Sergio Chávez, ‘Tribuna’

Camina por una callecita de La Habana. Llega a la esquina, mira a un lado y luego al otro. No vemos su rostro. Está de espaldas. Viste un pantalón azul oscuro y un pullover azul marino. Sergio, ¿Eres tú?

Por un momento lo perdemos de vista. Las calles están vacías. Un pionero. Un hombre muy parecido a Martí. ¿Será el apóstol?

A lo lejos un perro ladra y se escuchan las olas chocar contra las rocas. Pero el aire que golpea nuestros rostros es caliente, naranja y con pedacitos de arena.

Una abuela pasa con la bolsa de los mandados. Los altos ventanales oxidados por donde pasa un gato que se acaricia.

Por un momento no se sabe si estamos en Cartagena, en La Habana o en un pueblito de pescadores. Pero no, aquellos de allá no son pescadores: son balseros.

Sergio, ¿te fuiste?

¿Por qué la ciudad está tan vacía? Tan desolada. Ahora se escucha una cafetera colar y los pies de un anciano sobre el asfalto. Sus chancletas van y vienen, pero sin ritmo.

Sergio, ¿y tus hermanos? La mesa está servida y nadie quiere tocar las cartas. Las cartas de mamá. Las cartas que anuncian el futuro.

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Sergio, ¿qué te motiva? ¿Cómo defines tu obra?

Sergio Chávez no me responde. Quizá no me escucha. No me ve. La ciudad se ha quedado tan vacía que las palabras que salen de la boca se cansan antes de llegar a la esquina.

Aquí no queda nadie.

Sergio Chávez Bonora nació en 1965. Hace algunos años. Desde 1999 reside en la Florida, no muy lejos de aquí. En avión son cuarenta y cinco minutos, por el mar no sé. Está cerca, pero al mismo tiempo está lejos. Depende de cómo se vea.

Me cuenta que estudió pintura y escultura en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro. También pasó un año en la Escuela Nacional de Artes Aplicadas estudiando diseño escenográfico.

Sergio Chavez ‘Vidente | Rialta
Sergio Chávez, ‘Vidente’

Me lo imagino parado en una esquina. Esperando. Esperando algo. Sergio, ¿qué esperas?

Participó en talleres de creación dirigidos por Antonia Eiriz y en performances con Manuel Mendive.

Lo veo recogiendo un trozo de madera al borde del basurero. La cabeza llena de ideas no lo deja caer.

Su arte se ha expuesto en Miami, en París, en exposiciones personales y colectivas. Algunas de las más recientes han sido: Desde esta orilla (Galería Artefactus, 2018); Más allá de la inocencia (Miguel Rodez Art Projects, 2015); Habana mía (Unzueta Gallery, 2012); La Havane Naïve (Galería Ars Atelier, de Zoe Valdés, 2010-2011).

Sergio, ¿cómo se plancha una camisa guayabera?

Estamos en enero de 2022. Vengo de un recorrido por el barrio. Me siento en el sofá con la sensación de haber pasado por mil puertas cerradas. La puerta de la bodega, de la farmacia, de aquel amigo del frente, de la vecina inoportuna. Pongo la cafetera.

Dos tazas. Una para mí y otra para Sergio que está a unas cuantas millas de aquí. Vamos a conversar, como si estuviéramos bajo el mismo techo.

Sergio, ¿dónde naces? ¿Cómo era ese primer entorno?

Nací en una azotea, en Centro Habana, muy cerca del malecón habanero. Fui el último de cuatro hermanos en un entorno de mucha escasez.

Hay algo que se repite en tu obra, sabemos que es La Habana, pero al mismo tiempo sentimos cierta onda de pueblo chico. ¿Crees que la ciudad tiene un poco de pueblo de campo?

Es posible. Yo la pinto como la recuerdo.

¿A qué edad saliste de aquí?

A finales de los años noventa unas vecinas me anotaron en la lotería de visas para emigrar a Estados Unidos y para mi sorpresa la gané; fue algo que no había estado en mis planes. Me fui de Cuba a los treinta y cinco años de edad.

¿Cuál fue la ciudad que te acogió?

Vine a Miami y me quedé en Miami. Aunque he viajado bastante, actualmente sigo viviendo aquí, ahora en Miami Beach, muy cerca del mar, como en La Habana.

Sergio Chavez ‘Puerta y bandera | Rialta
Sergio Chávez, ‘Puerta y bandera’

¿Qué hay de la isla en tu obra?

Toda la imaginería que aparece en mi obra, desde los pisos de mi casa en Centro Habana, el mar al final de la calle o los viejos platillos voladores sobre la ciudad imperturbable, son recuerdos de la isla.

La luz en tus cuadros me recuerda a las películas del oeste…

Es que no hago uso de las sombras, lo ilumino todo de golpe y la escena se ofrece totalmente expuesta, de una sola vez, al que se asoma a verla.

La mayoría de tus personajes no tienen rostro. Siento que son como los cubanos de a pie, en general, sin ninguna muestra de individualidad.

