La residencia de artistas Arthaus, coordinada por la promotora cultural Elena V. Molina en La Habana, convocó a doce editores independientes cubanos a participar en un conversatorio como actividad paralela a la XXIX Feria Internacional del Libro de La Habana, que se celebra por estos días en su sede central de La Cabaña.
El conversatorio fue dividido en dos paneles que tuvieron lugar los días 13 y 15 de febrero. En la primera sesión, acudieron Ariam Arrieta y Joel Rodríguez, editores de Movica Magazine, una revista de crítica cultural; Anadis González y Fernando Martirena, fundadores Ediciones Infraveles, una editorial de factura artesanal especializada en arquitectura, y Mauricio Vega, del fanzine Supervivo, un medio dedicado fundamentalmente a la promoción y divulgación del diseño gráfico.
Como señalara la moderadora de este primer panel, con la confirmación de los editores que en el participaran, el surgimiento de estos medios independientes se debe al carácter en general deficiente y excluyente de las plataformas culturales institucionales, las únicas que, sin embargo, cuentan con estatuto legal en Cuba.
Los participantes en el segundo panel ratificaron la validez de este hecho. Mónica Baró, redactora de El Estornudo, un medio periodístico que nació en oposición deliberada al modelo de prensa estatal-partidista que rige en Cuba y se manifiesta en las formas anquilosadas de sus órganos oficiales, afirmó que el fin que determinó el surgimiento de esta publicación periódica fue el de ensayar con modos novedosos de practicar el periodismo narrativo; insistió sobre el hecho de que el periodismo ejercido por sus redactores, debido a la falta de libertad de opinión y de información que padece la sociedad cubana, se desarrolla bajo circunstancias adversas (por ejemplo: que no cuenten con la posibilidad de acreditación oficial o acceso protegido a fuentes). Pese a estas limitaciones coyunturales, Baró concluyó su intervención señalando que el reconocimiento internacional conseguido por El Estornudo es algo inédito en el periodismo cubano, y se explica justamente por la originalidad y osadía de su formato.
También Rafael Escalona y Dayron Martínez, directores respectivamente de AM:PM, especializada en música popular cubana, y El Oficio, dedicada a la crítica de artes visuales, explicaron la fundación de sus revistas por la ausencia de contrapartes institucionales que se acercaran a estos temas desde el ángulo con que ellos buscaban abordarlos.
La Maleza es un proyecto que conjuga la práctica artística con la edición. Julio Llópiz explicó que surgió como una plataforma de denuncia de la política editorial del estado cubano, que Llópiz describió como desorganizada, precaria y políticamente sesgada. Este proyecto, fundado por el artista Léster Álvarez, ha llevado a cabo diversas instalaciones, exhibidas en Cuba y el extranjero, que ponen de manifiesto la imposibilidad de los editores independientes cubanos de ejercer su trabajo dentro de un marco legal. Además, ha editado una serie de títulos de autores cubanos como Ramón Hondal o Román Gutiérrez Aragoneses.
Ediciones * también trabaja esa línea que combina las artes visuales con la labor editorial. Nacido en el año 2015, el fundador de este proyecto sin fines de lucro, el artista plástico Yornel Martínez Elías, explicó que su interés fundamental está relacionado con la relación entre la palabra y la imagen. Esta relación se concreta en la exploración de nuevas tipologías editoriales independientes. El catálogo de Ediciones * está constituido fundamentalmente por resultados de proyectos de investigaciones artísticas. Martínez Elías declaró que concibe sus libros “como esculturas públicas en un emplazamiento viral”.
Por último, Juan Manuel Tabío, editor de Rialta Ediciones, presentó algunos de los títulos que han aparecido hasta ahora en este sello. Se detuvo en particular en El libro perdido de los origenistas (2018), de Antonio José Ponte, y Los años de Orígenes (2017), de Lorenzo García Vega, para poner de relieve cómo la aparición de esos dos títulos, que las autoridades culturales cubanas se han negado a publicar en la isla, demuestran que Rialta se propone compensar el vacío dejado por la política editorial oficial. Rialta incluye igualmente un magazine online de arte y literatura que tiene una periodicidad mensual, un archivo, que tiene el propósito de rescatar y ofrecer acceso a documentos del patrimonio cultural cubano y latinoamericano, y un blog de noticias que brinda cobertura informativa a los eventos y fenómenos del arte independiente o alternativo en Cuba, así como a actividades del mundo intelectual y cultural internacional. Tabío aclaró que, no obstante ser un proyecto que orbita fundamentalmente alrededor de la cultura cubana, tanto de la isla como del exilio, está también abierto a otros horizontes culturales y lingüísticos, algo que se hace evidente tanto por los títulos que integran el catálogo editorial como por el contenido del magazine, que incluye columnas mensuales sobre literatura, historia intelectual, música y cine.
En la conclusión de este segundo panel, la intervención del público presente en la sede habanera de Arthaus invitó a una reflexión de los editores independientes sobre la importancia de hacer mayores esfuerzos para difundir el resultado de sus labores editoriales entre el público lector de la isla, y se comprometieron a unir esfuerzos entre todos a tal efecto.
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