Cormac McCarthy regresa con una novela doble tras un silencio de 16 años

El pasajero y Stella Maris (Literatura Random House, 2022) son las novelas con que el escritor estadounidense Cormac McCarthy, Premio Pulitzer 2007, acaba de regresar a la escena literaria internacional tras 16 años de silencio.

Publicadas por separado en los Estados Unidos, en España han sido presentadas este 10 de noviembre en un volumen doble, dado su carácter de díptico, que elabora, según la crítica, una meditación común en torno a la culpa.

Con tramas ambientadas a ocho años de distancia, El pasajero y Stella Maris tienen por protagonistas a los hermanos Bobby y Alicia Western, “unidos por la sombra de un padre maldito, la pasión por la ciencia y un amor que va más allá de lo fraternal (y, por tanto, a refrenar para no caer en el incesto)”, según reseña la editorial.

La primera de las novelas está ambientada en Mississippi, en 1980. Bobby Western encuentra nueve cuerpos sin vida en un avión hundido en el Golfo de México: han desaparecido la caja negra y un décimo tripulante. A partir de ese momento su existencia sufre un vuelco, y el protagonista llevará una vida nómada y paranoica.

En Stella Maris, el argumento tiene lugar en Wisconsin ocho años antes. Alicia Western, con solo veinte años, ingresa por voluntad propia en un hospital psiquiátrico. Doctorada en Matemáticas, le han diagnosticado esquizofrenia paranoide: sufre de alucinaciones en las que se le presentan unos extraños personajes que parecen salidos de un vodevil, y está bajo vigilancia por riesgo de suicidio.

Las conexiones entre ambas novelas son muy estrechas, pues refieren una historia de amor con visos incestuosos entre ambos personajes, quienes viven obsesionados con su pasado y con la figura de su padre, un físico integrante del Proyecto Manhattan, que desarrolló la bomba atómica.

Tras los halagos recibidos por su novela The road (La carretera, 2006), con la que ganó el Pulitzer, y que apareció un año después de No Country for Old Men (2005), ambas adaptadas al cine, McCarthy se aisló en el Santa Fe Institute, un centro de investigación multidisciplinar dedicado al estudio de sistemas complejos adaptativos que fue fundado por el Premio Nobel de Física Murray GellMann. Allí ha compartido con físicos teóricos, astrónomos y matemáticos, y se ha dedicado al estudio de la ciencia y de la lingüística.

De acuerdo con The Objective, sus nuevos libros revelan parte del mundo que lo ha rodeado durante estas casi dos décadas, y que a sus 89 años de edad suponen un abordaje fictivo de temas que había enfrentado en su ensayo The Keluké Problem (2017), dedicado al inconsciente humano y al origen del lenguaje.

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Allí, “tanteaba la relación entre inconsciente y física que veremos en las novelas”, indica la publicación española. “En la misma línea se ha estado dedicando a la corrección de libros de física, las biografías de científicos y artículos para la revista Nature”.

“¿Podría ser que, tras toda esa indeterminación académica con la que se han juzgado obras dispares como la teatral Sunset Boulevard o los westerns de No es país para viejos y la Trilogía de la frontera, sea que nos hallamos ante un autor de terror jugando con otros géneros? Ahí está, en la hermana suicida, el miedo a la ausencia de dioses, el carácter totalmente frágil de nuestra realidad regida por indeterminaciones, la inestabilidad mental y el temor a la degeneración del tiempo”, interroga el crítico Albert Gómez en referencia a las nuevas novelas de McCarthy.

Nacido en Providence, Rhode Island, el 20 de julio de 1933, Cormac McCarthy fue considerado por el crítico literario Harold Bloom como uno de los cuatro mayores novelistas norteamericanos de su tiempo, junto a Thomas Pynchon, Don DeLillo y Philip Roth. Otros estudiosos lo consideran el mejor escritor vivo del presente.