< PreviousCorte Penal Internacional de cuyo tratado de creación el gobierno del Presi- dente Bush retiró la firma. ■ En el tema medioambiental, la fundación apoya al Consejo de Protección Forestal (Forest Stewardship Council), un fuerte crítico de los planes de la administración Bush de abrir campos de extracción petrolera en zonas de las reservas forestales de Alaska. Con relación a Cuba, la Fundación ha apoyado sobre todo actividades de intercambio académico, pero también: ■ La Fundación Amistad Inc., recibió de la Ford us $100,000 para contribuir a la modernización de la biblioteca de Casa de las Américas, en La Habana, poco sospechosa de ser una operación de la cia . ■ A través de Cuba Research and Analysis Group, la Ford destinó a Cuba en el 2001, us $150,000, con el objetivo de facilitar el acceso a información on line a los usuarios cubanos del correo electrónico. ■ Financió el intercambio entre la Universidad John Hopkins y el Instituto de Relaciones Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, al que se fueron poco a poco incorporando otros organismos tales como el Centro de Estudios de América y el Centro de Estudios de los Estados Unidos. ■ Ha financiado la asistencia de académicos e intelectuales cubanos al Con- greso de la Asociación Estudios Latinoamericanos ( lasa ). ■ Durante muchos años fue el principal sostén del proyecto Caribbean Exchange de la Universidad de la Ciudad de Nueva York y el Proyecto Cuba de la Uni- versidad de Georgetown en Washington, el cual, además de intercambio aca- démico, ha cumplido un papel educativo, relacionado con las consecuencias del embargo económico para ambas sociedades. ■ Financió proyectos de capacitación que organizaciones estadounidenses realizaban en Cuba con autorización del Tesoro de los Estados Unidos. ■ Fomenta los intercambios académicos y culturales así como las investiga- ciones comparadas entre artistas, intelectuales y académicos cubanos y sus colegas latinoamericanos. ■ Financió a Oscar Lewis para hacer una investigación en Cuba sobre las consecuencias de la revolución en la «cultura de la pobreza». El gobierno de la Isla expulsó a los investigadores antes de que hubiesen concluido su trabajo. Paradójicamente, cuando el equipo de Lewis publicó sus resul- tados, éstos fueron muy favorables a las políticas sociales de la revolución. ■ En el 2000, la Ford donó us $100,000 a The American Friends of the Ludwig Foundation of Cuba, con el propósito de favorecer intercambios culturales entre instituciones de Cuba y Estados Unidos. ■ Propósito semejante tuvo su donativo de us $250,000 al Centro para la Política Internacional cuyo trabajo sobre Cuba dirige el muy conocido ex diplomático estadounidense Wayne Smith, uno de los principales oponentes al embargo y us $150,000 destinados a The Lexington Institute. Estos fueron empleados para difundir información económica sobre Cuba, y crear un estado de opinión favorable a la apertura de la política norteame- ricana hacia la Isla. 258 un ejercicio de infamia encuentro DOSSIER / financiación, totalitarismo y democraciaObviamente, ninguna de estas acciones a favor de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y por la derogación del embargo, están en sintonía con la política de las administraciones norteamericanas durante los últimos 42 años. GSF yARCA [www.generalservice.org y www.fdncenter.org/grantmaker/arca/] Donan fondos a instituciones de Cuba y no a Encuentro de la cultura cubana. ■ Con el mismo objetivo de normalizar las relaciones Cuba- usa , la General Services Foundation donó a diferentes instituciones us $105,000 en 1995 y us $87,500 en 1996. ■ El caso de la Fundación Arca es el más llamativo dentro de las que pro- mueven la mejoría de las relaciones y el levantamiento del embargo. Sólo entre 1995 y 1997 donó, con este propósito, us $1,940,500 a distintas insti- tuciones, entre las que destacan: ■ El Instituto de Política Mundial, receptor de us $330,000, destinados a alertar a la comunidad empresarial norteamericana sobre lo nocivo de endurecer las sanciones económicas contra Cuba. ■ Cuba Policy Foundation obtuvo 450,000, de los us $866,600 dedicados en 2001 a promover el deshielo. ■ Medical