editorial/ Terrorismo • 3 cambios en el consejo de redacción de encuentro • 5 Homenaje a Lorenzo García Vega el oficio de perder / Lorenzo García Vega • 7 elogio del aguafiestas / Carlos Espinosa • 14 palabras de homenaje / José Lezama Lima • 16 Lorenzo García Vega ENTREVISTOpor Carlos Espinosa • 18 el último de los origenistas Carlos A. Aguilera • 28 suite para la espera: la herencia vanguardista Enrique Saínz • 33 de un notario incómodo / Víctor Fowler • 38 jagüey, la victoria, playa albina / Lourdes Gil • 44 comentarios de un oidor o lorenzo garcía vega en su FLORIDAROOM Carlos Victoria • 48 crónicas de un reencuentro / Carlos M. Luis • 52 Miradas polémicas moreno; entre la historia y la leyenda Oscar Zanetti • 57 morir en miami Rafael Rojas • 61 cuba helenística: las fuentes de una reconfiguración moral Emilio Ichikawa • 65 un espectáculo lamentable Juan Abreu • 70 retratos de la memoria / Manuel Díaz Martínez • 75 la destrucción del cauto / Eudel Cepero • 91 güines, mi pequeña venecia / Benito Barrios • 97 huella de asombro y sufrimiento/ Louis Bourne • 99 Poesía cuadro de familia y otros poemas Jorge Valls • 109 encuentro DELACULTURACUBANA REVISTA Director Jesús Díaz Redacción Velia Cecilia Bobes Elizabeth Burgos Manuel Díaz Martínez Josefina de Diego Carlos Espinosa Antonio José Ponte Rafael Rojas Edita Asociación Encuentro de la Cultura Cubana c/ Infanta Mercedes 43, 1º A 28020 • Madrid Tel.: 91 425 04 04 • Fax: 91 571 73 16 E-mail: asociacion@encuentro.net Colaboradores Juan Abreu • Carlos A. Aguilera • Eliseo Alberto • Rafael Alcides • Ramón Alejandro • Carlos Alfonzo †• Rafael Almanza • Eliseo Altunaga • Alejandro Anreus • Armando Añel • Uva de Aragón • Helena Araújo • Jorge Luis Arcos • Joaquín Badajoz • Gastón Baquero †• Carlos Barbáchano • Jesús J. Barquet • Benito Barrios • Víctor Batista • José Bedia • Francisco Bedoya • Juan F. Benemelis • Antonio Benítez Rojo • Beatriz Bernal • Marta Bizcarrondo • María Elena Blanco • Rosa Ileana Boudet • Luis Bourne • Atilio Caballero • Madeline Cámara • Wilfredo Cancio • John Carlin • Jorge Castellanos • Eudel Cepero • Mons. Carlos Manuel de Céspedes • Luis Cruz Azaceta • Mª Elena Cruz Varela • Cristóbal Díaz Ayala • Manuel Díaz Martínez • Eliseo Diego †• Vicente Echerri• Antonio Elorza• Carlos Espinosa• Norge Espinosa• Oscar Espinosa Chepe• Magaly Espinosa• María Elena Espinosa• Abilio Estévez• Miguel Fernández• Lino B. Fernández• Joaquín Ferrer• Víctor Fowler• Alejandro de la Fuente• Lorenzo García Vega• Flavio Garciandía• Alberto Garrandés• Florencio Gelabert• Lourdes Gil• Roberto González Echevarría• Ana Grillé• Mariela A. Gutiérrez• Pedro Juan Gutiérrez• Ernesto Hernández Busto• Emilio Ichikawa• Maya Islas• José Kozer • Glenda León • Pierre Lepape • José Lezama Lima †• César López• Carlos M. Luis• Eduardo Manet• Ángeles Mateo Pino• Adriana Méndez Rodenas• Carmelo Mesa-Lago • Julio E. Miranda †• Juan Antonio Molina • Carlos Alberto Montaner • Nivia Montenegro • Gerardo Mosquera • Carlos Olivares Baró • Andrés Oppenheimer • Joaquín Ordoqui • Heberto Padilla†• Enrique Patterson• Mario Parajón• Patricia Pardiñas• Gina Pellón• Marta María Pérez Bravo• Marifeli Pérez-Stable• Gustavo Pérez Firmat• Enrique Pineda• Ena Lucía Portela• José Prats Sariol• Tania Quintero• Sandra Ramos• Alberto Recarte• Enrique del Risco• Miguel Rivero• Raúl Rivero• Mireya Robles• Arturo Rodríguez• Guillermo Rodríguez Rivera• Efraín Rodríguez Santana• Rafael Rojas• Marta Beatriz Roque• Joel Franz Rossel• Hazem Saghiyeh• Edward W. Said• Baruj Salinas• Miguel Ángel Sánchez• Rolando Sánchez Mejías• Elizardo Sánchez Santacruz • Enrique Saínz • Enrico Mario Santí • Fidel Sendagorta• Ignacio Sotelo• Ilán Stavans• Tzvetan Todorov • Amir Valle • Jorge Valls • Aurelio de la Vega • Carlos Victoria• Fernando Villaverde• Alan West• Yoss (José Miguel Sánchez)• Oscar Zanetti• 21/22 verano/otoño 2001 «yo soy el bolero» / Nivia Montenegro • 115 los defensores de los derechos humanos somos no personas Elizardo Sánchez Santacruz • 127 favorables / Raúl Rivero • 131 Textual Dossier La primera crisis del siglo XXI 135 hasta el velorio del comandante Marifeli Pérez-Stable • 157 por esos mares del mundo anda un barco de papel Joel Franz Rosell • 159 Cuentos de Encuentro revelación en mantua / Vicente Echerri • 171 charadas/ Enrique Pineda Barnet • 178 las frutas por corona o la décima como difraz Ángeles Mateo del Pino • 193 casa real / José Kozer • 203 Visión de América Dossier La Tercera Historia de una intervención cubana en Chile 205 jorge mañach: prensa, periodismo y