Una secundaria musical y dos calles de El Bronx llevan el nombre de la cubana Celia Cruz, el mayor icono femenino de la salsa a nivel mundial. La segunda de esas vías fue conombrada este 2 de junio en el barrio de Kingsbridge Heights por autoridades locales y amigos y colaboradores de la diva fallecida el 16 de julio de 2003 en su casa de Fort Lee, New Jersey.
A partir de ahora, los transeúntes que alcen la vista en la intersección de Reservoir Avenue and East 195th Street leerán también un rótulo que dice: “Celia Cruz Way”; muy cerca de la Celia Cruz Bronx High School of Music, fundada hace 18 años y una de los mejores planteles de su tipo en el área de Nueva York.
El concejal Fernando Cabrera, del Distrito 14 en El Bronx, dijo en Twitter que se sintió muy honrado por “haber hecho posible” este homenaje a la Reina de la Salsa, intérprete de unos 70 álbumes, incluidos 23 discos de oro, y ganadora de dos Grammy y cuatro Latin Grammy, así como, post mortem, del Grammy Lifetime Achievement Award (2016).
@CeliaCruz Salsa Icon Celia Cruz has a street named after her. I am Honored to have made it possible. @CeliaCruzAzucar @CeliaCruzFans @BronxnetTV @NYCCouncil @NY1noticias @News12BX pic.twitter.com/EE9A8tZDE2
— Fernando Cabrera (@FCabreraNY) June 3, 2021
En declaraciones a una televisora local, Cabrera opinó que “las letras de sus canciones eran únicas, muy conmovedoras, y tocaban cuestiones de la vida real”. Y agregó: “Luego tenía canciones con las que sólo querías bailar”.
“Ella solía decir: «My English is not very good looking»”, rememoró, sonriente, Ruth Sánchez Laviera, quien fuera estilista de la cantante.
Omer Pardillo, su representante y ahora presidente de la Fundación Celia Cruz, señaló en televisión que “ella eligió Nueva York como su hogar desde 1960 [cuando dejó Cuba] hasta el día en que murió”. Por tanto, dijo, resulta “gran honor” tener otra calle “bajo su nombre” en El Bronx, como antes el Celia Cruz Boulevard, en un tramo de Fordham Road.
En una entrevista para la revista El Estornudo, Pardillo aseguró en 2020 que “Celia adoraba Nueva York; era su ciudad favorita. Le encantaba irse de compras al barrio neoyorquino de Soho, y a su restaurante francés preferido, Baltazar, para almorzar”.
“Miami solo la visitaba”, apuntó. “Lo que más le gustaba era el sabor cubano allí, porque la ciudad en sí no le atraía mucho, Nunca vivió allí. Celia era totalmente de Nueva York. En Miami solía almorzar en Larios, un restaurante muy popular. Cuando tenía tiempo”.
Tras la ceremonia de co-naming en la Celia Cruz Way, un grupo de alumnos de la secundaria homónima ofreció un concierto tributo en el propio campus de la institución, a sólo unos pocos metros de distancia.
Celia Cruz emigró de Cuba luego de la Revolución de 1959. En las siguientes cuatro décadas actuaría en todo Estados Unidos y gran parte del mundo; fue especialmente aclamada en escenarios de Nueva York, Miami, México o Venezuela.
Inmediatamente después de su muerte, a los 77 años de edad, debido a un tumor cerebral, los restos de Celia Cruz fueron trasladados, según sus deseos, durante dos días a Miami, donde fue honrada por la comunidad cubana en esa ciudad del sur de la Florida. Luego fueron sepultados en el cementerio Woodlawn de El Bronx, también llamado el “condado de la salsa”. Igualmente a petición suya, fue depositado en su tumba un puñado de tierra cubana recogida por la artista durante una visita a la base militar estadounidense en la Bahía de Guantánamo.
“Siempre tuvo a Cuba presente”, ha dicho su amigo Omer Pardillo, “porque ella era Cuba fuera de Cuba”.