Education Cooperation with Cuba recibió us $100,000 destinados a la cooperación con la Isla. ■ us $75,000 fueron invertidos en presentar por primera vez en veinte años el Ballet Nacional de Cuba en el Kennedy Center de Nueva York. FUNDACIÓN ROCKEFELLER[www.rockfound.org] Dona fondos a Cuba y no a Encuentro de la cultura cubana. La Rockefeller es otra de las encartadas por F. S. Saunders en el caso cia , y también es mencionada por La Habana, aunque con menor énfasis, al no estar entre nuestros patrocinadores. La Rockefeller se destaca por sus importantes aportaciones a investigaciones sobre mejoras agrícolas para paliar el hambre en el Tercer Mundo, efec- tuadas por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (México), así como el Centro Internacional de Agricultura Tropical (Colombia): us $2,957,108 en el 2001. Pero además. durante el mismo año, donó us $906,780 a instituciones de sus supuestos «enemigos ideológicos», destinados a investigaciones agrobiotecnológicas, bioinformática, planifica- ción familiar, etc. Los receptores fueron: ■ La Academia China de Ciencias. ■ Las Universidades Fudan (Shangai) y Huazhong (Wuhan). ■ La Academia de Ciencias Agrícolas de Shangai. 259 un ejercicio de infamia encuentro DOSSIER / financiación, totalitarismo y democracia■ Y otros us $298,290 destinados a programas de salud, proyectos artísticos y al Museo Etnológico, y cuyos destinatarios fueron entidades estatales como el Ministerio de Salud o la Universidad de Hue, ambos de Vietnam. Tanto China como Vietnam gozan de la amistad del gobierno cubano, y distan mucho de ser catalogados como «operaciones de la cia ». ■ La Fundación Rockefeller aportó us $10,000 a un evento sobre suelos cele- brado en Varadero en 2001, y durante el 2002, us $100,000 a proyectos en Cuba o relacionados con Cuba: ■ La conservación de la papelería de Hemingway en La Vigía. ■ La exposición Utopia/Post-Utopia: Conceptual Photography and Video from Cuba, en el Samuel Dorsky Museum of Art. NATIONAL ENDOWMENT FOR DEMOCRACY (NED) [www.ned.org] Dona fondos a Encuentro de la cultura cubanay no a instituciones de Cuba. El vocero oficial de Cuba en la Feria Internacional del Libro de Guadala- jara, Fernando Rojas, declaró en Granmaque Encuentro«ha sido finan- ciada por la National Endowment for Democracy,(...) pantalla de la cia ». El resto de los ataques del gobierno cubano, dan por sentado el carácter axiomático de la frase, de modo que: primero: La National Endowment for Democracy es algo así como el brazo desarmado de la cia . segundo: La ned financia (del singular se desprende que en solitario) la revista Encuentro de la cultura cubana. Y tercero: Por carácter transitivo, Encuentroes una operación de la cia y del gobierno norteamericano, que presuntamente dictan nuestra línea editorial. Para ello apelan al artículo Political Meddling by Outsiders: Not New for U.S.,de John M. Broder, publicado en The New York Timesel 31 de marzo de 1997, el libro de William Blum Rogue State: A Guide to the World´s Only Superpower, el artículo de Cuauhtémoc Amescua México: política exterior que da pena, el informe anual de la ned (1998), y otros nueve artículos periodísticos, de los cuales seis son de La Jornada (México). El artículoPolitical Meddling by Outsiders: Not New for U.S. ,fue publi- cado por John M. Broder tras revelarse que el gobierno chino, aliado de Cuba, intentó influir con donaciones monetarias en la política interna norte- americana. La única referencia de Broder que conecta a la cia con la ned , dice textualmente: «La ned fue creada hace 15 años para hacer abierta- mente lo que la cia hizo subrepticiamente durante décadas» (el subrayado es nuestro, y la opinión, sin otro valor probatorio, es suya). Del mismo modo, ninguno de los artículos citados, o el libro de William Blum Rogue State: A Guide to the World´s Only Superpower, recoge prueba alguna de que haya existido transferencia de fondos de la cia a la ned , como no sea extrapolar en el tiempo un procedimiento perfectamente 260 un ejercicio de infamia encuentro DOSSIER / financiación, totalitarismo y democraciadocumentado entre fines de los 40 y fines de los 60, es decir, tres lustros antes de que se creara