La editorial independiente argentina Eterna Cadencia ha estrenado el podcast Máquinas de escribir, una propuesta amena, lúdica y exploratoria que dirige la editora y escritora Valeria Tentoni. La iniciativa regala a los lectores una oportunidad irrepetible para escuchar de primera mano cómo los escritores llegaron a ser lo que son hoy y “cómo hacen lo que hacen”, se informa en la web de la casa editora.
Máquinas de escribir permitirá a los lectores ávidos encontrar joyitas de la literatura actual en ese país, por fuera de los nombres más legitimados del panorama editorial suramericano. La primera invitada fue Alejandra Kamiya, una autora que llegó a la nómina de Eterna Cadencia justo este año con el libro de cuentos La paciencia del agua sobre cada piedra (2023), que en unos meses llegó a tres ediciones.
En el diálogo con Tentoni, Alejandra Kamiya contó cómo escribió el primer relato público de su vida, el primer relato que traspasó el entorno familiar. Resulta que ese paso de entrada a la escritura pública lo dio a través de un concurso de un supermercado, luego de haber cumplido 40 años y haber tenido su primer hijo.
Desde que resultó ganadora de aquel certamen que la premiaría con un spa, comenzó su periplo oficial como escritora, narró entre risas compartidas con su interlocutora. Luego de aquella aventura de supermercado, Kamiya dio salticos hacia la escritura profesional: pasó por varios talleres de escritura, decidió darle a la literatura un lugar más permanente en su vida y publicó varios libros. De todos modos, dice que siempre escribió, desde niña: diarios, cartas, poemas.
Antes de la publicación de La paciencia del agua sobre cada piedra, Kamiya dio a conocer otros dos libros de relatos que fueron sumando lectores a su obra. El primero se nombra Los árboles caídos también son el bosque (2015) y el segundo El sol mueve la sombra de las cosas quietas (2019), ambos publicados por la editorial Bajo la Luna.
El relato es el formato de escritura predilecto de la autora, aunque es difícil situarla de acuerdo con un género. Sus historias, a veces en el borde de lo fantástico, están llenas de reflexiones filosóficas y escenas poéticas que conducen a una especie de práctica contemplativa y reflexiva de la realidad. La naturaleza y la belleza de las cosas simples ocupan un lugar de peso en el delicado tejido que conforma la voz de la autora, quien lleva como parte de su herencia las costumbres y las tradiciones japonesas, por el lado paterno.
Los cuentos del último libro de Kamiya, dice Carolina Esses para La Nación, parecen nacer como si fueran un accidente geográfico: “una montaña, un río. Pero luego, cierta distorsión en la sintaxis de la frase, una palabra que brilla, extraña, le recuerda al lector que todo se trata de literatura y que detrás de las palabras hay una escritora hábil y paciente. Como el agua a la que hace alusión el título: a través de su prosa, la mirada de la narradora rodea, atraviesa y finalmente horada la dureza de lo real”.
Para escuchar el podcast con Alejandra Kamiya, puede acceder a la web de Eterna Cadencia.
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