comunicación Patricia Pardiñas-Barnes • 243 Buena Letra 247 Cartas a Encuentro 297 La Isla en peso 301 Portada, contraportada e interior, Eduardo Muñoz Ordoqui Contraportada Sin título. De la serie «Destierros» (1996-1998) Portada Sin título. De la serie «Cartas por Sabina» (1999-2000) diseño gráfico Carlos Caso maquetación KSOcomunicación impresión Navagraf, S.A., Madrid Ejemplar: 1.000 ptas. / 6,01 euros Ejemplar doble: 2.000 ptas. / 12,02 euros Precio de suscripción (4 núm.): España: 4.000 ptas. / 24,04 euros Europa y África: 6.650 ptas. / 39,97 euros América, Asia y Oceanía: 7.900 ptas. / $ 55.00 / 47,48 euros No se aceptan domiciliaciones bancarias. Encuentro de la cultura cubana es una publicación trimestral independiente que no representa ni está vinculada a ningún partido u organización política dentro ni fuera de Cuba. Las ideas vertidas en cada artículo son responsabilidad de los autores. Todos los textos son inéditos, salvo indicación contraria. No se devolverán los artículos que no hayan sido solicitados. D.L.: M-21412-1996 ISSN: 1136-63893 encuentro introduccióneditorial Editorial Terrorismo E L11 de septiembre quedará en la historia universal de la infa- mia por dos agresiones, igualmente sobrecogedoras, contra la vida, las libertades y la dignidad humanas: el golpe militar de 1973 en Chile y los atentados terroristas perpetrados en Nueva York y Washington en el presente año. Son dos delitos sangrientos de magnas proporciones que corroboran el peligro letal que entraña el uso de la violencia, bajo cualquier bandería, para la estabilidad social y la convivencia civilizada entre individuos y entre naciones. Los kamikazesque el 11 de septiembre pasado secuestraron avio- nes comerciales repletos de pasajeros y los estrellaron en las torres del World Trade Center y en el edificio del Pentágono, ejecutando la acción terrorista más espectacular y devastadora de la historia, tenían el designio de golpear a Estados Unidos en los símbolos de su poder financiero, militar y político, pero impactaron en el conjunto del sistema democrático y, como observó el secretario general de la ONU , Kofi Annan, «hirieron al mundo entero». El extremismo político, el fanatismo religioso, el nacionalismo fanático, las fobias étnicas y, sobre todo, la fe en la violencia, ingre- dientes que se combinan de diversas maneras en el terrorismo, no son privativos del mundo islámico. La historia reciente del terroris- mo incluye también a Europa, a Estados Unidos, al Lejano Oriente, a África y a América Latina. El terrorismo es una plaga que empezó ensombreciendo la vida de algunas sociedades perturbadas por gra- ves conflictos sociopolíticos y que, a causa de la imprevisión, la vul- nerabilidad, o la doble vara de medir que a veces usan las democra- cias, y de la complicidad de regímenes autocráticos que se han servido de él, ha acabado por poner en crisis la seguridad mundial. Sea de la magnitud que sea, prodúzcase en el sitio donde se pro- duzca, y aunque se practique en nombre de las más legítimas reivin- dicaciones del pueblo más agraviado y oprimido del planeta, el terrorismo es una actividad criminal, intrínsecamente perversa ade- más de insensata, de ningún modo justificable, como tampoco son justificables el genocidio, el asesinato de prisioneros, la tortura, laesclavitud y todo lo que atente contra la integridad física y la digni- dad de las personas. Ante este monstruo decidido a destruir los valores humanos, devorar nuestras libertades y devorarnos a noso- tros mismos, el mundo democrático no puede permanecer ni inerte ni inerme. La masacre del 11 de septiembre, interpretada por el Gobierno norteamericano y la OTAN como un acto de guerra contra Estados Unidos, ha puesto a este país y a sus aliados en zafarrancho de com- bate. Estamos asistiendo al inicio de una guerra que seguramente será larga, muy compleja —por la naturaleza y ubicuidad del enemi- go— y, como todas las guerras, costosa en vidas y en bienes y de consecuencias impredecibles. Aunque se anuncia como un enfrenta- miento entre civilización y barbarie (igual en su fundamento al que tuvo lugar en los Balcanes cuando la Unión Europea y Estados Uni- dos defendieron a los musulmanes bosnios del ultranacionalismo panserbio de Milósevic) y no como una cruzada contra ninguna etnia, cultura o religión, entraña el riesgo de derivar en un indesea- ble choque de civilizaciones. Ya hay interesados en que se vea de esta última manera. A Estados Unidos, como país agredido y en peligro de sufrir nue- vos ataques, el Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea le han reconocido el derecho a responder militarmente a quienes identi- fica como sus agresores. Pero no serán los tanques ni los misiles, ni siquiera los comandos mejor entrenados o los policías más sagaces, los que acaben con el terrorismo, ni en Oriente ni en Occidente. Mientras los problemas sociales, políticos y económicos que lo origi- nan y alimentan no sean resueltos, seguiremos siendo, todos, en cual- quier parte del mundo, víctimas de ese monstruo de mil cabezas. 