Sensación
Potentes y altos vientos enfriaron mi espinazo
y entonces mis ojos se extraviaron.
En un muro sarnoso pude ver
el mundo entero
con todos los valles, montañas y lagos,
con todos los animales que lo recorrían.
Las sombras de los árboles y las manchas del sol
me recordaban a las nubes.
Sobre esa tierra caminaba
y no percibía mis brazos ni mis piernas,
tal era la ligereza que sentía.
Trigal
Clara luz resplandeciente ondula por la tierra rugosa,
la respiración de los soles sube y baja.
Suelo fecundo:
superficies amarillas cruzan en vertical un verde saturado,
crecen más cerca y nos muestran los átomos amarillos:
ellos juegan, colmados de deseo de vivir.
Carretera
Los altos árboles
iban todos a lo largo de la carretera.
En ellos trinaban trémulos pájaros.
Con pasos largos y enrojecidos ojos malignos
atravesaba yo las calles húmedas.
Noche húmeda
He querido escuchar la noche, su fresca respiración,
los negros árboles de los elementos,
lo digo así: los negros árboles de los elementos.
Después las moscas, las plañideras,
los toscos pasos de los campesinos,
las campanas que resuenan a lo lejos.
Quería oír los árboles que bordean la regata
y ver como el mundo cae y choca.
Las moscas cantaban como alambres en el país de invierno,
pero el gran hombre negro quebraba los sones de sus cuerdas.
La ciudad dispuesta, fría en el agua, estaba frente a mí.
* Sobre la traducción: ver créditos.
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