hacer en Estados Unidos política de oposición al gobierno de Cuba, es preciso insistir también que en Cuba no hay cambios políticos; si los hubiere, podría esperarse una modificación de la política de Estados Unidos hacia Cuba. El poder político de este exilio de matiz dere- chista se defiende y amplía mejor si se retiene una imagen inmutable (aunque ya falsa) del sistema político cubano. 5 encuentro La transición política en Cuba Jorge I. Domínguez 1 Este texto se basa en mi exposición durante un Curso de Verano de la Universidad Complutense en “El Escorial”, en agosto de 1995. Ese mis- mo mes expuse ideas similares en un Seminario en la Universidad de Trabajadores de América Latina, Caracas, Venezuela, bajo los auspicios de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores, la Solidaridad de Trabajadores de Cuba, y el Instituto de Estudios Cubanos, quienes han publicado un texto que recoge algunos de estos puntos de vista.Pero, así como la tierra ciertamente gira sobre sí misma, podemos reafirmar en este novedoso contexto la frase de Galileo, aplicándola al sistema político cu- bano contemporáneo: “E pur, si muove.” L AEROSIÓNDELPODERDEL E STADO El Estado cubano a partir del comienzo de los 90 ha comenzado a perder el con- trol que logró tener sobre la vida nacional y la vida de todos y cada uno de los cubanos. Esa pérdida de control es particularmente evidente en el terreno eco- nómico. Pierde el Estado el control sobre la economía cuando surge el mercado ilegal. Lo pierde también por los espacios que viene abriendo la economía legal aunque no oficial con rasgos de economía mercado (llamarle sencillamente una economía de mercado sería una exageración). Gracias sobre todo al mercado ilegal, Cuba una vez más descubre el capitalismo. Es, sin embargo, un redescu- brimiento de un capitalismo sin normas, sin reglas, precisamente porque es ile- gal. Además, en este capitalismo ilegal en muchos casos no se cumplen ni siquie- ra las normas propias del mercado, como los contratos o las obligaciones comerciales. Este tipo de mercado parte de la violación de la ley. Ninguna economía puede funcionar sin normas. Ninguna economía de mercado funciona sin reglas. Ninguna sociedad puede subsistir si no se acata la ley. Ningún país puede prosperar si la supervivencia del ciudadano require la violación sistemática de las leyes establecidas. Esta pauta de comportamiento re- presenta un reto para la Cuba del presente y del futuro, independientemente del nombre de su presidente o del tipo del régimen político prevaleciente. Ese desacato generalizado frente a la ley es un costo que ya aflige al país y amenaza a su futuro. Este ha sido un cambio político dramático, no meramente un cambio econó- mico. Un Estado que pierde el control que tenía, un Estado que pierde el con- trol que todavía desea tener, ya ha sufrido un cambio político importante. Una ciudadanía que socava la ley en su rutina cotidiana, debilitando la organización formal de la sociedad y de la economía, manifiesta una conducta subversiva. Este extraordinario cambio abre grandes espacios para una mayor transformación de la vida política –para bien o para mal. Por primera vez en muchos años se puede hacer política en Cuba cuando el Estado comienza a carecer de los poderosos tentáculos que fueron sus instrumentos de poder. Frente a ese Estado que comienza a perder el control resurge una sociedad civil, basada notablemente en las actividades religiosas. Es impresionante es el re- surgimiento de los cultos afrocubanos, expresión religiosa genuinamente propia de la nación cubana. Resurge también la asistencia a misa y la práctica sacramen- tal en la Iglesia Católica en Cuba, señalando un nuevo “milagro” colectivo. Apa- recen nuevas y vibrantes sectas evangélicas, desarrollando una labor religiosa y social ya muy común en otros países latinoamericanos. Este Estado también comienza a perder su omnipotencia sobre la vida inte- lectual, retrocediendo en su control sobre la expresión de ideas tanto en las uni- versidades como en centros de investigación y aún en el seno del partido comu- nista. Autoriza el semi-exilio, principalmente en México pero también en otros 6 J ORGE I. D OMÍNGUEZ encuentropaíses, de miles de escritores y artistas que no rompen formalmente con el go- bierno de Cuba pero ya residen en el país sólo durante sus vacaciones familiares. E LNUEVOESPACIOPOLÍTICO “Fidel Castro nunca...” Frases que comienzan así han sido parte del discurso y del análisis político sobre Cuba durante muchos años. “Fidel Castro nunca per- mitirá la inversión extranjera en Cuba”. “Fidel Castro nunca permitirá el retorno del turismo”. “Fidel Castro nunca permitirá que se fortalezca la Iglesia Católica en Cuba”. “Fidel Castro nunca permitirá el trabajo por cuenta propia”. Frases pa- recidas pululan en cualquier discusión sobre Cuba entre los 60 y los 80. En los 90 Fidel Castro ha venido autorizando medidas que detesta, no porque haya tenido una conversión religiosa, no porque haya cambiado de criterios ideo- lógicos, sino porque es incapaz de gobernar a su gusto. Es éste un cambio político extraordinario. Por un tercio de siglo, Fidel Castro logró gobernar a su gusto. Y es notable que quienes ejecutaron por muchos años las medidas de ese gobernante plenipotenciario hoy ejecutan las políticas opuestas, políticas adoptadas en los 90 contra las cuales estas mismas personas lucharon a fines de los 50 o comienzos de los 60. Este cambio es costoso psicológica y políticamente. El estilo de hacer reformas por goteras, o reformas a regañadientes, pero re- formas que no queda otro remedio que ir haciendo, genera ciertas expectativas en la población: ocurrirán otros cambios en el futuro. Ese mismo gobierno que adopta una medida que considera indeseable puede, por supuesto, retroceder y modificar esa misma medida. Puede, sin embargo, verse obligado a adoptar re- formas aún más radicales por la presión de la crisis. Por tanto, este estilo de adoptar reformas promueve también la violación de la ley porque anticipa que lo que hoy se prohibe mañana se permitirá. Este estilo de hacer reformas también profundiza la convicción que el gobierno es mentiroso ya que ni siquiera en el momento cuando se autoriza un cambio cre- en en él quienes lo promulgan y defienden. Hoy se autorizan los paladares; maña- na se prohiben los paladares; pasado mañana se vuelven a autorizar los paladares. Este estilo de hacer reformas a regañadientes, de modificar y de cambiar lo que se había dicho que nunca se haría, es inherentemente subversivo. Contribuye tam- bién a que el ciudadano viole las normas, y a que el gobierno pierda credibilidad. P OLÍTICAYECONOMÍA Las exigencias económicas del Estado lo han llevado a auspiciar una subasta na- cional que probablemente se acelerará durante los próximos años mediante la inversión extranjera y la privatización parcial de algunas empresas del Estado. Es- tas medidas legitiman la lenta pero segura destrucción del socialismo burocráti- co que controla le economía, así como también las futuras políticas aún más acti- vas para promover la inversión extranjera. Hay una desnacionalización paulatina de la economía mediante la acción del mismo gobierno que en un momento justificó su legitimidad revolucionaria gra- cias a la nacionalización. Este gobierno socava poco a poco las bases políticas y populares sobre las cuales construyó el socialismo en Cuba. Las consecuencias 7 La transición política en Cuba encuentroNext >