El artista cubano Zé Angel Pérez (Holguín, 1992) presenta la exposición Odontologia para o homen novo (Odontología para el hombre nuevo) desde el 5 de mayo hasta el día 26, en el Instituto Cervantes de Río de Janeiro. La muestra persigue metaforizar a través de la aparatología dental un sistema coactivo: el cubano.
En conversación con Rialta Noticias, el artista informó que Odontología para el hombre nuevo explora el tema de la memoria histórica en Cuba “a partir de recuerdos personales y familiares”. Un total de veinte piezas conforman la exposición, diez acuarelas y diez acrílicos sobre lienzos. A través de la pintura Zé Ángel Pérez trata de construir imágenes que no sólo ejemplifiquen los diagnósticos, las enfermedades, las odontologías, los tratamientos para corregir la estructura mandibular, sino que convierte todo ello en acontecimientos críticos frente a la corrección totalitaria.
Odontología para el hombre nuevo es “juego de experimentación formal y conceptual”. “Las imágenes evocan cierto sentido lúdico. Es un poco juguetón. Detrás de ese juego se esconde la ironía, casi como una caja de Pandora, para poner las cartas sobre la mesa. La ironía es un recurso que me gusta emplear mucho porque genera sentidos y activa una memoria emotiva que genera sorpresa”, dijo Zé en una entrevista.
La exposición toma el nombre de uno de los capítulos del libro 9550, de Abel Arcos, el titulado Una posible interpretación del azul. Este libro es de cabecera para Zé Angel Pérez a la hora de reflexionar en torno a la idea de un individuo defectuoso, desactualizado.
La muestra, donde sobresalen piezas como Memoria, Llamando a tío Stopia y País, es un cuerpo caleidoscópico que muestra muchas caras de un objeto. Ese objeto es un país. Dentro de ese objeto Zé Angel Pérez convive con máquinas represivas que se metaforizan en prótesis, en Brackets, en expansores, en alineadores, en arquitecturas de sujeción.
Zé Angel Pérez actualmente vive y trabaja en Río de Janeiro, donde ha retomado su carrera como pintor. Estudió Artes Plásticas en la Academia Profesional de Artes El Alba, en Holguín, luego Edición en la Universidad de las Artes de Cuba y, posteriormente, Dirección de Documentales en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.
Este recorrido en apariencia azaroso demuestra la capacidad conectiva y expandida de Zé Angel Pérez. Ha dejado claro en la entrevista citada que nunca ha dejado de pintar: “Siempre he tratado de que las obras audiovisuales estén relacionadas con las artes visuales. Eso lo supe aprovechar muy bien porque esa relación también me mostró el mundo de la dirección de arte. Me facilitó una serie de herramientas que ya de alguna manera estaban conmigo. Herramientas que empecé a activar muchos años después cuando estudié en la Escuela de Cine”.
Zé entiende que, a pesar de ser territorios muy disciplinados, “hay algo que los conecta, son nodos que se enlazan. Es la necesidad por conocer algo nuevo. Soy muy curioso. Trato de sorprenderme. No pierdo la capacidad de la sorpresa, tanto en lo que el mundo me da como en lo que intento darle al mundo”.
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