El Centro Rockefeller para los Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard acoge del próximo 7 de septiembre al 17 de febrero una muestra de la artista cubana Sandra Ramos.
La artista de la isla, residente en Miami, es presentada por la institución estadounidense como “el icono” de la generación de artistas cubanos que nacieron después de 1959 y vivieron el auge y caída del proceso revolucionario. “Su obra también es relevante porque, a través de su lenguaje personal y singular, ha planteado interrogantes sobre la historia republicana cubana”, agrega el Centro Rockefeller.
La muestra, comisariada por el curador y crítico de arte Octavio Zaya, se nombra Both Sides Now: Sandra Ramos y trae nuevamente a escena la ironía del alter ego de la artista, “una colegiala vestida de uniforme que asiste, frecuentemente con impotente asombro, a cómo se ahoga Cuba”, apunta la nota de presentación del evento.
Entre los temas recurrentes de Sandra Ramos, vuelven en la presente exposición las evocaciones a sus complejas experiencias de vida en Cuba y su despedida de la isla, mediante reflexiones más particulares en torno a “la pérdida de la inocencia”, “la ruptura de sus lazos familiares”, “el aislamiento”, “el desencanto” y “su encuentro con la cultura estadounidense”.
Fotografías, dibujos, collages, videos e instalaciones conforman lo que el curador ha llamado “el paisaje alegórico” que muestra “las proyecciones de la artista sobre las realidades sociales, políticas y económicas de su país”.
Además, la exhibición incluye abordajes de la artista en torno a la realidad política y cultural estadounidense y sobre las debilidades del sistema democrático que sirven de contrapeso a sus apuntes sobre los regímenes totalitarios y populistas de la región.
En el marco de la exposición, cada viernes, el Rockefeller acogerá la proyección de cinco videos de Sandra Ramos y se prevé una charla con la artista para el 9 de septiembre; a esta última se unirá, entro otros invitados, la artivista cubana Tania Bruguera.
Ahora una reconocida institución como la Universidad de Harvard impulsa la obra de la creadora cubana que no siempre ha recibido halagos en tierra estadounidense. A inicios de este año, fue blanco de la censura en Miami cuando se le vetó la participación en el festival local Illuminate Coral Gables. Se le acusó de adherirse al “régimen comunista” en Cuba. Una “colosal injusticia”, dijeron por la fecha numerosos académicos, en una carta enviada a las autoridades de la ciudad de Coral Gables. “Ningún artista ha expresado como ella la condición postcomunista de Cuba”, argumentaron.