¿Te consideras un(a) cineasta independiente? ¿Por qué?
Me considero un cineasta independiente porque mi trabajo no ha tenido el apoyo de la Unión Soviética, el campo socialista, la Revolución cubana o el Imperialism yankee. Todo mi trabajo ha sido realizado con mucho esfuerzo personal y con el apoyo de mis amigos.
¿Qué criterios –económicos, políticos, culturales– han condicionado tu autonomía creativa para hacer cine en Cuba?
Mi autonomía creativa es lo primero. A quien me ha dado dinero se lo agradezco, pero le dejo claro desde el principio que mi autonomía es intocable. Cuando esto no ha sido así, me he retirado. La política y el conocimiento cultural lo pongo yo.
Desde los años noventa, el campo cinematográfico cubano ha experimentado importantes transformaciones, entre ellas, la pérdida de la hegemonía productora del ICAIC. En este panorama, ¿hacia dónde apunta la denominación “cine independiente” en el caso cubano? ¿Tiene sentido hablar de cine independiente hoy?
Hablar de cine independiente tiene mucho sentido para los cineastas que como yo hemos tenido claro desde el principio que el ICAIC no era nuestro camino. En mi caso personal, te puedo decir, no me interesa el cine de industrias.
Recientemente, el Gobierno cubano ha legislado sobre el cine nacional. ¿Cómo impacta el decreto ley 373 las condiciones de posibilidad de los cineastas? ¿En qué medida responde a los intereses y las demandas del gremio?
Ese decreto, al igual que el marco jurídico que incluyen la Constitución y las leyes en Cuba, no hacen nada en favor de los derechos de los ciudadanos cubanos. No es de extrañar que este decreto venga para legalizar la censura.
¿Cómo evalúas el modelo de desarrollo cinematográfico que supone la puesta en vigor del Fondo de Fomento? ¿Cuáles son sus principales beneficios y limitaciones?
Creo que el Fondo de Fomento será positivo para cierto grupo de cineastas… sobre todo para los leales. Sin embargo, no creo que beneficie al los que como yo hacemos un cine que desafía el poder. Recuerda que el Gobierno predica la CONTINUIDAD y la continuidad es “dentro de la Revolución todo; contra la Revolución nada”.
¿Cuáles son los desafíos, los límites y las posibilidades para el desarrollo de una industria audiovisual en la Cuba actual? ¿Cómo será el cine cubano del futuro?
Yo considero que no se necesita una ley de cine, sino una ley de libertad de expresión, una ley de libertad de empresa. En un país con pasado cerrado, con presente cerrado, es casi inevitable un futuro cerrado.