la ned . ¿Qué sabemos entonces a ciencia cierta de la National Endowment for Democracy? En su página web puede leerse: «La ned es una fundación privada y no lucrativa creada en 1983 para reforzar las instituciones democráticas en el mundo entero mediante esfuerzos no gubernamentales (…) el desarrollo de instituciones democráticas, procedimientos, y valores. La democracia no puede lograrse sólo mediante un proceso electoral, y no tiene que estar basada en el modelo de los Estados Unidos o cualquier otro país en parti- cular. Más bien esto se desarrolla según las necesidades y las tradiciones de culturas políticas diversas». Desde su fundación se estableció que no sería nunca «una agencia o esta- blecimiento del Gobierno de los Estados Unidos»; que los miembros de su consejo no son seleccionados por el Presidente, y que aquellos que pasen a servir en el poder ejecutivo, deberán abandonar el consejo. La institución, en especial en sus primeros tiempos, recibió ataques desde la izquierda, que la acusaba de interferir en los asuntos internos de otros países, al servicio de la política exterior norteamericana, amparada bajo la excusa de promover la democracia. Una crítica que ha disminuido tras la caída del muro, y en la medida en que la comunidad internacional percibe cada vez más los derechos humanos y la democracia como un patrimonio universal, cuya violación no se puede amparar tras las fronteras nacionales. A medida que se ha ido demostrando el énfasis programático de la ned en el desarrollo democrático a largo plazo, así como en la construcción del edificio de la sociedad civil, financiando grupos de derechos humanos indígenas y de minorías, la reticencia inicial ha transitado hacia una fusión sustancial de inte- reses entre la ned y la comunidad de derechos humanos en numerosos países. Desde la derecha no faltaron tampoco acusaciones contra ella, en el sentido de que su agenda promovía un modelo socialdemócrata, en especial en lo refe- rente al movimiento sindical. Aunque muchos legisladores republicanos han sido siempre favorables a la ned , y la institución ha merecido editoriales favo- rables enel Wall Street Journal, el Washington Timesy la National Review. ¿Qué acciones en concreto ha desarrollado la ned ? Entre 1983 y 1986, sus años fundacionales, sus acciones incluyeron el apoyo a los sindicatos democráticos en Filipinas y Chile, perseguidos por regímenes dictatoriales; así como la sostenida y decidida apuesta por el pro- ceso de democratización en Chile, que se mantendría durante los siguientes años, al igual que el apoyo a la transición democrática en Haití. En 1994 la ned promovió proyectos de reconciliación nacional y participa- ción ciudadana de la mujer en Centroamérica. Apoyó a la Agrupación Pro- Calidad de Vida en Venezuela en su campaña contra la corrupción; y pro- porcionó ayuda legal y atención a las víctimas de violaciones de sus derechos humanos en México, labores ambas que se continuaron en el 95. Año en que también cooperó en la integración de las poblaciones marginales en Brasil. 261 un ejercicio de infamia encuentro DOSSIER / financiación, totalitarismo y democraciaLos 90 incluyeron proyectos para la normalización en Colombia y el retorno de guerrilleros a la vida civil; la reconstrucción de la sociedad salva- doreña y la restauración de la tolerancia política; acciones relacionadas con el mercosur ; el diálogo político en Perú, etc. Ya en 2001 cooperó con la Organización de Ayuda al Desenvolvimiento Comunitario en Angola; los esfuerzos por la paz y los derechos humanos, la solución de conflictos étnicos y la organización Amigos de Nelson Mandela en el Congo; así como la Comisión Justicia y Paz en Liberia. Promocionó el nuevo periodismo en Colombia, y la protección de los periodistas amenazados; la defensa de la Glasnosten Rusia; y el Comité de Familias de los Desaparecidos en Argelia. También apoyó la plataforma palestino-israelí en Gaza, para relanzar el proceso de paz; así como el Centro para las Mujeres de Jerusalén. En 2002, la ned brindó apoyo a Acción Popular de Integración Social, grupo femenino mexicano; la Asociación de Grupos Juveniles Libertad-Afro- américa XXI, de la comunidad