Dos mujeres leyendo reclinadas en el piso de una habitación, Nishikawa Sukenobu, periodo Edo

Presentación

Los poemas que aquí se traducen fueron recogidos del libro Women Poets of Japan, una compilación traducida a su vez del japonés al inglés por Ikuko Atsumi y Kenneth Rexroth, que abarca desde el siglo VII hasta el período moderno de la literatura japonesa escrita por mujeres. Muchas de estas mujeres fueron damas de la corte, como es el caso de la princesa Nukada, de la que se conservan poemas en el Man’yōshū, la colección de poesía japonesa más antigua de la historia y Murakasi Shikibu, también miembro de la realeza y autora de La historia de Genji, la primera novela japonesa. La búsqueda de una representación de la naturaleza que reflejara un significado amoroso es de los rasgos que más sobresalen en estos textos, pues la poesía en primer lugar se dio a través del cortejo entre las damas y sus pretendientes, de modo que la sensualidad se enmascara en los signos de la naturaleza. Este continuo meditar sobre la naturaleza como símbolo de las relaciones amorosas y de la fugacidad marcó la poesía japonesa, desde la más tradicional hasta la más moderna. La poesía estuvo influenciada por la filosofía budista y el confucionismo y se cultivó a través de formas métricas como el tanka, el haiku y el sistaishi o verso libre. Escribir y leer poesía fue para las mujeres un escabroso camino debido a que en muchos períodos se consideraban inmorales los temas abordados, pero con los movimientos feministas de la primera mitad del siglo XX, escritoras como Yosano Akiko abrieron el camino hacia una normalización y resurgimiento de la mujer en las letras.

Poetas mujeres de Japón

Princesa Nukada
(siglo VII)

Pensando en ti
las cortinas de bambú
se mecieron
con el viento de otoño.

En Nigitazu
esperamos la luna.
Al subir la marea
nos hicimos a la mar.

¿Acaso el pájaro
recuerda otro tiempo
sobrevolando
el manantial
junto al árbol de mudables hojas?

Al recorrer
la llanura imperial
de rojas hierbas,
¿no perciben los guardias
que hacia mí ondulas tus hojas?

Dama Kii
(siglo VIII)

Sé de los caminos ociosos
de la Playa de Takashi.
No me acercaré a ellos,
pues mojaría mis mangas.

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Kasa no Iratsume
(siglo VIII)

Al llegar la noche
me abruma la tristeza.
Oigo a su fantasma
pronunciar las palabras
que él decía.

Ono no Komachi
(siglo IX)

En el vacío
de este mundo nuestro
se marchita
sin cambiar de color
el corazón del hombre.

 

Se marchita la flor
mientras cae la lluvia
mientras me pierdo en pensamientos
y envejezco.

Murasaki Shikibu
(974-1031)

Desde el Norte
un mensaje
en las alas del ánsar,[1]
escrito una y otra vez
en su vuelo por las nubes.

De La historia de Genji

La dama Murasaki dice:

Las aguas turbias
rápido se congelan.
Bajo el claro cielo
sombra y luz de luna
viene y va.

El príncipe Genji responde:

Estremecedor
como patos mandarines
flotando juntos en el sueño,
los recuerdos del amor
que se acumulan
como nieve a la deriva.

Sin título | Rialta
Murasaki Shikibu

Madre de Michitsuna
(siglo X)

Siempre que sople el viento,
trato de cuestionarlo,
aunque ha borrado
la telaraña contra el cielo.

Izumi Shikibu
(siglo XI)

Lejos de la oscuridad
en una senda oscura
me encamino.
Brilla sobre mí,
luna de la montaña.

Ise Tayū
(siglo XI)

La ropa del granjero
se moja y nunca se seca,
en las largas lluvias de mayo
que caen sin cesar
de un cielo sin claro entre nubes.

 

Sin poder dormir
contemplo las flores del trébol
mientras se forma el rocío de la noche
hasta que antes del amanecer
se dispersan con el viento.

Giō
(siglo XII)

El brote que espera la primavera
y el que se marchita
fueron una vez lo mismo:
hierba salvaje del páramo.
Tarde o temprano
con el otoño terminan
en la estación del hastío.

Dama Horikawa
(siglo XII)

¿Cuánto durará?
No conozco su corazón.
Esta mañana
mis pensamientos se enredan
como mi cabello negro.

Hija de Shunzei
(1171-1252?)

Con las estaciones
tiño mi ropa
al color de los cerezos
que se disipará tan fácilmente
del corazón de los hombres.

Haikus del periodo Tokugawa

Kawai Chigetsu-Ni
(1632-1736)

Los saltamontes
cantando en las hojas
del espantapájaros.

Den Sute-Jo
(1633-1698)

¿Hay un atajo
a la luna de verano
sobre las nubes?

Enomoto Seifu-Jo
(1731-1814)

Todos duermen
nada se interpone entre
la luna y yo.

poetas mujeres de japón
Cortesana leyendo una carta en los peldaños de una casa de te, periodo Meiji

Poetas modernas de Tanka

Yosano Akiko
(1878-1942)

En sus sueños
puedo entregarme a ella
mientras le susurro
sus poemas al oído
cuando duerme a mi lado.

Gotō Miyoko
(1898-1978)

Escucho el pulso
de una vida diferente a la mía
en mi vientre,
y con él puedo oír
mi corazón solitario.

Hatsui Shizue
(1900-1976)

En silencio
el tiempo transcurre
mi única vida
se somete a su poder.

Baba Akiko
(1928)

No seré madre
pues no conozco a mi madre.
Frente al sol
nos sonreímos, yo
y un niño sin rostro.

 

En el otoño
cuando resuenan palabras
como un hacha,
un demonio en mí quiere
levantarse y huir.


Notas:

[1] Ganso salvaje.

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