La violencia que el Estado cubano ha ejercido en las calles para frenar las protestas que explotaron el pasado 11 de julio en más de cuarenta municipios de la isla, y que todavía continúan en algunas zonas, no afecta sólo, como es lógico, a las víctimas directas. Figuras de la plástica, la televisión, el teatro, pero sobre todo, de la música popular, han salido a defender en redes sociales la legitimidad de las manifestaciones que está protagonizando el pueblo cubano a lo largo y ancho del país.
“Me duelen los golpes y las imágenes que veo de la violencia contra un pueblo que sale a la calle a expresar lo que siente pacíficamente”, publicó en Facebook la cuenta oficial de Adalberto Álvarez y su Son, uno de los artistas populares con más larga trayectoria musical en la isla, que no es conocido precisamente por mostrar un perfil crítico con el Gobierno.
El músico agregó que “las calles de Cuba son de los cubanos” y aseguró deberle a ese pueblo lo que es hoy. “No me importa la forma de pensar de cada uno de ellos porque ese es el derecho de cada cual, y más allá del pensamiento político está el derecho humano”, declaró.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, había dicho el lunes en cadena nacional que “la orden de combate” estaba dada, que “la calle era de los revolucionarios”, cuando comenzaron a expandirse las manifestaciones por todo el país, luego de que iniciaran en el poblado de San Antonio de los Baños, cerca de La Habana.
“El pueblo cubano se ha expresado y ha salido pacíficamente a las calles con sus demandas. El Gobierno tiene la obligación de escucharlo”, expresó Haydée Milanés en la misma red social. “Es inadmisible que las autoridades estén convocando a un enfrentamiento entre cubanos. ¡Basta ya de represión, basta ya de violencia!”, añadía la cantante, con altos índices de popularidad en la isla.
Las explosivas protestas ciudadanas en Cuba –aunque inéditas desde 1959– no resultan difíciles de explicar en un contexto caracterizado por la extrema falta de medicamentos, alimentos, el alto coste de productos básicos, la escasez del suministro eléctrico, la subida disparada de nuevos contagios de covid-19 (ese domingo en los registros oficiales se contaron 6,923 nuevos casos), muertes a causa del virus y estrechas libertades civiles.
El cantautor de música popular Leoni Torres pidió al Gobierno “escuchar a su pueblo” y advertía a poco tiempo de que empezaran a circular las noticias de las manifestaciones: “¡Ni se les ocurra agredir a un solo cubano!”. En una publicación en Facebook, que en menos de un día se compartió más de 12,000 veces, continuó declarando el músico: “Lo siento señores dirigentes de este país. Si no saben reconocer sus errores y tratar de arreglar todo lo mal que han hecho por años van a tener que matarnos”.
“Defenderé a mi pueblo. A ese que ustedes le han robado todo. Los sueños, las vidas, la alegría, el derecho a reclamar lo que nos toca. Esta es la única vida que nos tocó vivir y no es como ustedes quieran que vivamos”, agregó.
“¡Qué dolor, que tristeza que se llegue al abuso del poder! Nunca imaginé que las fuerzas del orden en Cuba fuesen a agredir a gente común y pacífica como somos los cubanos”, dijo Leo Brouwer, Premio Nacional de Música, y uno de los más importantes compositores y guitarristas de la música contemporánea. “¡No cabe duda de que la política, o mejor dicho, el poder político y militar se ha extralimitado!”, aseguró.
Y Los Van Van, la banda de música bailable cubana con mayor popularidad en la isla, llamó a apoyar a los miles de cubanos que “reclaman sus derechos”, llamó “a la paz en nuestras calles” y pidió a las autoridades parar con el atropello. En menos de cuarenta minutos, la publicación en Facebook tenía más de 1000 interacciones y muestras de agradecimiento de cubanos residentes en todo el mundo.
Si el pueblo cubano ha mostrado sin lugar a duda el rostro del hartazgo, el Gobierno también ha enseñado una cara que ya no es posible voltear. Las imágenes y videos que han circulado en redes sociales, medios independientes e internacionales constatan la militarización y la violencia con que el poder ha cercado a la ciudadanía.
“No a los golpes, no a la arbitrariedad, no al maltrato. No puedo seguir viendo lo que veo sin caerme en pedazos. Cada video de represión policial que aparece me deja sin opciones. Sin alternativas. He dado mi vida a Cuba a través del teatro, he luchado y he resistido cosas tremendas, amo lo que junto a tantos artistas hemos levantado contra viento y marea. Pero esto no se puede aceptar”, denunció el director de Argos Teatro Carlos Celdrán.
Tropas especiales –conocidas como “boinas negras”–, armas largas, hombres de verde olivo con el uniforme del ejército, policías regulares, agentes armados vestidos de civil han inundado las calles de gran parte del país dando lugar a un escenario social aún más inestable. Este 13 de julio, la oficial Agencia Cubana de Noticias confirmó la muerte del ciudadano Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años de edad, residente del municipio habanero de Arroyo Naranjo, a causa de un enfrentamiento entre civiles y fuerzas del Ministerio del Interior el pasado día 12, en el que hubo también lesionados.
“Me da mucha tristeza lo que está sufriendo Mi Pueblo incluida mi familia, duele mucho ver las condiciones infrahumanas en las que subsisten. ¡BASTA YA DE ENGAÑOS y MENTIRAS! Es imprescindible la ayuda humanitaria internacional”, sumó, desde el mismo 11 de julio, Chucho Valdés, pianista cubano celebrado mundialmente, Premio Nacional de Música y fundador del grupo Irakere.
Y desde el mundo de la plástica, el también Premio Nacional Lázaro Saavedra denunció el apagón de Internet en que las autoridades sumieron a la isla desde la tarde noche del lunes y, sobre todo, la represión policial: “Desde ayer 11 de Julio, tumbaderas de datos mediante, estoy tratando de consumir (lo más objetivamente posible e intentando apagar emociones) las imágenes y vídeos que han ido saliendo. He visto cosas fuertes, pero esto es demasiado. No existe ninguna justificación ¡ninguna justificación! para este uso desmedido de la fuerza con civiles y menos con la intervención de tropas especiales. Es abusiva la violencia de Estado en estas imágenes”.
Ante la violencia estatal, el artista anunció que rompería sus compromisos con las galerías institucionales cubanas: “Yo no expongo más en ninguna institución estatal de este país y cancelo mi exposición personal con mis hijos para este año en Galería Habana. La hago en mi casa. Que nadie me llame, ni toque a mi puerta. Lo mínimo que pudieran hacer es pedirles disculpa a esas personas y expulsar a todos los implicados en esa golpiza abusiva, ¡pero hay tantas disculpas que dar!”.
Y el joven músico Cimafunk reivindicó el origen popular de las protestas, también llamando al cese de la violencia: “¡El pueblo cogió la calle! ¡Sin violencia! Hay madres, padres, hijos, hijas pidiendo algo mejor para todos”, dijo.
Otros muchos artistas de todos los ámbitos de la cultura han ido uniéndose a la denuncia de la represión que ha protagonizado de forma lamentable el Gobierno de Cuba contra la ciudadanía. Entre ellos se encuentran Emilio Frías, director de la banda El Niño y la Verdad; Dayme Arocena, cantante de jazz afrocubano; la actriz Yuliet Cruz; y el bailarín Carlos Acosta.
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