La Habana, julio 15 de 1969
“Año del esfuerzo decisivo”

 

Co. Rolando Rodríguez
Director del Instituto del Libro
Ciudad

Compañero:

Hace cinco meses entregué personalmente en su oficina una carta (conservo una copia firmada por una de sus secretarias) donde le pedía que me explicase cuáles eran los motivos por los cuales mi novela, El mundo alucinante, aprobada por la Comisión de Publicaciones de la UNEAC desde 1967, seguía aún en su escritorio sin que usted se decidiese a enviarla a la imprenta. Ha pasado medio año y aún no he obtenido respuesta a esta carta, a pesar de que en la misma le informaba que podía localizarme cuando quisiese, si como parece, no tenía deseos de contestarme por escrito.

En vano he esperado su respuesta o su llamada. Y mi novela sigue sin editarse en Cuba aunque, como usted sabe, ha sido aprobada por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, además de ser finalista al Premio Casa de las Américas 1968 y de haber obtenido, por unanimidad, la única mención honorífica otorgada en el Premio Nacional de Novela en 1966.

En dicha carta también le explicaba que como ya la publicación de esta novela había sido aprobada en Cuba, accedí, posteriormente, a que se publicase en el extranjero; y le informaba además que, de acuerdo con todos los planes de publicación editorial, la edición de El mundo alucinante en Cuba estaba programada mucho antes que las ediciones extranjeras, de modo que cuando el libro se hubiese editado en Francia, en México, etc., ya la edición cubana debía haber aparecido con varios meses de anterioridad. Esto aparece demostrado legalmente en la orden de publicación hecha por la UNEAC y firmada por Fayad Jamís (orden que se encuentra en la copia mecanografiada de la novela que usted retiene). Asímismo la portada del libro, desde hace muchos meses está confeccionada, y la publicación de esta novela en Cuba ha sido anunciada en varias contratapas de obras editadas desde 1968.

Como usted ha retenido el libro durante más de dos años gracias al cargo que ocupa, la edición cubana no ha podido salir, lo cual no ha ocurrido, desde luego, con las ediciones extranjeras. De este modo, El mundo alucinante ha salido primero en francés que en español, y se ha publicado en español en México y no en Cuba. Esto, como era de esperarse, ha provocado comentarios en la crítica extranjera que no se explica cómo es posible que la novela no se haya publicado en Cuba y hacen conjeturas nada favorables a la política editorial cubana. Como me es desagradable hablar de estas cosas que pudieron haberse evitado, le adjunto fragmentos de algunos comentarios aparecidos en la prensa francesa, donde se enjuició la no publicación de mi novela en Cuba.

- Anuncio -Maestría Anfibia

Le Nouvel Observateur: “El mundo alucinante. La historia fabulosa de un dominico mexicano perseguido por la inquisición a través del mundo: una biografía imaginaria, cuento picaresco, fábula filosófica, narración de aventuras surrealistas. Escrita por un joven escritor de talento excepcional, que Cuba, desgraciadamente, no ha publicado.”

Le Monde: “Esta novela histórica imaginaria acaba de publicarse en Francia con el título de El mundo alucinante. Al ser presentada en 1966 al concurso de novelas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, obtuvo mención de honor, pero no se ha editado todavía en La Habana. ¿Será porque pone en duda la realidad cubana actual que parece vislumbrarse bajo la realidad del pasado? Un libro que hay que leer si uno desea comprender la grandiosa y difícil mutación de la América latina contemporánea. (Claude Couffon)

France Soir: “Se sorprende uno de saber que El mundo alucinante no se haya publicado todavía en Cuba. Uno se pregunta sí será su estilo (bien traducido por el joven novelista francés Didier Coste) o las audacias de ciertas visiones las que han motivado la medida de los sensores.”

