Varios cineastas iraníes habrían sido arrestados por autoridades de su país en una serie de redadas ejecutadas en sus casas y espacios laborales, según denunció en redes sociales el galardonado realizador independiente Mohammad Rasoulof (Shiraz, 1972).
Rasoulof hizo pública la cuestión en las últimas horas este sábado mediante un comunicado en Instagram que además firmaron cerca de medio centenar de colegas suyos.
“Una vez más las fuerzas de seguridad han atacado la residencia y oficinas de varios cineastas y han confiscado sus objetos personales y laborales, además de llevar a cabo detenciones”, se lee en la declaración de este grupo de profesionales del séptimo arte, que explícitamente cataloga dichas acciones como “violación de la libertad de expresión y los derechos de la nación”.
En otra publicación de la que se hicieron eco medios de prensa internacionales, Rasoulof –quien tiene prohibido salir de Irán desde el año 2017– mencionó a las documentalistas Firouzeh Khosravani y Mina Keshavarz, pero no especificó los nombres del resto de aprehendidos ni el momento exacto en que habría ocurrido los arrestos.
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Ganador en 2020 del Oso de Oro del Festival de Cine de Berlín por su filme There is no evil (o La vida de los demás), Rasoulof es considerado en la práctica un enemigo por el régimen teocrático chiita de la nación persa. De hecho, el director ha sido condenado a prisión por su supuesta filmografía propagandística contraria a los intereses del país.
“Espero la resolución de las dos sentencias aún pendientes, una de 2010 y otra de 2017, ambas suponen mi entrada en la cárcel. La COVID-19 ha paralizado los procesos. Hace dos días recibí un mensaje de texto en el que me advertían que uno se retrasa unos meses más. Como siempre, no sé nada”, declaraba Rasoulof el año pasado.
Junto a Jafar Panahi (también ganador del Oso de Oro, en 2015, por Taxi Teherán), Rasoulof fue detenido en 2010 por el rodaje clandestino de su cinta The White Meadows. La segunda sentencia en su contra se debió a la firma de una declaración –junto a otros 17 realizadores– sobre la política internacional de Teherán
En 2021, Rasoulof contaba –a través de su móvil– las vicisitudes para filmar su última película, cuyas cuatro partes fueron realizadas independientemente y presentadas a la censura de esa forma, como si fueran cortometrajes de otros: “Dirigí el rodaje de forma clandestina, y para que no me reconocieran llevé un sombrero, gafas de sol y me dejé barba… que me he afeitado hace poco. Me decían que me quedaba bien”.
Sus películas Adiós (2011), Manuscripts Don’t Burn (2013) y Un hombre íntegro (2017) han sido exhibidas en Un Certain Regard del Festival de Cannes, y distinguidas allí, respectivamente, con el lauro a mejor dirección, el Premio FIPRESCI y el galardón principal de esa sección. There is no evil conquistó igualmente en 2021 el Premio del Festival de Sidney, Australia.
Rasoulof además ha merecido la Espiga de Honor de la Seminci de Valladolid (2018).
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Espero que este hombre esté fuera de peligro ……y si no, que se pueda exiliar en otro pais donde le puedan acoger y ejercer su derecho a ser una persona libre.