El Festival de Salzburgo celebrará en agosto su edición 2020

Uno de los acontecimientos culturales más prestigiosos del mundo, el Festival de Salzburgo, que justo este año celebra su primer centenario de existencia, no será suspendido como ha ocurrido con otros eventos de ese tipo, ni sucederá por medios virtuales, sino que se llevará a cabo, como cada año, en esa ciudad austriaca de tan extensa tradición artística.

La presidenta del Festival de Salzburgo, la periodista y política austriaca Helga Rabl-Stadler, anunció este lunes que la edición del presente año tendrá lugar no en el mes de julio, como es costumbre, sino a partir del 1^ro de agosto. Precisó que, aunque quedan detalles por coordinar con las autoridades civiles de Austria, ya en el mes de agosto será posible en ese país la realización de eventos artísticos ante una audiencia de hasta mil espectadores.

No obstante, Rabl-Stadler insistió en que la de este año será una edición distinta a las demás, debido a los imperativos sanitarios exigidos por la actual pandemia. Ante todo, las doscientas representaciones previstas se reducirán a noventa; y los miembros del público deberán observar medidas de prevención del contagio como el uso de la mascarilla y el distanciamiento social. Se espera que desde principios de junio esté disponible el programa definitivo del evento.

El Festival de Salzburgo fue fundado en 1920 por tres de las figuras más sobresalientes de la cultura germánica de principios del siglo XX: los austriacos Hugo von Hofmannsthal, poeta y dramaturgo, y Max Reinhardt, director y productor teatral, y el compositor alemán Richard Strauss. La idea que animó la concepción de ese evento fue la de hacer que toda la ciudad barroca de Salzburgo se convirtiera durante unos días en un escenario teatral. Aunque empezó siendo un festival fundamentalmente dedicado al teatro, gradualmente fue imponiéndose el factor musical, al punto de que es hoy en día considerado uno de los eventos operísticos más relevantes de la escena mundial, una celebridad a la que contribuyó no poco el que el Festival de Salzburgo haya sido dirigido durante muchos años por el destacado conductor austriaco Herbert von Karajan.

La edición de este año abrirá, como es tradición, con Jedermann, la obra teatral de Hofmannsthal inspirada en las moralidades medievales, con cuyo estreno en 1920, bajo la dirección de Reinhardt, se inauguró el Festival. Otras propuestas interesantes en teatro serán una versión libre de esta pieza, Everywoman, compuesta desde una perspectiva femenina por el dramaturgo suizo Milo Rau, y el estreno de Zdeněk Adamec, del reciente Premio Nobel austriaco Peter Handke, una obra de fuerte contenido político.

En cuanto a música se refiere, la fuerte impronta mozartiana de este festival, que se celebra en la ciudad natal del compositor clásico, se manifestará en representaciones de dos de sus óperas más importantes: Don Giovanni y La flauta mágica. Es de destacar también una Elektra de Strauss protagonizada por la lituana Asmik Grigorian, una Tosca de Puccini con la rusa Anna Netrebko y un Don Pasquale de Donizetti con Cecilia Bartoli, tres de las más grandes sopranos del panorama operístico contemporáneo. Otra propuesta de enorme interés es el célebre oratorio de Haendel Der Messias, que será interpretado en lengua alemana –siguiendo la versión de Mozart de 1789– por el Coro Filarmónico de Viena.

“El Festival de Salzburgo se siente complacido por el hecho de que, después de largas semanas sin que hayan ocurrido representaciones artísticas en vivo, los artistas podrán invitar nuevamente a sus audiencias a experimentar el arte unos en compañía de otros”, declara la página web de esta institución, que añade: “El Festival se muestra optimista porque, a pesar del Coronavirus, será capaz de enviar una fuerte señal acerca de la potencia de las artes, sobre todo en tiempos difíciles”.