La falta de rasgos en sus rostros los hace semejantes, tal vez todos ellos seamos nosotros mismos.

¿Cuáles son los temas que más te interesan? ¿Han variado con el tiempo?

Mis temas siguen siendo los mismos desde que me inicié en la pintura y a lo largo de todos estos años de trabajo. Hubo una primera etapa en mi evolución en la que me expresaba mediante ensamblajes sobre soportes irregulares y objetos y materiales encontrados al azar, muchas veces en basureros. Esas obras nunca han sido expuestas; pero le han dado coherencia a mi trabajo. Y las obras de hoy en Miami son muy afines, temática y conceptualmente, con aquellas que dejé en La Habana.

Sergio Chavez ‘Aparicion | Rialta
Sergio Chávez, ‘Aparición’

En tu pintura aparece la virgen, el vidente. ¿Le dedicas muchos pensamientos a las cuestiones de la fe?

No realmente. Pero me interesa incluir en mis obras las entidades religiosas que son importantes para los cubanos.

¿Cómo sientes esa relación del ser humano con lo sagrado?

Mi madre fue una espiritista muy admirada, poseía una relación muy cercana con los misterios. En nuestra escalera de madera que llevaba a la azotea amanecían a diario personas de todas las condiciones que esperaban sentadas pacientemente por sus consultas espirituales. Ella conservó toda su vida el don de la adivinación. De ella aprendí el aplomo ante lo sobrenatural, es algo que acepto sin cuestionamientos.

Sergio Chavez ‘Jose Marti y Anamely | Rialta
Sergio Chávez, ‘José Martí y Anamely’

Me gusta mucho tu homenaje a Anamely Ramos González y al Movimiento San Isidro. ¿Qué te llevó a trabajar sobre ese tema?

Mi admiración por Anamely y por el Movimiento San Isidro, por lo que hacen para logar un cambio.

¿Qué me puedes decir del catálogo sobre tu labor Entre dos aguas recién publicado en Nueva York?

A finales del año pasado, mi amigo, el escritor Reinaldo García Ramos, me propuso hacer un catálogo sobre mi obra. La idea original fue transformándose a medida que juntábamos los materiales y conseguíamos la colaboración de otros amigos que aceptaron escribir textos de valoración crítica para nuestra publicación. Fue fundamental la participación en el proyecto de George Riverón, que aceptó publicar el catálogo en Bluebird Editions, una editorial que él ha llevado adelante durante más de diez años. Además, George se encargó del diseño y la maquetación. La edición final salió de la imprenta en febrero de este año y consta de más de cincuenta páginas en papel cromo, ilustradas a todo color con veintisiete obras. Se abre con cinco comentarios: “Un universo suspendido, pero seguro”, de Anamely Ramos González; “Menos es mejor”, de Gustavo Valdés; “El eco del pintor en uno mismo”, de Osvaldo Hernández Menéndez; “Las metáforas del silencio”, de Oscar Faguette; y “Una nostalgia sin dramas”, de Reinaldo García Ramos. El catálogo tiene un valor de 25 dólares, suma que cubre también los gastos de embalaje y franqueo a direcciones en Estados Unidos. Los interesados en adquirirlo deben escribirme por la mensajería privada de Facebook a mi nombre, Sergio Chávez Bonora.

Sergio Chavez ‘Balseros | Rialta
Sergio Chávez, ‘Balseros’

¿Te sientes como en una camisa de fuerza usando solo ciertos colores?

No, no creo que sea una “camisa de fuerza”. En mi obra los valores plásticos, el color entre ellos, están en función de contar una historia, una historia que una vez iniciada se extiende de una pieza a la otra. Un pintor no tiene mucho margen para escoger sus asuntos, y en esa misma lógica tampoco sus colores.

Dime qué pintores te han marcado.

Te mencionaré a tres cubanos que aprecio mucho: Arístides Fernández y Víctor Manuel, de los que se pueden encontrar huellas en mi trabajo, y Antonia Eiriz, a la que hago homenajes una y otra vez.

¿Es difícil para un artista como tú vivir en Miami?

En mi caso, he trabajado durante todos estos años en ocupaciones muy variadas: pinté casas, fui guardia de seguridad en un garaje de camiones, corté hierba, trabajé en el aeropuerto con una compañía que envía carga al extranjero, lavé platos en un restaurante de comida cubana, rellené pomos con champú casero en el negocio de un amigo… Pero nunca he dejado de pintar.

¿Cómo definirías tu obra?

Una balsa con la que a diario regreso al país del que tantos se marchan.

Sergio Chavez ‘Platillo y Malecon | Rialta
Sergio Chávez, ‘Platillo y Malecón’
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2 comentarios

  1. Amigo Carlos Lechuga ¡muy agradecido! es una entrevista en que las imágenes fluyen en una sola toma de cámara 🎥, eres sin duda un gran cineasta.

  2. Maravilloso. Siempre resulta fresco y humano lo que se lea de Carlos. Siempre conmueve. Gracias por conocer a Sergio a través de ti. Auténtico

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