La dimensión mediática de la política
En incontables contextos o situaciones hemos pronunciado o escuchado aquello de que “la información es poder”, frase trilladísima pero para nada ligera; su aparente sencillez semántica quizás condense una de las cuestiones centrales del mundo postindustrial, de nuestra actualidad marcada por la omnipresencia de las telecomunicaciones y los medios masivos de la información, que ejercen una innegable influencia en las subjetividades individuales y colectivas. La riqueza de esta frase en la realidad contemporánea radica en su carácter reversible: poseer información concede estatus y ventaja; así mismo el poder utiliza la información para ejercer su hegemonía. Se suele decir que la comunicación es el espacio por excelencia de la política. A través de ella se ejerce el dominio simbólico, se introducen y refuerzan ideologías, se moldea el consenso de la opinión pública, y se establecen referentes conductuales y morales; es la plataforma desde la que se lanzan las campañas políticas, y desde donde se difunden los discursos programáticos. Los mass media, parafraseando a Foucault, son productores de “verdades”.
Los medios aseguran el establecimiento, legitimación y reproducción del orden imperante. Detrás de cualquier aparataje comunicacional, detrás de cada enfoque, de cada contenido, centro de atención o tema enfatizado o silenciado está el mando político, sus intenciones y sus metas, su persuasión y manipulación. Para el profesor Manuel Castells: “Torturar un cuerpo es mucho menos eficaz que moldear una mente. He ahí por qué la comunicación es la piedra de toque del poder. El pensamiento colectivo (que no es la suma de los pensamientos individuales en interacción, sino un pensamiento que absorbe y difunde todo en el conjunto de la sociedad) se elabora en el campo de la comunicación”.[1]
En Cuba, el monopolio estatal de los medios pone en evidencia la cuestión. Una revisión breve de algunos documentos normativos patentiza el servilismo de la proyección y estrategias de los medios tradicionales, siempre dados a perpetuar el proyecto socialista. Entre los textos iniciáticos en este sentido se encuentran la Declaración de Principios del I Congreso de la UPEC (1963), y la Resolución sobre los Medios de Difusión Masiva del I Congreso del PCC (1976). Escritos más cercanos temporalmente resultan igualmente reveladores de la verticalidad que impera en los mass media cubanos, tales como el Programa director para el reforzamiento de los valores fundamentales de la sociedad cubana actual (2006), y las Orientaciones del Buró Político del Comité Central del PCC para incrementar la eficacia de los medios de comunicación masiva del país (2007). También tienen validez en este sentido las directrices contenidas en los discursos pronunciados por los gobernantes nacionales, numerosas son las referencias de Fidel Castro al papel que deben jugar los medios en defensa de los intereses de la Revolución;[2] en el caso de su sucesor Raúl Castro, resultan especialmente significativas las pautas contenidas en la alocución de la clausura a la I Conferencia Nacional del PCC (29 de enero de 2012). Todos estos documentos y discursos confiesan abiertamente el control centralizado de los medios, su carácter instrumentalista, y su subordinación a los intereses del Estado; y a su vez, enfatizan la crucial importancia que se les confiere en la formación política e ideológica de los cubanos.
Ante lo planteado, se hace obvio que todo ultraje o manipulación de los flujos de información tiene una incómoda connotación. Si todo acto comunicativo se compone como mínimo de cuatro unidades básicas: emisor, mensaje, canal y receptor; cualquier cambio, desfasaje o intervención en uno de estos componentes conllevará una ruptura, o cuando menos una alteración, en el acto comunicacional y, en cierta medida, en la sedimentación del poder. Esta vendría a ser la dinámica en la que se mueve gran parte de la obra creativa de Fidel García, artista que dentro del panorama del arte contemporáneo cubano se ha caracterizado por un quehacer constante y consecuente en el área del new media art, digital art y net art.
