Hancock
Un árbol de oro sucio
encajado en mitad de las dos casas,
y el viento que al pasar
hacía un sonido
de copas frotadas por el borde.
El otoño cantaba como un coro de bronce
cruzaba las montañas
tocaba las aldabas de las puertas mostaza.
Todo allí alrededor ritmaba la estación,
una misma paleta antifonal,
como si atreverse a...