El escritor nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942), Premio Cervantes de Literatura, ha entregado al público recientemente su nuevo libro El caballo dorado (Alfaguara), una novela donde el autor se permitió dar rienda suelta a la imaginación, el placer y el humor, en medio de sucesos bastante dramáticos que ocurrían en su vida real. Actualmente vive exiliado en Madrid, después de que el régimen de Daniel Ortega lanzara una orden de arresto en su contra.
“Cuando yo comencé a escribir esta novela hace varios años, debo confesar que empecé a hacerlo con una especie de mala consciencia. Dije, bueno, pero por qué yo me voy a dedicar a un tema como este habiendo tantos temas difíciles en mi país, tantas cosas que me están acuciando, tantas preocupaciones diarias que yo debería resolverlas a través de una novela y me estoy yendo por un tema que no tiene nada que ver con estas preocupaciones”, dijo el autor en la presentación del libro en el Instituto Cervantes hace dos meses.
Ramírez comenzó a escribir El caballo dorado en 2017. “Esta novela fue como una aparición”, comentó. Empezó a imaginar los escenarios en Europa Central y luego todo fue tomando cuerpo. La retomó varias veces porque la dejaba a falta de soluciones narrativas. Logró terminarla en 2023. El libro incluye viñetas dibujadas por el autor relacionadas con el argumento.
La protagonista es una princesa con un prótesis en la pierna que pierde la virginidad, aunque no debiera y se mezcla con gente poco recomendable en sus aventuras de camino a Nicaragua. “El libro es una gran broma”, asegura el escritor. “Dibuja una vieja Europa que se tambalea en la decadencia del Imperio Austrohúngaro y la recorre hasta llevarnos a su Nicaragua sentimental. Fusiona y borda así Ramírez dos universos no sólo geográficos, sino literarios: a ratos es un Dostoievski latinoamericano en acción, a ratos un Cervantes centroeuropeo entretenido en los Cárpatos. Sus asesinos matan como Raskólnikov y persiguen sueños como El Quijote y Sancho. Nos vamos a reír un rato”, reseña Berna González Harbour para El País.
La novela es un gran constructo asentado en la investigación histórica que Ramírez llevó adelante. El autor asegura que cuando se sentó a escribir El caballo dorado fue “la fabulación misma, pura y dura”, la que lo estaba llamado. “Y yo me rendí a ese llamado a partir de esa mala consciencia, porque es una manera de probarse la libertad de la escritura y que uno puede abordar cualquier tema” Y cuando las circunstancias de su vida y su país iban poniéndose cada vez más difíciles, “yo seguí entregándome a esta escritura, como una manera de prueba”, añade.
La orden de arresto que pesa sobre Ramírez en Nicaragua llegó luego de la publicación de Tongolele no sabía bailar, una novela que narra, en clave de ficción, la sangrienta represión que sufrieron cientos de jóvenes –entre los que hubo unos 300 muertos– de la revuelta antigubernamental de 2018.
Ramírez fue vicepresidente de Daniel Ortega en el primer Gobierno sandinista (1985-1990) con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), tras el derrocamiento del dictador Anastasio Somoza. Cuando el FSLN fue derrotado en 1990, Ortega tomó la decisión de revertir ese proceso democrático, así como pasarse por alto algunas decisiones del sandinismo sobre el reparto de las tierras y fue entonces que Sergio Ramírez se distanció del que sería el próximo tirano de Nicaragua.
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