Ruido de fondo (White Noise, 2022), el filme de Noah Baumbach (Nueva York, 1969) basado en la novela homónima de Don DeLillo (Nueva York, 1938), se estrenará el próximo viernes 30 de diciembre en la plataforma de streaming Netflix. Con Adam Driver y Greta Gerwig en los roles protagónicos, la cinta ya tuvo su première mundial en el Festival de Venecia y ha tenidos exhibiciones en algunas salas desde principios de este mes.
En cualquier caso, será el penúltimo día del año cuando el gran público se encuentre con esta versión de la elogiada novela de DeLillo, uno de los grandes maestros de la narrativa norteamericana del último medio siglo.
Tanto las reseñas periodísticas como la opinión autorizada de Wes Anderson –uno de los cineastas más disruptivos de esta época en Norteamérica, y con quien Baumbach colaboró en el guion de The Life Aquatic with Steve Zissou (2004)– coinciden en señalar que esta pieza fílmica es en cierto modo tan fiel al original literario como al espíritu creativo de su director.
“Noah (en mi experiencia y observación) escribe directamente desde su propia vida y encuentra las cosas más felices, tristes, memorables y emotivas para transformarlas y reinventarlas en escenas y películas. ¡Esta vez no: su inspiración es un libro!”, comentó Anderson a Variety, tras elegir a White Noise como su película favorita de 2022. “Sin embargo, de alguna manera, aun cuando es Don DeLillo continúa siendo él. Esta es acaso la película de semi-ciencia ficción de escala blockbuster más literaria (y orientada al lenguaje) que se haya hecho. Clases de profesores universitarios. Debate académico. Clientes de una tienda de comestibles bailando en los pasillos. La amenaza existencia de una enorme nube tóxica. Pero antes, y más importante, se trata de una metáfora”.
Y el realizador de Los excéntricos Tenenbaums (2001) y The French Dispatch (2021) redobla su apuesta a favor de la dupla Baumbach/DeLillo: “La película es deslumbrante, misteriosa, poética y muy entretenida. Es un preparado completamente novedoso de una de las voces más originales que ha refinado y desarrollado sus talentos de una forma en la que sólo podemos mirar a atrás y admirar (y disfrutar)”.
La pócima fílmica de que habla Anderson es descrita de este modo en una breve reseña de El Periódico: “Durante el primero de sus tres actos Ruido de fondo se las arregla para mostrarse fiel a la densísima novela homónima que consagró a Don DeLillo en 1985 –sobre el consumismo, la adicción, la desinformación y pánico a la muerte– pero también a la seductora mezcla de vitriolo, neurosis y calidez que Noah Baumbach ya manejó en títulos como Frances Ha e Historias de un matrimonio, y por eso sorprende cómo en el segundo acto el director abandona su zona de confort para replicar las convenciones de cierto cine de acción que Steven Spielberg abanderó en los 80”.
“La película mantiene el tono entre el drama y la comedia de la novela, con alguna escena de persecución de coches añadida, algo en general visible desde que, al inicio, descubrimos al protagonista encarnado por Driver ejerciendo «estudios culturales hitlerianos», aliado con su mejor amigo profesor Murray Siskind (Don Cheadle), que pretende crear la misma disciplina con Elvis Presley”, escribe a su vez Albert Gómez en The Objective. “Este apocalipsis cómico experimenta con acción, suspense y terror en tres estilos que son la ciencia ficción, el humor negro y el drama familiar. Fácilmente puede recordar a otras comedias como Greener Grass (2019) en el tratamiento de las familias burguesas o a Woody Allen convirtiendo en algo acuciante el miedo a la muerte. A todo ello hay que añadirle la cursi relación de pareja del matrimonio, con elementos ácidos y tóxicos, como la nube que se cierne sobre ellos durante la narración, en la que Greta Gerwig se ve convertida en una ama de casa bajo el influjo de un proveedor de pastillas de la felicidad”.
En cuanto a De Lillo, ya sabemos que el viejo canonista Harold Bloom lo ubicaba –junto a Phillip Roth, Cormac McCarthy y Thomas Pynchon— como uno de los cuatro pilares de la narrativa de (más o menos) esta época en Estados Unidos.
Ahora mismo, a sus 86 años, todavía la sección “Books” de la BBC rompe todas sus lanzas a favor de la primacía literaria del autor de Libra (1988), Mao II (1991), Underworld (1997) y Cosmópolis (2003) en un artículo firmado por John Self y titulado inequívocamente: “Why Don DeLillo is America’s greatest living writer”.
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