El artista cubano Dagoberto Rodríguez (Caibarién, 1969), fundador del colectivo Los Carpinteros y oficialmente integrante del mismo hasta 2018, se presenta por primera vez, con una exposición en solitario, en el espacio de una institución española. El Centro Atlántico de Arte Moderno de Canarias (CAAM), el más importante museo de arte contemporáneo en la región, ha acogido Guerra interior, una muestra con trabajos nuevos y otros que el excarpintero ha tenido entre manos desde 2016.
Según se comenta en la nota de prensa del evento, Guerra interior propone una muestra del trabajo reciente de Dagoberto Rodríguez que fija el inicio de “una nueva etapa en su trayectoria artística después de casi tres décadas de colaboración con el histórico colectivo cubano Los Carpinteros”.
Guerra interior quedó inaugurada en junio y se extenderá hasta noviembre de este año. Con la exhibición actual, Dagoberto Rodríguez vuelve a reflexionar sobre el tema bélico, ya abordado por Los Carpinteros desde aquellos Túneles populares (1999), donde los artistas cuestionaban, una vez pasada la Crisis de los Misiles, la funcionalidad de las trincheras que se instalaron en Cuba por orden del Gobierno revolucionario, ante la amenaza de una intervención estadounidense.
¿Cómo incide la política en la vida de los sujetos? Vuelve a ser una pregunta abierta que impulsa esta vez Guerra interior desde el escenario bélico en Siria. “Conmocionado por la reciente guerra de Siria, el artista inicia una acuciosa investigación del conflicto que protagoniza el Estado Islámico en toda esa región y las formas que ha ido encontrando la población local de atacar y defenderse de su enemigo”, escribe la comisaria de la exposición Andrea Pacheco González.
Una crítica de la tecnología bélica y de los recursos invertidos mundialmente en la fabricación de armas se puede leer en la pieza Ánforas (2019). El título de la obra alude a los recipientes de cerámica, que se localizaron por primera vez en las costas de Siria, y fueron de uso común en todo el Mediterráneo, hasta el siglo XII y desde el XV a.n.e., para la función elemental y necesaria de almacenar agua, vino o aceite, como recuerda la curadora Andrea Pacheco.
Sin embargo, la forma de las piezas de barro construidas por Dagoberto Rodríguez “se inspiran realmente en los IED, artefactos explosivos de fabricación casera realizados por las milicias sirias a partir de bombonas de butano rellenas de tuercas, metralla, trozos de metal y otros materiales letales; o en las bombas de barril que, además, pueden contener armas químicas y son utilizadas por la fuerza aérea siria”.
Guerra interior fue montada por videoconferencia, mientras en España se vivían los meses de confinamiento decretados por el Gobierno de cara a la pandemia. Emblemas (2018), Oraciones (2019), No estrella (2019-2020), Satélites de barro (2020), Puente invertido doble (2020) son otras de las obras reunidas en la exposición. Todas, mediante la recreación disfuncional de objetos o motivos bélicos, invitan a imaginar los escenarios de guerra, actuales y pasados, la violencia de los enfrentamientos y el absurdo inherente a la condición humana, harto evidente en estos contextos límite.
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