La Gioconda, la pintura más famosa del Louvre, recibió este domingo un ataque insospechado. Un hombre cuyo nombre no ha trascendido, vestido de blanco, con peluca negra y gorra, sentado sobre una silla de ruedas, se acercó este domingo a la célebre pintura de da Vinci y lanzó una tarta, según se ha venido informando en los más importantes diarios europeos.
En las redes sociales han circulado decenas de videos en los que se pude ver a los trabajadores del museo limpiar el merengue blanco sobre la lámina que protege uno de los mayores tesoros parisinos y una de sus principales atracciones culturales y turísticas. El óleo de Leonardo da Vinci no sufrió daños, pero el agresor fue expulsado de manera inmediata, mientras profería palabras en favor del cuidado del planeta.
El Museo del Louvre aún no se ha pronunciado públicamente sobre el suceso. La agencia española EFE reportó que la dirección de la institución francesa interpuso una demanda contra el individuo protagonista de la irrupción. El museo realizó una “denuncia contra un visitante que simuló tener una discapacidad para acercarse a la vitrina de seguridad en la que se encuentra La Gioconda”, agregó la agencia.
Expuesto desde 1996 en la sala de los Estados, la más amplia del Louvre, el cuadro más famoso del mundo recibe cada día cientos de visitantes. Desde 2005, La Gioconda ocupa el lugar de honor en el centro de la sala, protegida por una vitrina. Esto se debe no sólo a las exigencias de seguridad, sino a las necesidades de conservación. Como no se trata de un lienzo, sino de una tabla de madera de álamo, este soporte se ha deteriorado y fisurado. Por este motivo, la vitrina proporciona condiciones sumamente estables de temperatura y humedad.
Tras el daño causado por un visitante al echarle ácido encima, desde principios de la década de los cincuenta, la Mona Lisa tiene delante un vidrio protector colocado. A mediados de 2019, una lámina de policarbonato Danpalon, extremadamente transparente, fue puesta en el mismo lugar, pero esta vez el material aislante es a prueba de balas.
La Mona Lisa, construida a partir de la técnica del sfumato, sigue poseyendo una gran carga vital hasta nuestros días. En consecuencia, ha sido objeto de consecutivos intentos de robos y ataque. Uno de los más recordados sucedió en 1911 cuando el cuadro desapareció del Louvre. Durante más de dos años no hubo noticias de La Gioconda, hasta que Vincenzo Peruggia, un vidriero que había trabajado en el museo, intentó venderlo a un marchante italiano. Entre ese suceso y el más reciente han sucedido otras agresiones, lo que ha sumado a la obra maestra de Leonardo da Vinci más celebridad.
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