11-J: Fotógrafo Anyelo Troya, condenado en juicio sumario a un año de privación de libertad

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Anyelo Troya / Fotos: Tomadas de Facebook
Anyelo Troya / Fotos: Tomadas de Facebook

El domingo 11 de julio, a las dos de la tarde, el fotógrafo y realizador audiovisual Anyelo Troya González (La Habana, 1996) –quien rodó en Cuba parte del videoclip del tema Patria y Vida— salió de su casa en La Habana Vieja. Vestía pantalón carmelita y pulóver gris claro. Antes de irse agarró su cámara fotográfica Leica, la cartera con sus documentos de identidad, el celular y los audífonos.

Se dirigió a Centro Habana con la intención –asegura su madre, Raisa González Cantillo– “de comprar unas pizzas”. En algún momento, el joven se cruzó con cientos de manifestantes que exigían cambios en el país. Desde horas de la mañana, como parte de un efecto dominó iniciado en el pueblo de San Antonio de los Baños, acontecían protestas similares en más de cien puntos de la geografía nacional, según contabilizó Proyecto Inventario.

Troya fue detenido en la intersección de las calles Neptuno y Consulado. Desde la estación policial ubicada en Dragones esquina a Lealtad, en Centro Habana, más conocida como “la estación de Zanja”, pudo llamar a su madre desde un celular, presumiblemente, de otro detenido:

—Madre, ven para acá, estoy detenido en Zanja.

En conversación con Rialta Noticias, Raisa González confirmó que el martes 20 de julio, en el Tribunal Municipal Popular de Diez de Octubre, se realizó un juicio sumario en que, además de Anyelo Troya (caso 42236), fueron condenados otros diez “muchachos”.

Este miércoles en la mañana, en ese mismo centro judicativo, ella y su abogado, Olimpo Aguilera Hernández, estuvieron presentes durante el acto en que se dio a conocer la sentencia por “desorden público”: un año de privación de libertad en el centro penitenciario de Valle Grande.

El equipo judicial responsable del proceso sumario contra Troya no respondió a la solicitud de comentarios realizado por Rialta Noticias. La secretaria del juicio, quien prefirió no ser identificada, dijo que no podía dar informaciones al respecto.

La familia de Troya presentará, en un plazo de tres días, una apelación al tribunal.

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Desde el día 11 de julio, Raisa González no había vuelto a ver a su hijo. Dice que cuando la jueza terminó de hablar este miércoles, él pidió la palabra:

—Tengo derecho a un abogado. Tengo derecho a mi defensa. Tengo derecho a la libertad de expresión.

Enseguida lo esposaron y lo sacaron de la sala. Raisa González dice que sólo atinó a gritar:

—Mi’jo, estate tranquilo. No estás solo. Tu madre va a luchar hasta lo último. Esto es una injusticia. Sé fuerte, mi’jo. Sé fuerte que nunca te vas a quedar solo. Tu madre está aquí contigo.

Ella cuenta que no lloró, que estuvo firme. Que estuvo firme para él, para que estuviera tranquilo. Ella siente que es una injusticia y ahora teme salir a la calle. “Tengo medio de que me hagan algo a mí también”, dice.

El lunes 12, al amanecer, Raisa González se presentó en Zanja. Ahí le informaron que su hijo había sido trasladado hacia la estación de 100 y Aldabó. Allí confirmó que Troya se encontraba en la lista de detenidos.

“Me dijeron que me fuera tranquila para mi casa”, recuerda. “Que me iban a llamar. Dejé los números de mi celular y de mi casa. Estuve todo el tiempo sin saber de él. Dicen mentiras. No me dieron una respuesta de nada. Nunca. Ni una llamada, ni una respuesta, ni un instructor para hablar. Nada”.

El viernes 16, la madre de Anyelo Troya volvió (“porque nunca me llamaron”) a 100 y Aldabó. Le dijeron que regresara el lunes. El lunes 19 le dijeron finalmente que estaba acusado de “desorden público”.

En la tarde del martes, llamaron a Raisa González desde 100 y Aldabó y le comunicaron que podía pasar a recoger la cámara fotográfica de su hijo. Preguntó por los audífonos y el celular. Le dijeron que estaban en la estación de Zanja. En Zanja un oficial le dijo que no, que allí no había nada de eso, que regresara a 100 y Aldabó porque allá debían estar esas cosas. En medio de la incertidumbre Raisa González hizo una petición:

—No empiecen, nuevamente, a hablarle sin transparencia a los padres.

Antes, esa mañana, ella ya había ido junto a su abogado a 100 y Aldabó. Su hijo no se encontraba allí. Justo en ese momento estaba siendo enjuiciado en el Tribunal de Diez de Octubre.

“Cuando llegamos, alrededor de las tres de la tarde, ya el juicio había terminado”, dice Raisa González, madre de Anyelo Troya.

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