El distanciamiento social impuesto a nivel mundial por la pandemia del coronavirus vino a interrumpir, por este lado del Atlántico, una serie de eventos que el proyecto La Juntamenta se propone continuar una vez se diluya la amenaza de la Covid-19.
Con el propósito de nuclear alrededor de la cultura y el arte cubanos a los emigrados de la isla residentes en Estados Unidos, o en cualquier otro sitio, pero también a todos los interesados, sin importar su lugar de residencia, el escritor Tomás Castellanos y el músico Sergio Lugo, ambos jóvenes nacidos en La Habana a finales de los ochenta y llegados a ese país de Norteamérica entre 2011 y 2012, fundaron el proyecto La Juntamenta.
Primero en la Union City Public Library de New Jersey, y luego en ACPW Studio, se reunieron en marzo pasado actores de la emigración cubana pertenecientes a distintas generaciones y a diversos ámbitos, desde la música, el teatro y la danza, hasta las artes visuales o la academia, convocados por La Juntamenta, en compañía de otros dos proyectos: ACPW Art Factory y la Academia de Historia de Cuba en el exilio.
En esa reunión inicial, se presentó la novela Turcos en la niebla (Alianza, 2019), del investigador y escritor cubano Enrique del Risco, en la Union City Public Library de New Jersey. Un libro que explora la psicología del exilio cubano a través de la historia de cuatro personajes; “un ajuste de cuentas con la engañosa promesa de felicidad que envuelven estas huidas y que termina por sumir al individuo en un baño de realidad andando el tiempo”, según se lee en una entrevista al autor aparecida en El País.
En consonancia con la novela de Del Risco, que tiene en su centro a los emigrados cubanos, el primer evento de La Juntamenta se hizo realidad “gracias a la generosidad” del escritor y de “los artistas Douglas Argüelles, Sandra Cordero, William Pérez y Jorge Wellesley, de ACPW Art Factory”, quienes ocuparon un lugar fundamental en la organización y difusión de las actividades, dijeron Tomás y Sergio.
En ACPW Studio, participaron con una performance los creadores y promotores culturales Gabriela Burdsall y William Ruiz. Además, tocaron los músicos Sergio Lugo, Narryman Piña, Ricardo Castillo, Sergio Valdés y Enildo Rasúa; Frank González y Roberto Poveda; Ricky y Mika Cuellar.
“Así fue como empezó todo. La primera Juntamenta resultó ser un éxito rotundo y nos dejó a todos con deseos de repetirlo. Así que aquí estamos trabajando para sumar a más artistas alrededor de este proyecto y esperando a que la pandemia nos permita realizar un segundo evento. Desde aquí estamos lanzando la invitación a todo aquel que quiera juntarse o «juntamentarse»”, comentaron a Rialta Tomás y Sergio.
Uno de los últimos proyectos en que se ha visto envuelta La Juntamenta es el Orbitando Podcast, que llegó a su segunda entrega esta semana, conducido por Tomás Castellanos. Según puede verse en su perfil de Spotify, el programa ofrece quincenalmente un resumen informativo de las publicaciones y eventos más destacados del escenario cultural cubano. Además, incluye una conversación con invitados cubanos del campo artístico e intelectual sin importar su lugar de residencia. “Orbitando Podcast se propone ser el micrófono abierto de La Juntamenta donde todos son bienvenidos a contribuir al arte y la cultura”, acotaron sus fundadores.
Para conocer más sobre la naturaleza del proyecto, sus desafíos y posibles rutas, conversamos con Tomás Castellanos y Sergio Lugo.
¿Cómo se organizó ese primer evento de La Juntamenta?
Se dio de manera progresiva. Los artistas fueron sumándose a la idea hasta tener conformada una tarde completa de eventos. Realmente todo comienza cuando el novelista Enrique del Risco invita a Sergio a tocar algunas canciones de su autoría luego de la presentación de la novela.
Fue entonces cuando comprendimos que quizá era el momento para hacer algo más grande y mejor organizado. ¿La razón? Creo que sentimos una necesidad de unirnos todos, de compartir un espacio donde el arte fuese la plataforma para pasar un buen rato.
La promoción fue entre los amigos que corrieron la bola y llegó tan lejos que hubo hasta un vuelo de Miami con varias filas de asientos sólo para gente que venía a La Juntamenta. Realmente no pensábamos que fuese a quedar tan bien, gustó muchísimo. Sobre todo, sentimos que habíamos llenado un espacio que todo el mundo buscaba hace tiempo, entonces supimos que La Juntamenta no iba a ser un evento aislado sino algo mucho mayor.
¿Qué rasgos definen por ahora a La Juntamenta?
La Juntamenta es una fiesta, un lugar para disfrutar de la cultura cubana y crear una simbiosis entre público y artista. Decidimos juntarnos para celebrar lo que nos une. No queremos que el proyecto se quede estático, por el contrario, la idea es que visite distintas ciudades. Estamos pensando en organizar una de las próximas ediciones de La Juntamenta en Miami. Así que espérennos pronto por la ciudad del sol.
¿Cuáles son los objetivos del proyecto?
El principal objetivo es indiscutiblemente promover el arte cubano desde un espacio donde el público se encuentre cara a cara con el artista, eliminar la barrera que separa a las dos figuras para que puedan unirse en un lugar común. Como proyecto tiene una proyección infinita, puede expandirse tanto como logremos llevar a todos la esencia del evento: un lugar de celebración y coexistencia de la cultura cubana.
¿Qué criterios rigen la organización de los eventos que van planeando?
No tenemos ningún criterio definido más allá de la fraternidad y la tolerancia. Queremos que La Juntamenta sea un ambiente de disfrute y crecimiento espiritual a través del arte, no una herramienta de catarsis. Confiamos en que se puede avanzar mucho más como individuos y sociedad en general a través del amor que del odio. Los cubanos particularmente llevamos demasiado tiempo enfrentados por razones políticas. Nosotros pretendemos celebrar lo que nos une, no lo que nos separa.
En cuanto a la organización, la idea es tratar de unir la mayor cantidad de manifestaciones artísticas dentro de un mismo evento como sea posible, con la música en vivo como plato fuerte de la noche. En la primera Juntamenta, por ejemplo, tuvimos literatura, artes plásticas, performance, danza contemporánea, y música. La gente lo disfrutó muchísimo. Para futuros eventos nos gustaría ampliar el espectro e incorporar cortometrajes, obras de teatro, etc. Así que desde aquí lanzamos la invitación a todos los artistas que se quieran juntar y al público, por supuesto.
¿Qué tienen en mente para el futuro de La Juntamenta?
Lo primero es seguir sumando gente, tanto artistas como público. Queremos que se convierta en un evento nómada, sin una sede definida, que viaje por diferentes ciudades. Además de eso estamos trabajando en nuestra presencia online: creamos el podcast Orbitando, pronto vamos a lanzar nuestra página web y, no más la nueva normalidad lo permita, estaremos coordinando la próxima Juntamenta. Las posibilidades son muchas, la buena energía que emanó de aquella tarde nos tiene entusiasmados pensando en el futuro de La Juntamenta.
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