Mira cómo camina por el puente
de suspiros en su --por fin-- cansancio
cuando la campana de las oficinas da las cinco
y el río corre como sólo un río puede correr.
Lo escuchamos --tú y yo--
en sus enigmáticos rincones secretos;
el “¿cómo andamos?” y “¿cómo andamos?”.
El día a día que habla
su casi nada...