Más de 220 obras procedentes de todo el mundo integran Antoni Tàpies. La práctica del arte, una de las muestras más completas de la obra de ese artista catalán, representante distinguido del informalismo de la posguerra en Europa, que acoge actualmente y hasta el 24 de junio venidero el Edificio Sabatini del Museo Reina Sofía, en Madrid.
Se trata de la segunda parada en la itinerancia de una exposición que celebra el centenario de Tàpies (1923-2013) –cumplido el 13 de diciembre pasado– y que ya pudo apreciarse en el BOZAR-Palais des Beaux-Arts, en Bruselas (del 14 septiembre de 2023 al 7 enero de 2024). Tras la estación madrileña, será albergada por la Fundació Antoni Tàpies en Barcelona (del 17 julio de 2024 al 13 enero de 2025).
Comisariada por Manuel Borja-Villel, la exhibición ofrece un amplio panorama –gracias al aporte de diversos museos y colecciones privadas– de “la prolífica trayectoria [1943-2012] de Tàpies para resituar su trabajo e influencias en la historia del arte reciente”.
La nota de presentación del Reina Sofía define a Tàpies no solo como cultor del abstraccionismo, heredero de las vanguardias históricas e integrante, hacia finales de los cuarenta, del grupo catalán Dau al Set (creado en torno a la revista del mismo nombre), sino además como un “artista autodidacta, gran melómano y bibliófilo” que “escribió y reflexionó con profusión sobre la condición humana, su situación histórica y la práctica artística, especialmente sobre los límites y contradicciones de la pintura”.
De hecho, el título de la muestra —La práctica del arte— remite a la primera compilación de los escritos del creador nacido en Barcelona, publicada en 1970. En todo caso, no solo se recoge aquí “una selección de la obra pictórica de Tàpies, también [se] pone de relieve la importancia de sus trabajos sobre papel y cartón, que quizás no han recibido aún la atención que merecen en el conjunto de su producción”, especifica el ensayo curatorial.
Una etapa inicial en que hay “una influencia notable de artistas como Joan Miró, Max Ernst o Paul Klee”; “un giro iconográfico acentuado por cualidades fantásticas y liricas, de reminiscencias mágicas” en los años renovadores de Dau al Set; la “expresión matérica” que florece tras los primeros años cincuenta; la inclusión en su práctica artística de “objetos reconocibles, a menudo usados y banales” que supuso, en la década de los sesenta, una inesperada “vuelta de tuerca”, una ampliación de “la noción de realismo; “ligeros cambios formales y conceptuales” hacia los ochenta que apuntaban a “un refinamiento del peso matérico”; “cierto sentimiento de melancolía” que fue impregnando su obra en los últimos veinte años de producción… Todo ello repasa Antoni Tàpies. La práctica del arte, donde asimismo se refleja su compromiso político antifranquista, cada vez más implícito en su obra y su biografía.
A lo largo de casi 70 años, Tàpies alcanzó a crear unas nueve mil piezas. El pasado año, la fundación que lleva su nombre ya organización otra exhibición para conmemorar un siglo de su nacimiento.
Tàpies. Maderas, papeles, cartones y collages puso al alcance del pública de Barcelona, del 12 de mayo al 22 de noviembre de 2023, una treintena de obras apenas expuestas hasta la fecha, e incluso varias totalmente desconocidas.
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