El director de cine español Mario Camus falleció este sábado 18 de septiembre, a los 86 años, en su ciudad natal, Santander, en Cantabria. Reverenciado como “un maestro del cine español”, Camus filmó unas tres decenas de películas entre los años sesenta y la primera década de este siglo. Destacan largometrajes como La colmena (1983; Oso de Oro en el Festival de Berlín), Los santos inocentes (1984; mención especial del jurado en Cannes) o Sombras en una batalla (1993; Goya al Mejor Guion Original).
Camus también fue el realizador de series emblemáticas en la televisión ibérica como Curro Jiménez (1977), Los desastres de la guerra (1983; inspirada en los aguafuertes de Goya), Fortunata y Jacinta (1980; basada en la novela homónima de Benito Pérez Galdós) y La forja de un rebelde (1990; a partir de la célebre trilogía de Arturo Barea). Además de estos dos últimos trabajos para televisión y del mencionado filme La colmena (versión del libro homónimo de Camilo José Cela), el cineasta cántabro adaptó otras obras literarias como los dramas La leyenda del alcalde de Zalamea, de Calderón de la Barca, y La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, y la novela La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza.
“Con su muerte, se va un maestro del cine español, un creador que supo –sin imponer jamás su estilo, sin alardear de autorías– contar historias desde la sequedad del norte, una sobriedad a través de la cual narraba los sentimientos más profundos”, escribió este sábado en El País el crítico Gregorio Belinchón. “Sin alharacas, probablemente en comunión en su fondo con la literatura española de sus contemporáneos, una inspiración que para un devorador de libros como fue Camus supuso un motor narrativo. Esa pulsión por desaparecer tras su obra devino en realidad en su marca. Y, a la vez, con su filmografía levantó testimonio de un lugar, España, a lo largo de distintas épocas. En eso coincidió con sus compañeros en la Escuela Oficial de Cine de Madrid: Carlos Saura, Basilio Martín Patino, José Luis Borau, y un más joven Manuel Gutiérrez Aragón”.
Tras graduarse en Derecho, Camus se formó en la Escuela Oficial de Cine y formó parte de la generación del Nuevo Cine Español junto a realizadores como Manuel Summers, José Luis Borau o Basilio Martín Patino. Escribió algunos de sus primeros guiones (Los golfos, Llanto por un bandido) junto a Carlos Saura antes de dirigir su ópera prima, Los farsantes (1963), y más tarde Young Sánchez (1964) o Con el viento solano (1967), ambas adaptaciones de relatos de Ignacio Aldecoa.
“Camus jamás rehuyó el compromiso moral en su obra”, señala Belinchón en su obituario, “que incluso le llevó a tocar el terrorismo en Sombras en una batalla (1993) y en La playa de los galgos (2002)”.
A lo largo de su reconocida carrera artística, Mario Camus (1935-2021) mereció el Premio Nacional de Cinematografía (1985) y el Goya de Honor por la obra de su vida (2011).
De acuerdo con declaraciones de un allegado o a la agencia EFE, “su despedida se producirá en la más estricta intimidad familiar, sin funeral ni ningún otro acto en su Santander natal. Ni siquiera habrá una esquela”.
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