El pasado primero de mayo se inauguró en el Centro Botín, museo de arte localizado en la ciudad cántabra de Santander, la exposición Picasso Ibero, dedicada a explorar la influencia que los modos de representación plástica de los pueblos aborígenes de la Península Ibérica ejercieron en la consolidación del estilo de Pablo Picasso, y en particular en la concepción del cubismo con que el pintor malagueño revolucionó el panorama artístico de la primera mitad del siglo XX.
La exposición, que ha sido curada en colaboración con el Musée Picasso de París –una institución del Estado francés que alberga la colección escultórica más importante de este artista–, exhibe más de doscientas obras, entre pinturas y esculturas de Picasso y testimonios arqueológicos de la cultura ibera.
Estos últimos provienen en su mayor parte de las colecciones del Museo Nacional de Arqueología de Madrid y el Museo del Louvre de París, y su reunión para esta ocasión se presenta como la más grande exhibición de arte ibero, y la que presenta mayor variedad de formatos, realizada hasta el momento en España. Tal despliegue permite al espectador de la muestra advertir las conexiones que se establecen entre esta manifestación plástica de la prehistoria del arte occidental y una de las obras más significativas de la vanguardia europea.
En efecto, la observación de las piezas iberas expuestas en la Sala de Antigüedades Orientales del Museo del Louvre –entre ellas la majestuosa Dama de Elche, descubierta a fines del siglo XIX en Alicante e inmediatamente trasladada a París– fue un suceso de gran consecuencia en el tránsito operado en el estilo de Picasso durante la primera década del siglo XX, desde el clasicismo hacia el cubismo. Sin embargo, esta exposición no se limita a los inicios de la carrera artística de Picasso, sino que propone una indagación panorámica de las resonancias del arte ibero que pueden encontrarse a lo largo de toda su extensa obra.
Según la nota de presentación de Picasso Ibero, esta exposición propone “una confrontación, tan estimulante como espectacular, que brinda al visitante la posibilidad de reflexionar sobre cómo el descubrimiento de un arte autóctono y ‘primitivo’ contribuyó a la formación de la identidad y el lenguaje de uno de los mayores artistas del siglo XX”.
A pesar de que la exposición ha sido concebida para ser visitada presencialmente, a través de la página web del Centro Botín es posible acceder a una galería virtual que reproduce una muestra mínima de las obras expuestas. En ella es posible apreciar varios óleos, dibujos y esculturas de Picasso, así como un conjunto de relieves en piedra, ídolos y exvotos iberos.
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