En el extrarradio de París, dentro de la comuna de Aubervilliers, se desarrolla un “barrio creativo y cultural” denominado POUSH. Este proyecto, que funciona desde 2020, resuena en todo el Gran París y más allá, en varias partes de Europa. En estos momentos, una comisaria cubana se instala con un dispositivo curatortial en la cúpula de uno de los edificios del recinto, un campus industrial con edificios que datan de la década de 1920. Esa curadora se llama Dayneris Brito, quien ha convocado a tres artistas, Juan Gugger, Valentin Vie Binet y Romy Texier, para colocarlos en un Punto de fusión.
Punto de fusión se titula la muestra colectiva que se podrá ver hoy, 14 de septiembre, y mañana día 15, en el número 153 de la avenida Jean Jaurès. Fusión de materias, cruce, transición, coexistencia, son algunas de las nociones que se activan en forma de dispositivo curatorial en POUSH, un espacio para artistas consagrados y emergentes que avivan la escena artística francesa.
POUSH crea una red de artistas, curadores y académicos en un camino abierto a nuevas prácticas. Como totalidad, es una caja de resonancia que pone énfasis en la investigación y tiene como objetivo contribuir al desarrollo local y ampliar la influencia de la escena cultural francesa proporcionando colaboraciones internacionales.
Entre los invitados a POUSH esta vez, está Juan Gugger, un creador argentino que parte de una sensibilidad autobiográfica en diálogo con su tiempo presente para operar dentro del arte contemporáneo. Sus obras, en palabras de la curaduría, “establecen complejos sistemas de creación que tienen su origen en un estado de ánimo o en una obsesión concreta. Por lo tanto, sus piezas se convierten en environments y site specifics que sugieren nuevos estados de desarrollo social, político y conceptual”.
Juan Gugger recicla. Recupera objetos residuales o que quedaron fuera de circulación, desarrolla un gesto repetitivo cuasiindustrial. No se trata solo de “resignificar el símbolo del desperdicio para afrontar su funcionalidad o subjetividad, sino de rescatarlo, reproducirlo, ensamblarlo y reutilizarlo como una acción de resistencia a la pérdida de materialidad, ofreciendo al objeto otras posibles vidas e interpretaciones”, como se puede leer en la nota de prensa.
Gugger está interesado en la arquitectura. Sus instalaciones de carácter espacial hacen hincapié en la tecnología de la escala y la tridimensionalidad. Su trabajo profundiza en la relación entre el material extraído de la naturaleza y el producido y estandarizado por el ser humano en la maquinaria del sistema capitalista.
Por su parte, el colectivo Xolo Cuintle, conformado por los artistas Romy Texier y Valentín Vie Binet, franceses, utiliza materiales típicos de la industria de la construcción, como el hormigón, en la creación de estructuras y formas relacionadas con el espacio doméstico: sillas, maceteros, lámparas, flores, rodapiés… En este sentido, se interesan por la ornamentación y sus representaciones.
En conversación con Rialta Noticias, Dayneris Brito asegura que estos tres artistas (y ella) se han encontrado en “un equilibrio térmico”. “Sus discursos”, informa, “no coinciden especialmente en términos de conceptos, sino en la intención de convivencia”.
Colabora con nuestro trabajo Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro. ¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí. ¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected]. |