El dictado del poder en la esfera radial
El trabajo de Fidel García, que se enfoca en el desmontaje de las estructuras, estrategias e influencias de los medios como conformadores y perpetuadores de las ideologías y hegemonía operantes en el dominio simbólico, se caracteriza por un proceder que se basa en analizar y cuestionar desde, y mediante, la intervención de las propias herramientas y recursos del poder. CL2T10 (2006) constituye una acción básica e inicial en este sentido, que marca no sólo un tipo proceder sino que también sirve de soporte estructural para futuros trabajos. Este ejercicio consistió en tomar los cursos que ofrece el Ministerio de la Comunicaciones de Cuba con el fin de obtener el estatus de radio operador, cuyo código de identificación es referido en el título. Con esta acción, Fidel García adquiría un determinado conocimiento relativo a estos asuntos, a la vez que lograba el acceso a las redes de radio transmisión.
Esta es una pieza-plataforma, en tanto ha servido de base conceptual y tecnológica de posteriores trabajos. Conceptual porque marca un accionar compuesto por la tríada acceso-subordinación-transgresión, dado que primero se accede al sistema, luego ocurre la apropiación de sus mecanismos para por último subvertir la lógica primera del mismo; y tecnológico porque el equipamiento de radioaficionados (transmisores y receptores), las estructuras modulares, así como el estatus adquirido, constituyen la base técnica que acompaña y permite muchas obras posteriores.
CL2T10 determina la manera en que Fidel García encausará sus preocupaciones sociales y políticas: la reutilización de las telecomunicaciones en función de un nuevo orden; dentro de esta proyección se inscriben Beta Proyect, T.error y Static. Si bien el modus operandi de cada una difiere, las tres creaciones tienen como denominador común el flujo de información del que se parte, interviene o modifica: Radio Rebelde. Elección bien intencionada si se tiene en cuenta la historia y connotación de la misma, canal por excelencia de los intereses políticos imperantes en Cuba, en su eslogan se hace llamar “la emisora de la Revolución”. Radio Rebelde fue creada en 1958 por Ernesto Che Guevara como estación clandestina vocera de la lucha insurreccional contra la dictadura de Batista, y desde entonces continúa al aire, ahora de forma oficial, las 24 horas del día con una programación esencialmente informativa, eco del discurso y la postura gubernamental.
En Beta Project (2006-2008), a partir de la señal real de Radio Rebelde, se creaba un circuito de información paralelo que alteraba la lógica del mensaje transmitido originalmente. La acción, llevada a cabo en equipo por un mecanógrafo, un criptógrafo y dos radioaficionados, consistió en captar la señal de la estación, codificarla y luego reincorporarla modificada en una frecuencia cercana a la regular de la emisora. La lógica inicial de la comunicación se perdía, pues el verbo de acción de cada frase era traducido a código ASCII.
La postura asumida en Beta Project se radicaliza en T.error (2006), acción en la cual el artista barre la señal de “la emisora de la Revolución”. Físicamente la pieza estaba compuesta por un conjunto de antenas dipolo, acompañadas en su extremo derecho por una laptop y un sensor de movimiento ubicado estratégicamente. La laptop mostraba el decreto ley sobre las telecomunicaciones en Cuba, que advierte los patrones que no pueden ser alterados. Esta funcionaba como señuelo para el espectador, pues constituía el único patrón de referencia al entrar en el espacio de exhibición.[3] Era justamente el espectador quien, inconscientemente, activaba la obra; al acercarse a la normativa jurídica, el sensor captaba el movimiento y accionaba el campo dipolo, de esta manera se eliminaba el flujo de Radio Rebelde en un área de entre 500 a 1000 metros. Resulta significativo el hecho de que el espectador atacara la emisión radial sin tener conciencia del hecho; pues no existía en la galería ninguna explicación sobre la interferencia que se provocaba al acercarse al ordenador portátil. El artista no aclaró lo que sucedía hasta semanas más tarde, luego de concluida la muestra, en una conferencia de prensa organizada por la curadora. Esta es una estrategia a la que ha recurrido Fidel García en más de una ocasión en aras de “salvar la obra”, sobre todo cuando esta implica ataques a las instancias de poder. El hecho de que la forma de exhibir la obra esté condicionada por una posible censura, que se intenta evadir, conduce a una reevaluación de los marcos discursivos e institucionales del arte, como otro campo de lo político. Para el artista la supervivencia de la pieza durante el tiempo expositivo es más importante que la búsqueda del escándalo o la espectacularidad contestataria que pueda provocar en ese contexto, prefiere que la acción se materialice, que no se vea tronchada ni por la resistencia de la institucionalidad (regida desde “arriba”) ni por la posibilidad de que el espectador se niegue a activar la obra.
