Lol V. Stein
Giorgio Morandi, ‘Naturaleza muerta’ , 1956

He visto concretarse
la escena imposible:

Lol V. Stein ha enterrado las tijeras en el vientre de Tatiana Karl
las traía envueltas en el foulard de cachemira rosa
ese sería el verdadero final de la novela
sin final, de Marguerite Duras*

y aún antes
he trastocado los figurantes:
he visto a mi hermana
Bella
la loca
vestida de tul blanco
pintarrajeada
y su cabello
resbaladizo
chiflada
liada a los compases
mirando
hipnótica
a la pareja de baile

releo este libro de Marguerite Duras
buscando algo que perdí en él
algo vacío en Lol
intratable
¿el abrazo ríspido de Lol?
¿los ojos hechizados en el abrazo?

su corazón inacabado –dice Marguerite Duras

acaso perdí lo que buscaba
a las 7:21 a. m.
en Miami Beach
amanece
en S. Thala
también
oímos un grito

un libro que es
una naturaleza muerta de Morandi:
el motivo estático
las figuraciones primarias
su gama colores pasteles
los fondos indiferenciados
a punto de desaparecer
–debido
al arrebato de Lol V. Stein
su inhabilidad para el dolor
durante el baile en el Casino de T. Beach
cuando su novio
Michael Richardson
la deja plantada
y se va
¿a qué más?
a bailar
toda la noche
con una mujer
mayor
bien podría ser la madre
de ambos:
Anna Marie Stretter

Lol ahí como una floritura perfumada
alguien emite una frase insana
porque a esa gente le gustaría comérselos vivos
no reaccionar
caer en tal estado
de calce
había que sonreír, explicará luego Lol
mientras
hace una épica
de
ellos
poniendo
los ojos
en los dos
danzantes

- Anuncio -

durante horas
tan próximos uno del otro
tan decididamente unidos ya
indisolubles
Lol
subyuga
Lola Valerie Stein
ya la abreviatura tan francesa
resta importancia
a la locura
letárgica –ese es el
momento
sin empalme
por el que he regresado
a este libro
(eso creía)
un momento suspendido
interminable
un libro vacío
oceánico
vuelvo
por ella
su rostro imaginario
los ojos azules
tal vez un bozo rubio
atrapa
gotitas de sudor
a ella
Lol
le falta la palabra
en el abrazo

Jacques Lacan
en su estudio de caso
explica
que
le falta voz para pedir ayuda

Lol
jala
a
su mutismo
está enferma
de algo impreciso
aunque
una
no debe curarse
por completo
de la pasión, dice Marguerite Duras

dice Jacques Hold que cuando llovía
se sabía
a su alrededor
que Lol acechaba
los claros
detrás de las ventanas
en la monotonía
de la lluvia

¿qué puede hallarse en un libro
de lagunas dulces
baldío
como una habitación
abandonada?

ella
que solo los mira bailar
hasta después
que
los músicos han terminado
y se marchan
los instrumentos enfundados en sus tumbas, dice Marguerite Duras
es el final del verano
y el comienzo del día
los relojes mudos
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9…
marcan los segundos
sobre nuestras vidas
como carga pesada
peor aún
como piedras en el corazón de Lol

¡Michael! —grita
rompe el hechizo
al final del baile
destrozada
se explaya
una sola
vez

pero
Lol ya estaba
loca
desde antes
no digería las emociones
como el
amor
o
la alegría rotunda
si lo sabré yo

(siempre alejada de nosotros
–así me la describieron las primas
mi hermana Bella
la loca
vivía en Paris
era muy fina
piel de porcelana
educada
altiva
en la fotografía su vestido
de seda
perlada
y lazos de cinta púrpura
adornándole
las mangas abultadas
siempre alejada de nosotros
desde niña
mi hermana
Bella
–acordaron las primas

para cuando la conocí
ya estaba
loca
impúdica
nos corría detrás con las tijeras
abiertas para matarnos)

Lol
asimismo
siempre alejada de nosotros
el rigor de su abrigo
gris
sus oscuros vestidos a la moda, dice Marguerite Duras
uniforme, insípida y sublime, dice
(claro
si está loca desde siempre)
la locura
su precisión de relojería, dice
pendiente
de
su caída
¿Era el corazón el que no estaba ahí?, pregúntase Duras

como si de
una pelusa
en el saco
Michael Richardson
se sacude a Lol
el abandono ejemplar, dice Duras
que una modulación quejumbrosa
tierna
invadió la sala de baile vacía
–una expansión
d e l o s l a t i d o s c a r d í a c o s
de Lol, apunto

era hermosa
de una palidez gris
a causa de la tristeza, dice Marguerite Duras
que Lol no es aún Dios
ni nadie
que la vio desnuda, inconsolable.

