Linet Sánchez, arquitectura del vacío: una entrevista

Linet Sánchez se sumerge en la introspección narrativa donde lo fotografiado es el gran ausente. En su obra nada se acerca más a la ausencia que la propia autorrepresentación, que es concebida a partir de la conexión con recuerdos detonadores de continentes arquitectónicos, los cuales, como bien ella afirma, ahondan la memoria como residuo.

Linet hace uso de la fotografía como instrumento de la memoria. No obstante, sus fotos en muchos de los casos son parte del resultado final de una búsqueda profunda que transita por varias etapas, desde bocetos, pasando por maquetas, hasta llegar a las propias fotografías o videos.

La arquitectura del sistema de pensamiento de la propia autora se hace presente durante el acto poético del vacío. ¿Durante este proceso de reconstrucción de su imaginario del vacío habrá tanto vacío? ¿O existe la posibilidad de la dualidad entre la presencia y la ausencia?

Al observar sus fotografías no dejo de pensar en cuán cómplices somos de su propia experiencia estética, de este rastro de lo efímero que Sánchez representa y que hace presente al espectador en un campo de connotaciones que induce diversos cuestionamientos.

La relación particular con el vacío en tu obra se hace evidente en el resultado, pero antes de llegar a ello está el tránsito por la construcción del espacio. ¿Qué es para Linet la belleza del vacío? Me interesaría conocer sobre todo el proceso de construcción de esa narrativa de los espacios que va desde bocetos, maquetas, hasta la fotografía. ¿En qué consiste tu proceso creativo?

El vacío ofrece la posibilidad de ser llenado, esa es para mí su más grande belleza. El vacío le brinda la posibilidad al espectador de ver dentro de sí mismo.

Mi proceso creativo parte de una búsqueda sobre mis propios recuerdos, así como del análisis de la manera en que percibimos la realidad y las emociones asociadas a los lugares que habitamos. De este proceso de introspección surgen bocetos de espacios arquitectónicos vacíos o cerrados que algunas veces pretenden reproducir esos recuerdos, y en otros casos, modificarlos o crearlos; dependiendo del interés particular de cada serie. Una vez definidos, estos espacios pasan a ser construidos a pequeña escala con cartón o madera principalmente. Algunos de ellos están hechos para ser fotografiados o filmados y otros para funcionar como objeto escultórico.

Pudiéramos decir que lo que queda en la memoria es la relación con el cuerpo, con lo fotografiado ¿cómo es para Linet Sánchez el encuentro con estos espacios límpidos, sepulcrales, minimalistas, que se transforman en alegorías del recuerdo?

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El encuentro con esos espacios resultantes en mis obras me brinda la posibilidad de reconstruir el pasado, de crear nuevas historias quizás más cerca de lo que deseo que del evento original. Por otra parte, me permite también establecer un punto de encuentro entre mi experiencia personal y la del espectador que busca llenar estos vacíos.

Se pudiera afirmar que en tu obra hay una interrogación sobre aquellos espacios que evocan al recuerdo, a la memoria y que, como bien tú dices, se han convertido en otra cosa. Entonces, ¿qué te motiva a esa interrogación en escenarios construidos?

Los escenarios construidos, aparte de ser una forma de materializar una imagen mental, tienen relación con la construcción individual que suponen los recuerdos y la percepción sobre los eventos que vivimos; pero también estas maquetas buscan una relación con esto último por la ambigüedad que generan, ya que no son espacios reales por ser una representación de una imagen mental y no poder ser habitados por su escala, pero a la vez, si los son una vez construidos, en tanto existen como objeto físico dentro de lo que entendemos como realidad.

¿Qué detona la relación intensa, casi obsesiva se pudiera decir, que hay en tu obra con ese vacío que se vuelve centro de la narrativa?

Yo creo que mi obsesión con el vacío puede haber venido, en parte, de los espacios de mi infancia; sobre todo del ballet, del escenario vacío, ese en el que se construyen miles de historias a partir del recorrido del bailarín o del actor, pero que en sí mismo es atemporal e impersonal.

Los lugares representados en mis obras están inspirados en memorias, en emociones relacionadas a ellas, pero no representan lo real sino los residuos que quedan en la memoria; una imagen mental. El vacío hace referencia a la incapacidad de retener los momentos, y a la soledad que supone para mí la experiencia y la percepción. Toda nuestra experiencia sucede en nuestra mente, y en ese lugar estamos solos.

Para mí las cosas que vivimos son solo instantes detonadores de miles de pensamientos, sensaciones, aprendizajes, memorias; son más todo lo que generan en nuestra mente que no es visible, que los sucesos en sí mismos.

Lo que vemos es en cierto nivel una forma de mirarnos a nosotros mismos ¿Qué dice tu fotografía de la persona Linet Sánchez?

Soy una persona que piensa mucho, que dedica mucho tiempo a analizar las cosas y los sucesos pasados, los cuales repaso una y otra vez. Vivo más en mi mente que en el presente y le temo a la soledad que ese espacio me genera, aunque resulte contradictorio.

En tus fotografías hay una transformación de lo visible, en la mayoría de los casos guiada por el uso de la luz, ¿se podría afirmar que retratas tanto la inminencia de la ausencia como la presencia?

Sí, para mí mis fotos retratan más aquello que no está siendo representado.

¿Qué es lo que cambia constantemente en tu fotografía y qué impacto tiene en ti?

En mis fotografías no cambian muchas cosas. Casi todas mis series están estrechamente conectadas, una deriva de la otra, y en ocasiones se repiten en ella los mismos elementos o parten de las mismas memorias. De cierta forma solo varía la apariencia de los espacios, pero en esencia todas parten de las mismas ideas. Tengo una relación casi obsesiva con ellas.

Se podría decir también que hay una pureza incontaminada en tus fotografías, pero producir una realidad no significa producir una verdad ¿Cuál sería tu relación con la verdad fotográfica que insinúan tus fotos?

Para mí esos espacios representados son espacios nuevos, espacios que nunca fueron habitados porque para mí una memoria no representa la realidad, como ya he dicho anteriormente, sino que algo nuevo y personal nace de ello. Por eso cada persona tiene una impresión distinta de realidades que comparte con otros. La casa en la que viven dos personas no es la misma para cada uno de ellos. Las mismas palabras no significan lo mismo para dos personas diferentes, etc. Pero cada una de estas percepciones diferentes de lo que vivimos constituye una verdad.

Durante el mes de abril estuviste en la beca de Espacio 23, en Allapattah, en Miami. Para cerrar me gustaría preguntarte cómo fue esa experiencia y si estás trabajando en algún proyecto nuevo. ¿Qué pudieras adelantar de este?

La experiencia de haber estado mes y medio en esa residencia fue muy motivadora para mí, y muy fructífera a nivel personal y profesional. El equipo de trabajo de Espacio 23 está formado por personas hermosas que hicieron de ese tiempo lejos de mi casa que tanto disfruto, un tiempo maravilloso; me sentí muy a gusto. En ese tiempo realicé 4 obras de una nueva serie y conocí a muchísimas personas con las que tuve la oportunidad de hablar de mi trabajo.

Por el momento, continúo trabajando e investigando sobre esta nueva serie que comencé en esos días en Miami.