4 Terrorismo encuentro editorialLuego de cinco años de trabajo, que festejamos con la presentación de la edición especial número 20 en el Palacio Nacional de Bellas Artes de Ciudad México, junto a la prensa y más de un centenar de amigos e invitados, y donde intervinieron Carlos Monsiváis, Christopher Domínguez, Rafael Rojas y Jesús Díaz, la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana, editora del diario digital Encuentro en la Redy de esta revista, ha decidido realizar cambios en el Consejo de Redacción de la misma a partir de la presente entrega. Los miembros salientes han ido contrayendo nuevas responsabili- dades laborales que resultan cada vez más difíciles de compatibilizar con la tareas propias del Consejo de Encuentro. El narrador y periodis- ta Luis Manuel García, residente en Sevilla, es coordinador de chats de Encuentro en la Red; el ensayista Iván de la Nuez, residente en Barcelo- na, es director del Palacio de la Virreina; la politóloga Marifeli Pérez- Stable, residente en Miami, se ha incorporado a la Universidad Inter- nacional de la Florida; y el narrador Rafael Zequeira, residente en Madrid, ha decidido concentrarse en su tarea de creación literaria. Todos continuarán como colaboradores de la revista, y a todos quere- mos agradecerles públicamente la entrega y la compañía que nos han regalado durante estos años. Los miembros entrantes —la socióloga Velia Cecilia Bobes, residen- te en Ciudad México; la politóloga Elízabeth Burgos, residente en París; la narradora Josefina de Diego, residente en La Habana; y el ensayista y narrador Antonio José Ponte, también residente en La Habana—, son colaboradores históricos de Encuentroque a partir de ahora nos entregarán en mayor medida su talento y su tiempo. Junto a los miembros que permanecen en el Consejo —el poeta Manuel Díaz Martínez, residente en Canarias; el crítico Carlos Espinosa, residente en Miami; y el ensayista Rafael Rojas, residente en Ciudad México—,los que se suman contribuirán a seguir buscando nueva formas de esti- mular el desarrollo de una cultura democrática para nuestro país a partir de la vocación independiente y plural de Encuentro. 5 encuentro Cambios en el Consejo de Redacción de EncuentroRetrato de Lorenzo García Vega con su uniforme del supermercado «Publix» por Arturo Rodríguez.7 encuentro homenaje a lorenzo garcía vega E l heroísmo. pues, antes que nada, hay que decir lo siguiente: hablar de un oficio, hablar de cualquier ofi- cio, y sobre todo hablar del oficio de perder, es hablar del heroísmo. Antes que nada el héroe. Se aprende un oficio para ser el héroe. Así como, cuando se quiere levantar un Laberinto, es que se quiere saber lo que tiene por dentro el heroísmo. Desde niño quise aprender el oficio de perder, pero es que desde entonces ya quería ser héroe. Fui, como todos los niños, un narcisista, y como todos los niños narcisistas tuve una vocación heroica. Por supuesto, al principio mi pretensión consistió en querer ser un guerrero. Quise llegar a ser Simón Bolívar. Me dije que iba a liberar a la Isla de Pinos, la isla esclaviza- da por Cuba. Pero después, después de un largo y alambicado pro- ceso, la vocación heroica y el oficio de perder se llegaron a unir. Y, verificada la unión, la cosa se convirtió en mi destino. Pues estuve en una azotea, saludando a las multitudes, con el sombrero de pajilla que había pertenecido a mi padre. Fue en 1934, un año antes de que muriera Carlos Gardel. Por el mediodía, con sol que rajaba las piedras. Subí (la escalera como una espiral), hasta llegar a la azotea de mi casa infantil, en Jagüey Grande. Ya en la azotea miré para abajo, hacia la calle desierta. Abajo, enfrente, estaba el Precinto. En el Precinto no había ningún preso, pero sí había un perro aburrido, echado sobre el piso del portal. La calle del mediodía, la recuerdo como si fuera ahora. Había unos álamos, que poco tiempo después cortaron (el Lorenzo García Vega El oficio de perder 1 Homenaje a Lorenzo García Vega 1 Fragmento del libro de memorias El oficio de perder, inédito.Next >