Foucault solo podía reconocer su camino filosófico en la radicalidad de los cínicos. Podía hablar desde la libertad de los cuerpos, desde la sensualidad de la muerte.
¿Cómo perfilar el pathos del pueblo soviético construido sobre la propaganda kitsch y mesiánica del sueño compartido y sobre la orgía inquisitorial y desenfrenada?