afrocolombiana, o el Frente Indígena Oaxa- queño Binacional en México. La página de la ned también incluye a un becario muy especial, la Funda- ción para un Nuevo Periodismo Iberoamericano ( fnpi ) (http://www.nuevope- riodismo.org/), que en 2001 recibió de la National Endowment for Democracy us $72,000. Dicha fundación cuenta entre sus patrocinadores a otras enti- dades demonizadas por La Habana: el Banco Interamericano de Desarrollo ( bid ) y su Instituto de Desarrollo Social ( indes ), el Council on Foreign Rela- tions norteamericano, la usis ( u.s. Investigations Services) y la Embajada de los ee uu en Bogotá, Colombia. La Fundación es presidida por su fundador, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, cuyo proyecto, desde luego, estamos lejos de anatematizar como una operación de la cia . En lo que a Cuba se refiere, todas las donaciones de la ned han estado dirigidas a grupos que abogan por la democratización de la isla y el respeto de los derechos humanos; algo que comprensiblemente irrita a las autori- dades insulares. Entrevistada en La Habana, la investigadora Francis Stonor Saunders, declaró tajantemente que «En materia de historia (…) todo debe estar sus- tentado con documentos (…) ha habido demasiados comentarios anónimos y yo estoy completamente en contra de esto. Es algo muy oportunista, es un recurso que utilizan los escritores a veces porque son muy perezosos o porque quieren llevar las cosas del lado que desean y esto conduce a una dis- torsión de la historia.» Y refiriéndose a la historia de la post Guerra Fría afirma que «sería muy difícil sustanciarlo con pruebas documentales porque estas sólo se revelarán años después». Esa orfandad de documentación no ha detenido a La Habana, que confía en el valor probatorio de la reiteración. 262 un ejercicio de infamia encuentro DOSSIER / financiación, totalitarismo y democraciaE l mundo no es sencillo. no es explicable en los dos tonos contrapuestos que hacen las delicias de los pen- samientos simples. En verdad nunca lo ha sido, pero lo es hoy menos que nunca antes. Y no hay razones para creer que Cuba sea una excepción. Nuevamente la pequeña isla caribeña se ha colocado en un plano relevante de los debates mundiales, sea porque duele como duele a Galeano; porque se lleve siempre en el corazón, como advierte Díaz Polanco; porque invita al desplante de «quedarse» al estilo de Sara- mago o porque siempre está, según el decir del locuaz Petras «en la primera línea de todas las luchas». No es en verdad una situación absolutamente nueva. Varias generaciones de cubanos han experimentado por décadas el exaltante placer de ver a su país desempeñar roles internacionales que sobrepasan con mucho las dimensiones de la isla, lo que probablemente explica la alta autoestima que los cubanos y cubanas pasean por el mundo. Sólo que ahora no se trata de muchas medallas olímpicas ni de sonadas victorias militares, sino del desen- cadenamiento de hechos lamentables que han colocado al país en una situación defensiva en un contexto interna- cional particularmente adverso. Los hechos son perfectamente conocidos y me limito ahora a describirlos sin más comentario. El día 18 de marzo fueron detenidos 32 activistas de la fragmentada oposición organizada, todos los cuales habían estado en una reunión con el nuevo jefe de la oficina de intereses de Estados Unidos en La Habana. Al día siguiente fueron detenidos otros 33, acusados de recibir dinero del gobierno norteamericano o de agencias de éste y así suce- sivamente hasta el número de 75. En 29 juicios sumarios 263 encuentro miradas polémicas Haroldo Dilla Alfonso Cuba: la compleja coyuntura miradas polémicascelebrados en el curso de unos pocos días, estas personas fueron condenadas a penas oscilantes entre 6 y 28 años. Al mismo tiempo, se habían producido dos secuestros de aviones con pasa- jeros por parte de ciudadanos deseosos de emigrar y acogerse a la Ley del Ajuste Cubano, que otorga a los cubanos que pisan suelo estadounidense el derecho al asilo y en un año también la residencia. El 2 de abril un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, secuestró una de las endebles lanchas que hacen el cruce de pasajeros entre