(yo nunca vi a mi hermana
Bella
la loca
desnuda
la vi como puede verse a un internado
en un psiquiátrico:
el desarreglo hospitalario
apestada
días sin bañarse
el rostro extraviado
falleciente
alguna ropa interior ajada
empercudida
las sandalias
rotas
la ansiedad a g ó n i c a
y las lagunas
del
pensamiento
¿cuántos días llevaba en la calle
Bella
cuando la arrastré
hasta aquí?
vino a pedir ayuda
le di cinco dólares
la eché de la oficina
dije, has perdido el perro
has botado las fotografías familiares
la llave
no ha quedado nada de valor
tómate las medicinas
vete
me perjudicas
fuera de aquí)

Marguerite Duras dice que
Jacques Hold
cada tarde
desnuda a una mujer
que no es Lol
–apunto
que
antes de
ayuntarse
se miran
pero hay una brecha
expansiva
aquí
Tatiana no es Lol
que no lo es
¡siéndola!
(aúllo por dentro
la mujer que Lol ve
asomarse a la ventana
tiene
el
mismo
nombre
que
mi
otra
hermana
la torturada torturadora)

dice Jacques Hold
–quien es
el narrador testigo
y
amante de Lol–
que desde el cuerpo enfermo de
Tatiana Karl
grita
un nombre
pero
¿cuál será?

(veamos
ha quedado omitido
será
un nombre
lo que vine a buscar:
Tatiana Karl
se llama
la amante de Jacques Hold
y Tatiana
se llama
mi hermana
torturada
torturadora
un nombre
para dos historias
infames

río agriamente
por
dentro
vine a buscar
a este libro
incompleto
cosas mías
mis dos hermanas
la loca
la torturada torturadora

la hermana
torturada
torturadora
era un desnudo perfecto
una vez
la vi
como por primera vez
la piel tersa
blanquísima
los bellos
rojizos
los pezones
rosados
abultados
el mazo de cabello
caoba
nunca más fue
así
de
hermosa

la hermana
torturada
torturadora
arañaba como una gata
feroz
aquí las cicatrices
como
mapa
del
descalabro)

entonces
Lol
no es ella misma
eso hallo
en este libro
inclasificable
ahí está
en la página
117
el abrazo extraviado
debido a esa mirada
inmensa
famélica
del abrazo
ya lo sé
vine por Tatiana Karl
junto a ese claro inconsolable
del abrazo

la hermana
torturada
torturadora
está aquí
esperándome
en las páginas impares
es
la amiga
de Lol
comparten
amante
vine
a confrontar
ese nombre
una
y
otra
vez
sobre la página
salta el nombre
ruso
arañándome
los ojos
dañándome la córnea

a veces
duele el ojo
las córneas enfermas
la costura
que dejó
el
zarpazo
¿vivirá aún?
el vacío es estatua, dice Marguerite Duras

apunto:
Tatiana Karl
y la hermana torturada torturadora
tienen la piel marmórea
y desnuda
Jacques Hold
se acuesta con
las dos
y él es quien recoge los huesos rotos
porcelanosos
los trozos rescatables de Lol
el residuo
de su
desquicio–

en tan constante huida
reclamaba ser besada sin pedirlo, dice el narrador testigo
Jacques Hold
y
algo más
incontestable:
¿por qué no te matas?
¿por qué no te has matado ya?, pregunta insana
de Jacques Hold
a Lol V. Stein
comencé a recordar
cada segundo más
su recuerdo, dice

en lo alto del cielo hay
suspendida
una bruma
violenta
que el sol rasga, dice Marguerite Duras
y agrega:
en ese momento
los ojos de Lol
sumergidos
en
la dulzura
de una
infancia interminable
a
esa edad
adormecida de los locos

sus ojos azules –uno de ellos, el izquierdo,
ligeramente dormido
los ojos de Lol son mieles

con el dedo hago copy y me lo llevo a la mejilla
como si llevara toda la frase
al rostro
y me la untara:
a esa edad adormecida de los locos

hallo
la crueldad
dulcísima
detrás
de
las ventanas
de este libro
desantendido
mi
folie à deux
mis hermanas

los ojos verdes de
la hermana
torturada
torturadora
son dos puntas de tijeras
que entierra en los míos
para
que
yo
vea
el
mundo
desde
la
agonía
psíquica
de
Lol.


*El arrebato de Lol V. Stein

Colabora con nuestro trabajo
Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro.
¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí.
¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected].
Rosie Inguanzo (La Habana, 1966). Escritora, actriz, profesora. Ha publicado la novela La Habana sentimental (Bokeh, Leiden, 2018), y los libros de poesía La vida de la vida (Hypermedia, South Carolina, 2018) y Deseo de donde se era (Nos y Otros Editores, Madrid, 2001). En Miami, donde reside desde 1985, ha cultivado una trayectoria en el teatro. Es doctora en español y literatura iberoamericana por la Universidad Internacional de la Florida. A Rosie puede vérsele caracterizando a su alter ego, Eslinda Cifuentes, en los performances que realiza junto al violinista y compositor Alfredo Triff.

Deja un comentario

Escriba su comentario...
Por favor, introduzca su nombre aquí