T.error establece un guiño irónico en el hecho de que uno de los principales flujos de información ideológica del país sea eliminado precisamente a partir de lo que lo hace existir (el decreto ley); a su vez, al no evidenciar sus intenciones en la manera en que se exhibe, presupone que el poder es poco tolerante al cuestionamiento de su discurso. Otro guiño sarcástico de la obra radica en que la referencia usada para desarrollar T.error sea la tecnología de los inhibidores de frecuencia usados por U. S. Army.
Por su parte, la obra Static (2011-2014)[4] si bien continúa por la cuerda del cinismo, propone un juego retórico diferente. Esta vez la información no es trastocada ni interrumpida; es reproducida pero convirtiéndola en un sinsentido. Como centro de atención el artista escoge, de la programación de Radio Rebelde, el momento de mayor connotación política: el Noticiero Nacional de Radio.
Para la ejecución de la instalación-acción Static se emplazó una estación de radiotransmisión en diciembre de 2013 en Death Valley (Valle de la Muerte, California, Estados Unidos) que difundía 24 horas continuas de grabaciones del Noticiero Nacional de Radio de Cuba registradas en mayo del año 2010. Connotación especial ofrece la geografía del entorno,[5] caracterizado por los terrenos desérticos y el predominio de las altas temperaturas. Este contexto, desde la perspectiva política, también resulta árido para lo emitido. La información, de alto contenido ideológico, no encuentra receptor alguno sobre el cual ejercer su poder, su influencia, su manipulación. El sinsentido no solo está dado por la ausencia de un radioyente, sin el cual se fractura la comunicación, sino también por el desfasaje temporal de la información transmitida. La desactualización constituye un aspecto imperdonable en el mundo de hoy regido por los streaming y la inmediatez que permiten las nuevas tecnologías.
Static invita a reflexionar sobre el polémico tema de la información y las comunicaciones. ¿Quién la domina?, ¿A quién va dirigida? Cuestiona los canales de accesibilidad y el aislamiento informativo. ¿Acaso Death Valley puede considerarse como una metáfora de la desolación informativa de la Cuba de aquellos años, en la que el acceso a Internet era bastante limitado? ¿Podría entenderse aquella estación de radiotransmisión reinante en medio del desierto como un paralelismo de la situación nacional en la que una única política totalitaria rige la comunicación? O pensándolo a la inversa, ¿el impedimento al libre acceso a la información genera un contexto árido?
La mirada panóptica
La manipulación y dominación en las sociedades actuales no sólo se establece desde los mass media tradicionales; el control coercitivo se ha perfeccionado con el desarrollo tecnológico contemporáneo y la generalización de las cámaras de vigilancia en la esfera pública y privada. La autoridad totalitaria y centralizada que ejerce esta militarización de la tecnología puede entenderse a través de la visión que Foucault plantea en Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión (1975), en la que explica el dominio social moderno a través del modelo arquitectónico panóptico del inglés Jeremy Bentham, quien concibió un tipo de estructura carcelaria cerrada y regida por una torre central. Este constituía un modelo efectivo de vigilancia, pues los reclusos no podían ver a los vigilantes, ni saber cuándo eran observados, lo que les daba la sensación de que eran custodiados las 24 horas; mientras que los guardias podían controlar a todos los recluidos desde su posición, ubicados en una zona segura a la que los presos no tenían acceso. Para el teórico francés este era el método de las sociedades de control, donde las personas son veladas continuamente en todos los espacios de la vida.