diferentes puntos de la bahía, y tomó destino norte. La lancha quedó varada sin combustible a 45 kilómetros de Cuba y fue remolcada a puerto cubano. Los secuestradores iban armados pero no hicieron daño a ningún rehén. Fueron capturados el día 4, procesados mediante juicios sumarios el 8 y tres de ellos fusilados el día 10 de abril. El tiempo galáctico de una semana. Fue cuando menos una condensación represiva poco usual. Las reacciones fueron muy diversas, provocando entre intelectuales y políticos de izquierda una intensa escaramuza de artículos, proclamas y puntos de vista que indicaban un amplio espectro de posiciones delimitado por dos acotaciones extremas: la con- dena unilateral a la represión o el apoyo incondicional a las políticas del gobierno cubano frente a la injerencia norteamericana, sea aceptando como legítimos los encarcelamientos y fusilamientos o simplemente omitiéndoles de toda consideración. La prensa cubana, por su parte, solo recogió la parte favo- rable del espectro y endilgó a todo el espacio crítico restante dos posibles califi- cativos —confundidos o traidores— y en cualquier caso, cómplices de la agre- sión mediática imperialista. Un funcionario cultural, en un evidente tránsito desde «el exceso de virtud al desenfreno del pecado», sintetizaba así su posición: «En el sustento ideológico de la campaña anticubana… que los medios al servicio del imperio amplifican con pérfida fruición, tiene lugar la coincidencia entre indi- viduos que formaron tradicionalmente en las izquierdas y aquellos que, desde el respaldo inequívoco al orden capitalista, nos ofrecen la limitación de la soberanía como una solución. Unos y otros protagonizan una elemental consecuencia de la supremacía imperial y su dominación mediática: oponer a la Revolución la supuesta condición libertaria de las esencias del capitalismo». (Fernando Rojas. «Rosa, Vladimir, las derechas y las izquierdas», en www.lajiribilla.cubaweb.cu) Es decir, que por decreto del inspirado funcionario, la izquierda pasa a ser derecha, la derecha se queda en su lugar y todos se convierten en mercenarios mentales del imperio. Sólo olvidó mencionar a Judas y las 30 monedas de plata. los escenarios de la coyuntura Desde mediados del último mandato de Clinton, y como una respuesta al evi- dente debilitamiento del bloqueo, el gobierno cubano comenzó a imple- mentar una estrategia dirigida a ganar apoyos para administrar cualquier proceso de normalización de relaciones sin hacer concesiones políticas. Un pivote clave de esta estrategia ha sido incrementar las compras de productos agrícolas del medio oeste —un sector económico regularmente republicano— 264 Haroldo Dilla Alfonso encuentro miradas polémicasy por esta vía incentivar el apoyo de sectores empresariales norteamericanos interesados en el mercado cubano, eventualmente un lobbyeconómico anti-blo- queo, muy efectivo en un país que prioriza a los clientes sobre los amigos. Otro ha sido reforzar la alianza tradicional con los sectores políticos liberales y de izquierda opuestos a la injerencia americana en la isla, un lobbymenos efectivo, pero de una alta carga simbólica para el mercado político interno. Simultáneamente, y con vista a reagrupar sus bases políticas en tiempos difíciles, los dirigentes cubanos se empeñaron en una verdadera cruzada de movilizaciones, actos públicos, programas televisivos, etc, tomando como centro temas de profunda sensibilidad nacionalista, tales como el caso del niño Elián González o el actual encarcelamiento en condiciones francamente abusivas de cinco jóvenes cubanos acusados de espionaje en Estados Unidos. Con el tiempo, esta serie de acciones fue tomando cuerpo en lo que el presi- dente cubano ha denominado «la batalla de ideas», una justa reacción al pre- dominio a escala mundial de la ideología mercantilista neoliberal, pero que contiene la contradicción de reclamar espacios alternativos al «pensamiento único» en el plano internacional, al mismo tiempo que entroniza un pensa- miento único en el plano doméstico sin espacios para la discrepancia. El ascenso a la Casa Blanca del teamde halcones unilateralistas que preside George W. Bush, cambió las coordenadas del escenario. No