No idolatrarás a bestia ni a imagen alguna
No podrás traer las tazas que usó Anäis Nin
cuando estuvo en Cuba.
Ni siquiera esas tazas viejas,
sucias,
manchadas de lápiz labial,
guardadas en el almacén de un museo,
a merced de las cucarachas y el polvo.
Ni siquiera las tazas.
El dictador
El dictador como un invento decimonónico.
Un invento...