El concepto de Foucault puede ser extendido a las nuevas tecnologías del siglo XXI. El control de la vigilancia es monopolio exclusivo de un sector social, el dominante; quien observa es quien posee el poder, y a través de esta mirada garantiza y perpetúa su posición. Las cámaras de vigilancia constituyen un dispositivo disciplinario sin precedentes, que desde la persuasión garantizan la adhesión social de los individuos bajo observación. Es así como esta omnipresente visión panóptica, hoy día altamente tecnologizada, es capaz de rastrear movimientos, hacer reconocimiento facial, y caracterizar a los sujetos de acuerdo a sus conductas. De esta forma disponen los patrones aceptados, los modelos de vida a seguir, y condicionan el comportamiento de los hombres.

Esta problemática también forma parte de los cuestionamientos políticos de Fidel García, en sintonía con las preocupaciones éticas y creativas del resto de su trabajo. En el año 2008 el artista presentó la acción-instalación Bomba lógica en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de La Habana (CDAV). Dicho proyecto tenía como propósito infiltrarse en el circuito cerrado de la radio policial de La Habana Vieja, por el que circula la información proveniente del sistema de monitoreo y vigilancia de las cámaras DOMO ANTIVANDÁLICA ubicadas en la ciudad. Nuevamente, Fidel García usa como estrategia el redireccionamiento del acceso a la información; una vez intervenido el circuito cerrado, se apropiaba de la comunicación que circulaba por el mismo y la transmitía por frecuencia FM. Esta acción de hacktivismo, consistente en acceder a una información controlada para luego ponerla al libre alcance de toda la sociedad, cuestiona y denuncia la estructura panóptica que rige la vida contemporánea, en la que todo es controlado por un centro al que las partes del engranaje social no tienen acceso.
Lo escrito también se lo lleva el “viento”
A diferencia de las piezas anteriores de Fidel García, la obra Amsterdam Project (2015) parte de la revisión de la prensa cubana escrita de los años sesenta y setenta, rastreando y extrayendo paradigmas e ideologías que marcaron a la nación en aquellas décadas, y que fueron apartados o dejados en el olvido. Según se plantea en su dosier, el artista considera que cuando ocurren cambios radicales en los arquetipos que simbólicamente guían a un país, se producen “generaciones de desplazados, o individuos invisibles al sistema porque ya no es necesaria su atención […] después de haber dedicado sus vidas a un paradigma”. La obra, también presentada en el CDAV, pretende llamar la atención sobre dicha problemática.

Cínicamente las ideologías fallidas y abandonadas son tomadas de la prensa plana, medio que contribuyó a consolidarlas e introducirlas como verdades en las masas. Estos ideales extraídos de los periódicos son reintegrados mediante su incorporación a otro medio oficial del Estado: la televisión nacional. Para ello, el artista se vale de un software que permite escribir estos extractos de prensa para que sean transmitidos por la pantalla cubana (canal 3). De esta manera, los televisores mostraban una línea de texto continua que presentaba los fragmentos seleccionados de las publicaciones revisadas. Los registros que esta obra transmite fueron escogidos con total intencionalidad, muchos de ellos hacen referencia a discursos y promesas de Fidel Castro.[6] Tanto estos como algunos titulares incluidos recalcan las bonanzas del proceso revolucionario en contraste con las injusticias sociales del régimen anterior y del “enemigo imperialista”. Los fragmentos retransmitidos dejan mucho que desear, e inevitablemente conducen al examen de nuestra historia reciente, al tiempo que invitan a cuestionarnos los frutos prometidos, en nombre de los cuales se exigieron esfuerzos y sacrificios colectivos.[7] Otro grupo considerable de estas citas reflejan la arenga utópica y grandilocuente de aquellos años en los que era común encontrar frases del tipo: “Cuba será el país más próspero” u otras como: “Hoy por suerte para todos, gobierno y pueblo son lo mismo”.