tanto porque sea un grupo político de particular devoción derechista —un cruzado conservador como John Aschroft fue un activo opositor al bloqueo desde su anterior posi- ción senatorial— sino por sus vínculos conocidos con el estado de la Florida y por la incorporación a sus filas de figuras con pedigríes dignos de los tiempos del Gran Garrote y firmemente ligados a la ultraderecha cubano-americana. Aunque en sus inicios el gobierno cubano se esforzó por mantener una posición de colaboración mucho más pragmática que la mantenida con la administración predecesora, la administración Bush/Cheney fue poco recep- tiva a las señales de La Habana. Sin embargo habría que reconocer que esta administración ha hecho poco por endurecer las condiciones del bloqueo económico y por lo general se ha movido en la misma dirección que su prede- cesora, rumbo imprescindible si no quiere afectar sus bases políticas de gran- jeros y comerciantes agrícolas o crearse nuevas tensiones con sus aliados euro- peos y norteamericanos en torno a la cavernaria Ley Helms-Burton. A cambio, ha incrementado su retórica agresiva, las transmisiones radiales y acentuado sus relaciones con los grupos de oposición interna, las principales concesiones a sus ruidosos partidarios del sur de la Florida. Es en este contexto cuando llega a Cuba James Cason como jefe de la Ofi- cina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana. El comportamiento de Cason no ha podido ser más propio de un jinete de Teddy Roosevelt. Bajo su mando la oficina de intereses arreció su relación con los pequeños grupos de oposición y organizó varias reuniones y talleres en su propia residencia, hechos estos últimos que catalizaron la acción represiva del gobierno cubano. La actividad de Cason merecería un análisis más cuidadoso. No sería absurdo pensar que Cason creyó que con su apoyo la oposición organizada 265 Cuba: la compleja coyuntura encuentro miradas polémicaspodría rebasar su estado larvario y devenir una fuerza decisiva de la política cubana y por esa misma vía investir a los Estados Unidos con el estatus de un actor interno de la política insular. Un tipo de pensamiento simple, usual en las formulaciones norteamericanas y en última instancia habría que reco- nocer que la estupidez también tiene un lugar en la historia. Pero también cabe imaginar un diseño político más sofisticado en que los disidentes fueron previstos como un «daño colateral» en una maniobra diri- gida a provocar la represión y acentuar el aislamiento internacional de Cuba, particularmente en momentos en que la Unión Europea abría su primera legación en la isla. Si fuera así, al menos parcialmente, Cason cumplió su objetivo amparado en el viejo axioma que afirma que en política todos los extremistas terminan dándose las manos, aunque lo hagan hablando en prosa sin sospecharlo, como el personaje de Molière. No olvidemos que en los grupos opositores involucrados había varios agentes de la seguridad cubana, que no eran simples miembros, sino dirigentes superiores, y que uno de ellos fue el organizador de la reunión que detonó la situación. Una oficial infil- trada, que dirigía dos organizaciones y tenía un pase abierto para entrar en la Oficina de Intereses norteamericana, afirmó que con el encarcelamiento de los 74 activistas se había acabado para siempre la actividad disidente en Cuba. Otro pensamiento simple que la prensa oficial cubana se ocupó de divulgar. La respuesta del gobierno cubano a la reacción internacional adversa a los encarcelamientos y fusilamientos ha sido el endurecimiento de posiciones. Amparado en una supuesta inminente agresión militar norteamericana, ha anatematizado a todos los críticos culpándoles de potencial complicidad con los agresores, ha llamado a una solidaridad sin condiciones, ha arreciado al interior las convocatorias nacionalistas y ha cerrado aún más el espacio del debate crítico. En diversas comparecencias públicas, sus voceros han declarado que todos los opositores encarcelados eran peones del gobierno americano, y han pre- sentado pruebas contundentes en algunos casos pero argumentos risibles en otros. Han declarado que la pena de muerte aplicada a los secuestradores