“Es que Reinaldo Arenas al hacer revivir esta figura olvidada de los tiempos de Bolívar y de los primeros “libertadores”, debió pensar en los revolucionarios del presente, y en los problemas de una actualidad tan candente como los autos de fe de la Inquisición. Este aspecto contemporáneo de la fábula no es el de menor interés en una novela cruel y loca, pero tal vez menos de lo que parece.”

Creo, compañero, que todos estos comentarios (son muy extensos y solamente produzco algunos párrafos) desfavorables para la política editorial cubana, publicados en periódicos de repercusión internacional, podrían haberse evitado, si, como yo le sugería en la carta de fecha 22 de enero de 1969 (carta que usted nunca me contestó) hubiese usted tomado la decisión más consecuente.

En esta misma carta le explicaba, cosa que usted habrá comprendido si ha leído el manuscrito de mi novela, que la misma se desarrolla en los siglos XVIII y XIX y tenía como argumento la vida de uno de los hombres más revolucionarios de América. No creo que usted pueda encontrar semejanzas entre una novela que se desarrolla en el marco de la Inquisición española con nuestro presente revolucionario. Es precisamente este presente que me ha tocado vivir el que me ha dado una visión crítica más amplia con la cual, creo, puedo enjuiciar mejor el pasado y ser más implacable con el mismo. La novela es por lo tanto, como ya le expliqué en la carta anterior, “una visión crítica de un tiempo pasado”. Nada sería más penoso para mí que usted, que ocupan un cargo en la Revolución, encontrar puntos de referencia entre la Inquisición española y nuestra época. Sin embargo aunque usted no se ha molestado en comunicarme los motivos por los cuales mantiene estancada la publicación de este libro, quiero pensar que no son estos, ya que estarían totalmente injustificados. Si la novela enjuicia una época terrible no puede hacer menos que darnos una visión de esa época con toda la violencia y el coraje de sus héroes así como la depravación y las mezquindades de sus opresores. Precisamente la presencia de un héroe no estaría justificada si no hubiese injusticias que combatir. Eso es lo que hace Fray Servando en mi novela (cosa que también lo hizo, y de una forma más brillante, en la vida): luchar por la verdadera libertad.

No sé cómo podría explicarle a usted el desconcierto que siente un escritor, que habiendo trabajado con entusiasmo y honestidad, ve censurada su obra sin que siquiera se le otorgue una explicación elemental. No sé tampoco qué decirle a los numerosos amigos que me escriben pidiéndome noticias sobre la edición cubana de esta novela. Hubiese deseado que este hecho que a mí me resulta tan desagradable (he esperado cinco meses después de haberle enviado la primera carta, sin respuesta, para hacerle la segunda) se hubiera resuelto internamente sin que nadie tuviese que enterarse; pero como no ha podido ser así, envío ahora varias copias de esta segunda carta (y de la primera) a algunas personas que por ofrecerme entera confianza revolucionaria e intelectual, creo que podrían, conjuntamente con usted, tomar la determinación más inteligente y revolucionaria.

Espero que esta vez se decida usted a tomar una determinación y a responderme.

Quedo con saludos revolucionarios,

Reinaldo Arenas

 

CC: Celia Sánchez
Haydée Santamaría
Armando Hart
Raúl Roa
José Llanuza
Alfredo Guevara
Nicolás Guillén
Vicentina Antuña
Alejo Campertier
Camila Henríquez Ureña
Roberto Fernández Retamar
Félix Pita Rodríguez
Ambrosio Fornet
Cidroc Ramos
Eduardo Muzio
Periódico Granma
Revista Verde Olivo
Editions Du Seuil (Claude Durand)
Editorial Diógenes (Emmanuel Carballo)
Einaudi Editore (Guido Einaudi)

Calle 3ª A No. 8602
Miramar, Marianao


Colabora con nuestro trabajo
Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro.
¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí.
¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected].

Deja un comentario

Escriba su comentario...
Por favor, introduzca su nombre aquí