En el mundo intercontrolado 2.0
Las preocupaciones y acciones de Fidel García también se insertan en el universo del network. La vida actual se ve cada vez más marcada por el acceso a Internet, cuyo alcance y velocidad de desarrollo ha sido sorprendente en los años recientes. De manera progresiva, la época contemporánea pone a nuestra disposición aplicaciones y servicios, pero sobre todo un amplio, diverso y carnavalesco abanico de información, al alcance de la mano instantáneamente. Internet es considerada la red de redes y la plataforma multimedial por excelencia, que ha sabido absorber y contener con perspicacia a los mass media tradicionales. Un mundo más interconectado y sobreinformado incluye nuevas formas de poder simbólico y control, que el artista se propone desmontar, revertir, hackear y/o evadir. Si bien los más optimistas consideran a la sociedad red mucho más democrática debido a la posibilidad de interacción y retroalimentación en tiempo real, y porque posibilita que cualquiera pueda generar “medios de masa individuales”,[8] los grandes centros de emisión de información y las corporaciones que dominan las tecnologías digitales siguen teniendo el protagonismo. Entre las voces que critican a estos núcleos y nuevas formas de dominio, se encuentra, por sólo citar un ejemplo, el francés Gerard Reischl, autor del libro La trampa de Google, el incontrolado poder mundial de Internet (2008), quien considera que “en gran medida, como la Gestapo y la Stasi, Google lo sabe todo acerca de usted”.[9]
Actualmente habitamos en la “sociedad de la consulta”,[10] todas nuestras preguntas e intereses son diariamente formulados en las diferentes plataformas de Internet, desde preocupaciones filosóficas hasta los restaurantes cercanos: “La búsqueda es el código tecnocultural que gobierna la vida actual. Con el dramático aumento de la información accesible, hemos quedado enganchados a las herramientas de recuperación de datos. Ahora es difícil imaginar una época carente de los motores de búsqueda”.[11] Son precisamente estos últimos los que permiten la inmersión en la inabarcable red de redes.
La obra 28% (2009-2011) se aprovecha precisamente de la necesidad de consulta imperante en la actualidad. El proyecto consiste en un virus informático que se activa cuando se realiza una búsqueda relacionada con modelos ideológicos. Técnicamente constituye el clásico virus que se transmite por USB, con un nivel de propagación altamente efectivo. Una vez introducido en una PC, se aloja en la matriz y se propaga con facilidad a todos los discos duros y dispositivos de almacenamiento que se asocien a ella. El software cuenta con una base de datos que reúne los modelos ideológicos más importantes que han existido en la historia de la Humanidad. En primera instancia, el usuario que recibe el virus no tiene noción de esa base de datos ni de las consecuencias que acarrea el mismo; el virus no presenta ningún señuelo, actúa por probabilidad, se activa cuando se realiza una búsqueda relacionada con modelos ideológicos en la computadora que lo porta, una vez en acción, el virus elimina el 28% del procesamiento de la máquina y obliga a reiniciarla.
El proyecto toma como referencia el procedimiento de la Lobotomía, método quirúrgico inventado en los años treinta por el neurólogo portugués Antonio Egas Moniz.[12] La cirugía consistía en anular el 28% de cerebro (lóbulo frontal), de ahí el título de la pieza; el método se utilizaba para tratar a individuos con comportamientos depresivos, esquizofrénicos, agresivos, homosexuales y hasta personas con posturas comunistas, provocando en ellos cambios de personalidad, desinterés, inercia y falta de iniciativa, entre otras consecuencias y lesiones. Esta intervención agresiva representó una manera de apaciguar y convertir a los pacientes en seres prácticamente autómatas, mediante la mutilación de las conexiones entre los lóbulos frontales y el resto del cerebro. Teniendo en cuenta que en el lóbulo frontal radican las funciones ejecutivas, y que está implicado en los componentes motivacionales y conductuales de los sujetos, puede deducirse un paralelismo metafórico entre la lobotomía y el virus, que impide el acceso a las múltiples posibilidades informativas y de opinión, paso indispensable en una toma de posición y actitud crítica. Según declara el artista en su dossier, la concreción de esta obra “parte de la reutilización de un modelo utilizado y excluido por los sistemas de poder, para neutralizar personas consideradas una anomalía para el sistema, en este caso enfocado a todo modelo Ideológico”.