fue una acción extrema dirigida a enviar un mensaje firme a Bush y evitar una crisis migratoria que alentara la agresión norteamericana, con lo cual también afirman —nuevamente en prosa— que el estado cubano tiene la potestad de disponer de la vida de sus ciudadanos para enviar mensajes políticos a presi- dentes extranjeros. No menos significativa ha sido la reiteración de que todo fue un acto legal, pues las figuras del juicio sumario y de la pena de muerte existen en Cuba, así como la conocida ley 88 que prevé sanciones abruma- doras para delitos circunstanciales y sobre bases perceptivas, con lo cual sola- mente estaban diciendo —reiteradamente en prosa— que el sistema legal cubano es parte del problema 1 . 266 Haroldo Dilla Alfonso encuentro miradas polémicas 1 Las argumentaciones oficiales acerca de los procesos contra los opositores pueden encontrarse en la conferencia de prensa ofrecida por el canciller cubano y publicada bajo el título de No estamos dispuestos a renunciar a nuestra soberanía , Editora Política, La Habana, 2003.De igual manera, el gobierno ha insistido en que todos los enjuiciados —secuestradores y opositores— han gozado de todas las garantías legales, lo cual es más que dudoso si tomamos en consideración que entre los momentos de detención y de enjuiciamiento transcurrieron lapsos de dos semanas a cuatro días, en todos los casos insuficientes para que un abogado organice adecuadamente la defensa y tenga la oportunidad de discutir su caso con el defendido. Por ello, antes de cualquier otra consideración, los opositores deben ser liberados y deben tener la oportunidad de un juicio justo. Con los secuestradores fusilados, desafortunadamente, ya no queda casi nada efectivo por hacer. Si supusiésemos algún nivel de sofisticación intelectual en Cason, los encarcelamientos y los fusilamientos debieron provocarle una sonrisa de satis- facción por el deber cumplido. Es un lugar común del discurso oficial cubano afirmar que migrantes y opositores comparten una misma causa de origen: la hostilidad norteameri- cana contra Cuba. En el primer caso porque la migración está determinada por la política norteamericana de alentar salidas ilegales mediante el atractivo de la Ley de Ajuste Cubano. En el segundo caso, porque el gobierno nortea- mericano es quien financia y organiza a la oposición. Veamos brevemente algunos de estos supuestos. ¿por qué surge una oposición en cuba? No importa cuan creíble pueda resultar para el lector la información que brinda el gobierno. No tengo dudas de que existen relaciones no sólo emo- tivas entre una parte de los opositores organizados y el gobierno norteameri- cano. Y si es así, el gobierno cubano tiene derecho a reprimirles por compli- cidad con una potencia enemiga, siempre que se cumplan las garantías jurídicas elementales. También hay que reconocer que la obstinada hostilidad norteamericana hacia Cuba condiciona las actitudes y los alineamientos de este sector político, como de cualquier otro actor doméstico, incluyendo al propio gobierno. Y ello implica la necesaria imposición de acotaciones legales al funcionamiento de estos o de otros grupos mientras existan las políticas hostiles que marcan el diferendo con los Estados Unidos. Pero no es serio creer que toda la oposición es un producto norteameri- cano ni que pueda ser calificada sin distingos como una «quinta columna al servicio del imperialismo», epíteto que ciertamente el gobierno cubano ha usado de manera desconsiderada contra sus críticos. En primer lugar, durante décadas el gobierno norteamericano ha tratado de fomentar grupos de oposición en Cuba como parte de su estrategia contrarre- volucionaria. Durante los años 60 estos grupos mostraron una alta capacidad de beligerancia cuya máxima expresión fue la existencia de partidas de alzados en las montañas centrales de la isla por espacio de un lustro. Fueron derrotados no porque Estados Unidos los dejara de apoyar ni porque el gobierno cubano rea- lizara una briosa campaña militar anti-subversiva, sino porque perdieron su base social. Virtualmente, no hubo oposición interna en los 70 y 80 (a pesar de la 267 Cuba: la compleja coyuntura encuentro miradas polémicasNext >