Alemania contribuirá a digitalizar el legado del gran animador y cineasta cubano Juan Padrón

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Juan Padrón (1947-2020)
Juan Padrón (1947-2020) (IMAGEN X / Vía: @cadenagramonte)

Alemania financiará la restauración y conservación de la obra del animador, historietista y realizador cinematográfico cubano Juan Padrón (1947-2020). La Embajada de esa nación europea en Cuba y el proyecto cultural La Manigua, consagrado precisamente a la promoción y protección del legado del creador de Vampiros en La Habana, dieron a conocer hace unos días el proyecto en una conferencia de prensa a propósito de las actividades de la Muestra Internacional de Cine Educativo en Cuba.

Silvia Padrón, hija menor del artista y presidenta La Manigua, comentó en a la agencia EFE que el interés de catalogar, recuperar y poner a disposición del público todo el voluminoso archivo del cineasta fue un sueño largamente postergado por él mismo. Tras su fallecimiento en 2020, dijo ella, se trazó “la meta de rescatar al menos la mayor parte”. Consumar la tarea no solo serviría “para visibilizar más su obra”, sino que constituiría una forma de tributo a su memoria.

“No tenemos ideas de la cantidad de documentos”, agregó. “Estamos justamente haciendo el inventario para saber lo que hay. Lo organizaremos en un catálogo y luego pasaremos a digitalizarlo”.

Este fondo personal de Juan Padrón incluye dibujos, caricaturas e historietas originales e inéditos, así como acetatos, storyboards, guiones cinematográficos, y otros materiales que sumarían unos dos mil documentos. Según Silvia Padrón, se espera que este trabajo termine hacia diciembre de este año. Una vez finalizado todo el proceso de digitalización, el material se hará circular a través de una plataforma en línea accesible para especialistas, investigadores, críticos e interesados en general en el trabajo del autor de Elpidio Valdés.

Las sagas de “el pillo manigüero” y de Vampiros en La Habana impactaron grandemente, desde el momento de su aparición, en el público cubano y marcaron la memoria afectiva de varias generaciones. Esa acogida fue el resultado de la excelente integración entre invención estética y atención a la Historia y la idiosincrasia cubanas. Y tal repercusión de su quehacer en el ámbito popular explica la importancia de proteger el legado de Juan Padrón. El rescate/publicación de este archivo ayudará a dimensionar el estudio de su imaginario y de sus procesos creativos, así como a precisar las contribuciones del realizador al cine de animación, un campo donde ya es una de las figuras más significativas en el contexto iberoamericano.

El archivo estará ahí para iluminar, por ejemplo, ese modo tan orgánico en que Juan Padrón articuló las pautas de la narrativa de masas para entregar las aventuras de un mambí que de algún modo también epitomizaba la axiología defendida por la empresa revolucionaria. El fondo documental posibilitará volver sobre su trabajo como historietista, lo que daría cuenta de la diversidad de su impulso creador, muchas veces ceñido a sus populares Elpidio Valdés y Vampiros en La Habana. Asimismo, invitará a indagar en esa zona menos conocida de su catálogo audiovisual integrada por los cortometrajes producidos en las décadas del setenta y ochenta, entre los que destacan La silla (1974), El enanito sucio (1975), Los valientes (1979), ¡Viva Papi! (1982), o bien en la serie de los Filminutos, donde su ingenio como dibujante experimentó una inusitada libertad. Quizá, este fondo documental permitirá acercarnos de una manera más decisiva al devenir individual de un hombre que participó activamente de un periodo bastante polémico del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

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Juan Padrón 1 | Rialta
Juan Padrón

Si bien Alemania ofrecerá todo el respaldo técnico y financiero, a través del programa de conservación cultural de su Embajada en Cuba, el trabajo se llevará a cabo directamente en La Habana, según explicó a EFE Vanessa Sánchez, agregada de Cultura y Prensa de la legación germana.

Juan Padrón fue distinguido en 2008 con el Premio Nacional de Cine, un galardón que con toda justicia reconoció sus significativos aportes al séptimo arte cubano, y específicamente a la animación. Graduado de Historia del Arte en la Universidad de La Habana, empezaría su camino artístico como historietista y dibujante en medios de prensa como Mella y Rebelde; entrados los años setenta, se incorpora al ICAIC, donde emprendió la influyente obra como cineasta por la que hoy lo conocemos.

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