La obra se presenta de dos formas, por un lado está el virus como creación digital, diseminada por el universo web, en manos de usuarios que no desearon su posesión; y por el otro, está la obra de arte que se muestra de una determinada manera en museos y galerías. Además del ejecutable que se propaga por USB, el virus contiene un sistema de rastreo por geolocalización que permite monitorear su desarrollo y expansión, por eso el espectador que recibe 28% en el espacio de la institución arte tiene acceso a una pantalla que muestra un rastreo global de la actividad del virus: posición geográfica, fecha, hora de acción, y el modelo ideológico que lo activó.[13]

Si con 28% Fidel García inhibe el acceso a un grueso de información de alto contenido ideológico, con Bentham Society (2014)[14] se propone lo contrario. El objetivo principal de la pieza es tomar, escudriñar y analizar grandes cantidades de datos de fuerte implicación política, en este caso, provenientes de los sitios oficiales del gobierno cubano. En el aspecto computacional el proyecto se basa en dos tecnologías: Spider y Collector.[15] La primera es un software de rastreo, encargado de acceder a la totalidad del flujo información dentro de una Intranet; y la segunda es la encargada de procesar y obtener patrones dentro de este flujo, mediante algoritmos que enlazan datos que se encuentran aislados. Ambas se activan a partir de valores de análisis dados previamente, que el artista concibió con total intencionalidad. Estos eran: 1) establecer relación entre los delegados municipales (elegidos por el pueblo) y aquellos que ocupan los puestos en los órganos de poder del país, tales como la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Consejo de Ministros, el Buró Político del PCC y el Consejo de Estado; 2) establecer la relación de procedencia de los miembros que forman parte de estas instancias gubernamentales; 3) demostrar culto a la personalidad; 4) demostrar el culto al pasado; 5) demostrar la verticalidad del sistema.[16]
Si bien los datos de los que se parten son oficiales y de conocimiento público, debe tenerse en cuenta que generalmente la información en Internet se recibe de forma turbulenta y dispersa, debido en gran medida a las propias características de la web, en donde, los motores de búsqueda, como expresara Joseph Weisenbaum, exaltan el “cálculo sobre el discernimiento”[17] al presentar la información en relación con el ranking de las mismas. El sentido de Bentham Society es procesar, compartimentar y depurar inmensos flujos de información política con el fin de desmantelar cuestiones medulares de la realidad nacional. Por ejemplo, si se daba como punto de partida el nombre de algún líder político, se rastreaba toda la información publicada referente a él. No es lo mismo enfrentarse a estas menciones de forma esparcida temporalmente y dispersa en diversos artículos, que observar de un solo golpe y de manera consecutiva todo lo que se ha dicho y escrito relativo a un líder y la manera en que se ha abordado. Así queda al descubierto el culto a la personalidad existente en Cuba.
En el espacio expositivo, la obra se presenta a través de dos grandes proyecciones, una muestra todo el proceso de escrutinio y registro informacional, y la otra, los resultados obtenidos relativos a los valores de análisis dados. Con Bentham Society, el artista crea una especie de algoritmo matemático y digital que ayuda a comprender y valorar determinados procesos delicados de la sociedad cubana, como son los métodos electorales y su efectividad real como mecanismo democrático. Este tipo de software es perfecto para ello porque permite analizar grandes cantidades de datos y llegar a resultados concisos, depurando los inmensos flujos de información política a los que somos sometidos diariamente.
