La exposición Arte del mar: Artistic Exchange in the Caribbean, que desde diciembre de 2019 tiene lugar en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, será exhibida hasta junio de 2021, según comunicaba esta semana su curador, James A. Doyle, después de que las autoridades del museo consideraran extenderla seis meses más de lo previsto originalmente.
Arte del mar, que reúne piezas pertenecientes a los fondos del Met así como otras tomadas en préstamo de diferentes museos del mundo, constituye la primera exhibición sistemática que el Met dedica al arte caribeño precolombino, y se centra en los intercambios culturales que, por espacio de más de un milenio, se dieron entre los diversos pueblos asentados en los territorios bañados por el mar Caribe, tanto en las islas antillanas como en el continente centroamericano.
Según explica en el catálogo de la exposición James A. Doyle, curador asistente del Met y especialista en arte y cultura mayas, los más recientes descubrimientos arqueológicos demuestran que, antes de la llegada de los colonizadores europeos a finales del siglo XV, “la sociedad caribeña formaba una vasta red, interconectada y multilingüe, que estaba caracterizada tanto por las complejas relaciones entre los vecinos como por los contactos a larga distancia”.
Es así que Arte del mar exhibe piezas provenientes de las culturas tairona y veragua –asentadas en territorios que hoy forman parte, respectivamente, de Colombia y Panamá, y, como demuestra elocuentemente esta exposición, practicantes de una orfebrería áurea de sorprendente sofisticación–, así como de los pueblos aborígenes que poblaban las actuales Costa Rica y Honduras.
La sección central y más amplia de Arte del mar está constituida por obras de arte del pueblo tradicionalmente denominado taíno, asentado en las Antillas Mayores. Destaca entre ellas una escultura de madera con aditamentos de concha que representa un cemí (divinidad antropomórfica), concebida para el ritual del cohoba, que implicaba la inhalación de sustancias alucinógenas. Otras obras expuestas son vasos de cerámica, collares de hueso y piezas votivas e instrumentos de caza tallados en piedra.
La exposición concluye estableciendo nexos entre los modos de representación del arte taíno y el arte moderno. Es muy significativa la inclusión del monumental lienzo del pintor cubano Wifredo Lam Rumor de la tierra (1950), en el que Doyle encuentra una fusión entre lenguajes artísticos de la vanguardia europea y formas de expresividad caribeñas que incluyen, además del elemento africano, el aborigen. También, se exhibe una muestra de la obra escultórica del artista puertorriqueño contemporáneo Jorge González que rinde homenaje a la escultura en piedra taína.culturas
En la página web de la exposición es posible acceder gratuitamente al catálogo y a una visita virtual en video.
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