Entrevista a Michel Leiris
Entre los escritores franceses que han venido a Cuba con motivo del Salón de Mayo, Leiris es de los más consagrados y reconocidos. Sus libros L’Âge d’homme y Biffures han sido considerados como admirables confesiones hechas con la perfección digna de un clásico. Pero Leiris es también etnólogo. Dentro de este segundo oficio se ha especializado en el África negra. Esos estudios lo han llevado a interesarse en las culturas africanas de las Antillas. Fue a través del gran poeta martiniqués Aimé Césaire que penetró en el mundo antillano. También conoce a Prince-Mars, el famoso etnólogo antillano, quien consiguió que se considerara el vudú como una religión al estilo de las europeas.
Porque resulta necesario insistir –me dice– en que las culturas antillanas tienen un doble origen: africano y occidental. Es menester revalorizar los orígenes culturales africanos, luchar contra la discriminación racial. (Leiris está interesado en visitar a Fernando Ortiz, el sabio cubano que emprendió el estudio de las culturas negras en Cuba y, al mismo tiempo, combatió las discriminaciones raciales). Leiris publicó un trabajo sobre estos problemas, Contactos de civilizaciones en Martinica y en Guadalupe, auspiciado por la UNESCO en 1952 y publicado poco después. En sus viajes antillanos, Leiris observó que algunas colonias francesas son como provincias de la metrópoli: no tienen el carácter y la personalidad que posee Haití.
Salvador Bueno: Le pregunto sobre la negritud.
Michel Leiris: Esa fue una noción, una idea, que fue puesta en circulación hace años. En París, en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial se reunían intelectuales negros, como el senegalés Léopold Sédar Senghor, el guyanés Léon Damas y el martiniqués Césaire. Existían muchas discrepancias entre ellos. Una de ellas, el problema del lenguaje. Césaire era un poeta de lengua francesa, no creole.
Le interrogo sobre Cuba.
Cuba se me revela por primera vez con toda su maravilla, su potencia de imaginación, sus contrastes. El socialismo revolucionario –concluye– produce una vida cultural que se abre hacia la totalidad, que llega a desarrollarse totalmente, que arriba a su florecimiento.
Entrevista a Jean Schuster
Este hombre delgado, pelirrojo, de rostro afilado es, con sus treinta y ocho años, un animador del grupo surrealista. Poeta y crítico, autor de artículos teóricos, dirigió 14 de Julio (revista contra el degollismo) y Medium (1952-56). Ahora Dionys Mascolo y Jean Schuster son directores de L’Archibras, órgano del surrealismo.
Jean Schuster: Preparamos una exposición internacional en Praga y en Bratislava, El principio del placer, y otra en Sao Paulo, en septiembre. Usted sabe que el surrealismo no es una escuela literaria o artística sino una idea, una causa.
Gracias a su conocimiento de la obra de Freud, vio André Breton que existía el mundo del inconsciente y hacia ese mundo debía ir el poeta, el creador. El surrealismo ha tenido una gran actividad política en los últimos años. Schuster menciona una publicación colectiva en 1947: Ruptura inaugural.
Necesitan definir una perspectiva revolucionaria en Francia, chocan tanto contra el estalinismo como contra el capitalismo. Nos opusimos a la guerra imperialista francesa en Indochina desde 1946. Hicimos una declaración: “Libertad es una palabra vietnamita”. Protestamos contra la intervención rusa en Budapest: “Hungría, soy del amanecer”. Entre 1956 y 1962 exigimos la retirada francesa de Argelia, organizamos la declaración de los ciento veintiuno, preparada por los surrealistas y otros intelectuales, titulada “Sobre el derecho a la insumisión en la guerra argelina”. Hemos venido los surrealistas a Cuba con un prejuicio favorable, pero estamos en disposición de espíritu y corazón, más allá de la simple simpatía. Todo lo que hemos visto en Cuba –el renacimiento del internacionalismo proletario, base de toda revolución– permite tener la esperanza de que se abren las vías del comunismo. Pensamos que el más grande enemigo de la Revolución está en el interior de la Revolución y ha de preservarse contra ese peligro.
Entrevista a Alain Jouffroy
En L’Express y en la revista Opus aparecen los artículos críticos de Jouffroy, que es novelista y poeta también. Inquiero sobre su actividad crítica. Me habla sobre la crisis de la crítica:
Alain Jouffroy: Existen dos categorías de la crítica: una llamada a definir las tendencias; pero hay también una crítica poética (creadora) como la de Baudelaire, Apollinaire y Breton, que se sitúa al mismo nivel del arte, que es como escribir un poema o pintar un cuadro.
Sobre esta cuestión continúa:
Al escritor le es imposible no tener consciencia crítica de lo que hace; son actividades paralelas la creación y la consciencia crítica. No es de ahora esta situación: Friedrich Schlegel elaboraba la teoría y realizaba la obra que nace de un mismo movimiento creador. Por lo tanto, las palabras son la materia del pensamiento, ahí está el hecho capital de la lingüística francesa en la actualidad.
De ahí pasamos al campo narrativo: una cuestión esencial resulta separar la actividad intelectual de la narración, y esfuerzo del novelista actual está en relación con el cariz filosófico que puede adoptar su obra.
Sobre el arte del momento señala:
El pop art está en una crisis que se extiende ya por tres años. (Por cierto en Cuba observo un pop art consciente o inconsciente en muchos lugares, no sólo en los afiches, podemos presenciar aquí como un collage en acción). No ocurre igual en Estados Unidos donde el arte está prisionero de un sistema que tiene que renovar rápidamente los productos, participar de una competencia feroz. Pero, a pesar de este sistema espantoso, es imposible negar la vitalidad del arte norteamericano actual.
Y me dicta el caso de un cuadro de James Rosenquist que presenta el tema de un avión de guerra F-111: ese gran cuadro demuestra que el pop art puede ser utilizado como un arte revolucionario.
Jouffroy tiene en prensa un largo poema, Trayectoria, dedicado a las ideas revolucionarias desde 1793 hasta el Che Guevara y Régis Debray. Y otras obras: La antecámara de la naturaleza (1966) y un volumen de ensayos críticos, Revolución en la mirada, donde se hace referencia desde el surrealismo hasta las tendencias más nuevas, como el pop art.
Colabora con nuestro trabajo Somos una asociación civil de carácter no lucrativo, que tiene por objeto principal la promoción y fomento educativo, cultural y artístico. En Rialta nos esforzamos por trabajar con el mayor rigor profesional en la gestión, procesamiento, edición y publicación de los contenidos y la información. Todos nuestros contenidos web son de acceso libre y gratuito. Cualquier contribución es muy valiosa para nuestro futuro. ¿Quieres (y puedes) apoyarnos? Da clic aquí. ¿Tienes otras ideas para ayudarnos? Escríbenos al correo [email protected]. |