Mecanismos de control y observación exigen nuevas formas de pensar la comunicación actual; el desafío de inventar nuevas maneras de interactuar y evadir los dominios hegemónicos es asumido por Fidel García en el proyecto Socialización (2017-2019), concebido como un espacio de libertad para el flujo de información en el planeta. Esto se logra a través de un software de comunicación en la Deep Web. La estación que alberga dicho canal o zona protegida de intercambio está equipada por un servidor encriptado con conexión a Internet vía satelital, que posibilita el anonimato e impide que la comunicación sea intervenida o censurada. Así mismo, su diseño está pensado de manera tal que no deje rastro de la actuación que se realice; su concepción dispone además que la información intercambiada no permanezca más de un minuto en la pantalla, por cuestiones de seguridad.
El ambicioso proyecto pretende ser emplazado en la Antártida, considerando la independencia de dicho territorio, instituida en el Tratado Antártico.[18] Para garantizar su funcionalidad, técnicamente la estación Socialización está conformada por una estructura de aluminio de 3 x 2 x 1 m, capaz de soportar bajas temperaturas de 0 a -50º Celsius, y además cuenta con un sistema autónomo de energía solar.
La obra constituye un gesto emancipador, que defiende un derecho humano imprescindible: comunicación e información libre. Socialización, en tanto herejía, brinda una plataforma independiente y confiable a aquellos proyectos, grupos sociales, movimientos o individuos que deseen actuar fuera del sistema de control existente a nivel global, rescatando así los ideales que movieron el desarrollo de la Deep Web en sus inicios. La propuesta de Fidel García recuerda una de las apuestas más efectivas por la libertad en la red: TOR, que constituía una red de túneles virtuales creadas por el hacker y activista Jacob Appelbaum para permitir a las personas mejorar su privacidad y seguridad en Internet. Socialización forma parte de un grupo de obras recientes que apuntan hacia una perspectiva cada vez más global en el trabajo del artista.[19]
El avance tecnológico actual representa un reto al favorecer el perfeccionamiento de los mecanismos de poder y sus estructuras de control y persuasión. Los medios de comunicación, las telecomunicaciones, la computación y el mundo web, apoyados por la mirada panóptica generalizada en las sociedades contemporáneas –manejados y supervisados desde las instancias hegemónicas– conforman un aparataje sólido que mantiene alineados a los individuos al sistema imperante.
Abordar la situación creativamente es la opción por la que apuesta Fidel García, que partiendo de la observación y análisis, interviene los recursos del poder, para desde ellos, y aprovechándose de sus propios mecanismos y procederes, efectuar los “ataques”. Sabotea al poder desde los márgenes, deconstruyendo y poniendo en crisis sus estrategias. Las acciones de hackeo del artista son movidas por un impulso desjerarquizador que exhorta al revisionismo histórico y a repensar el presente. Para Yonlay Cabrera, “el sentido último de su quehacer es instarnos a no aceptar nada pasivamente, a cuestionarnos todo, a no ceder ante lo que nos han sembrado en la mente como «lo correcto»”.[20] Cuando menos, la actividad en el universo del intermedial art de Fidel García despierta sospechas, paso inicial en el intento del arte por desautomatizar las mentes.
Notas:
[1] Manuel Castells: “El nacimiento de los «medios de masas individuales»”, en Desiderio Navarro (coord.), Denken Pensée Thought Myśl… 1, Colección Criterios, La Habana, 2014, pp. 128-129.
[2] En el discurso pronunciado en 1961, Fidel Castro comenta: “Y estando en manos de la Revolución todos los medios de divulgación de las ideas, podemos poner toda esa formidable fuerza al servicio de la formación de una fuerte conciencia revolucionaria en el pueblo, y no descuidar ese punto […] Hay que lograr una coordinación mayor entre los órganos de gobierno y los medios de divulgación […] y pensar que hoy la prensa debe estar al servicio de la Revolución, y que de la misma manera en que la sirva la prensa ganará más prestigio”. (Fidel Castro: “Discurso pronunciado por el comandante Fidel Castro Ruz en el acto homenaje al periódico Revolución”).
[3] La obra fue expuesta en 2008 en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (La Habana) como parte de la muestra colectiva Error, curada por Magaly Espinosa.
[4] El proyecto Static fue desarrollado en el Departamento de New Media de la Rijksakademie de Ámsterdam en junio 2011.
[5] Death Valley es una zona de silencio que abarca un área de 225 km de longitud y entre 8 y 24 Km de ancho; y se encuentra 86 m por debajo del nivel del mar.
[6] Uno de los extractos de prensa transmitidos apuntaba: “El Primer Ministro del Gobierno Fidel Castro Ruz, dijo ayer que no es necesario redactar una nueva constitución y que al amparo de la de 1940 serán celebradas elecciones generales dentro de dos años – Cuba representa hoy la ideología democrática de América”.
[7] Otro ejemplo de los fragmentos de prensa teletransmitidos plantea: “¡Qué no vale la pena cambiar ventajas pasajeras por problemas futuros, sino que es mucho mejor cambiar sacrificios presentes por ventajas futuras! El presente no debe importarnos – sólo los hombres imprevisores, sólo los hombres condenados a permanecer fatalmente en una vida sin progreso, les dan más importancia al presente que al futuro; el presente es de lucha, el presente es de duro batallar, el presente lo tenemos delante, ¡pero el presente irá quedando atrás y delante iremos recogiendo la abundante cosecha de todo lo que estamos sembrando hoy”.
[8] Cfr. Manuel Castells: “El nacimiento de los «medios de masas individuales»”, en Desiderio Navarro (coord.): ob. cit.
[9] Gerard Reischl: citado en Geert Lovink, “La sociedad de la consulta: La googlización de nuestras vidas”, en Desiderio Navarro (coord.): ob. cit., p. 63.
[10] Ídem.
[11] Ibídem, p. 53.
[12] El método cobró alta popularidad, incluso en 1949 se le otorgó el premio Nobel a Egas Moniz; pero desgraciadamente la mayoría de los pacientes sufrían daños irreparables. En 1967 fue declarado uno de los mayores errores institucionalizados por la medicina.
[13] La obra 28% fue creada en el 2011 como parte de una residencia artística en la Rijksakademie Van Beeldende Kunsten (Ámsterdam) desde donde fue disipada por primera vez. Recientemente el virus fue actualizado, lo que conllevó a reprogramar el software prácticamente desde cero. La obras net art exigen ser actualizadas, pues deben seguir el ritmo de la tecnología por su propia pervivencia y funcionalidad.
[14] En el título de la obra se alude a las sociedades de control a través del apellido de Jeremy Bentham, referido anteriormente en este texto, a quien se le debe la concepción del sistema panóptico.
[15] El spider funciona bajo el principio de la telaraña, se le proporciona un sitio web o una lista de URL a los que debe acceder, los analiza y busca los enlaces sugeridos en ellos a nuevas página, las que procesa y vuelve a detectar todos los links que estos sitios web poseen, y así sucesivamente, según el nivel de profundidad que se le indique.
[16] Tomado del Dosier de Fidel García del año 2020.
[17] Joseph Weisenbaum: citado en Lovink, Geert, ob. cit., p. 57.
[18] El Tratado Antártico fue firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington con el objetivo de regular las relaciones internacionales con respecto a la Antártida. En el documento se señala que el territorio se encuentra fuera de los marcos de gobernabilidad de cualquier nación.
[19] Dentro del trabajo de Fidel García la obra Autorganización (2008) inicia el camino hacia el abordaje de problemáticas internacionales; a esta le sigue The Fourth Power (2009). Esta procupación dentro de su trabao se ha vuelto más constante en los últimos años: Población inversa (2013), Monkeyʼs Nation (2016), y Pos-society (2019).
[20] Yonlay Cabrera: “Fidel García y su #232322”, ArtOnCuba, febrero, 2015.
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