Artists on Our Radar, la serie mensual que realiza el equipo de curadores y editores de la revista especializada en arte moderno y contemporáneo Artsy, ha destacado la obra de cinco artistas de diferentes partes del mundo que en lo que va de año alcanzaron un reconocimiento notable. La lista se ha elaborado teniendo en cuenta el éxito desconcertante de venta de algunas de las piezas de estos artistas, el interés en ascenso de críticos y coleccionistas por sus trabajos y el impacto de sus exposiciones en los últimos tiempos.
La selección de artistas que no deberíamos perder de vista, según Artsy, abre con los cuadros figurativos y de alta densidad cromática del pintor ghanés Amoako Boafo (1984), quien reside entre Accra, ciudad de su país natal, y Viena. Boafo fue descubierto hace apenas unos años, a partir de sus publicaciones en Instagram, y en febrero llegó a vender el cuadro The Lemon Bathing Suit (2019) por 881 550 dólares, cuando el valor estimado mayor de este cuadro hasta el momento había sido de 64 500.
Boafo es conocido por la consistente expresividad de los rostros de sus figuras, muchas veces recortadas sobre fondos planos; y su obra ha sido leída como un festejo identitario de la diversidad de la diáspora ghanesa, a la cual pertenece.
La artista iraní Arghavan Khosravi (1984) captó la mirada de coleccionistas en mayo luego de su exhibición en la Rachel Uffner Gallery, ubicada en Nueva York. En Artsy se subraya que a través de la pintura “encontró un modo para reflexionar y procesar las experiencias traumáticas que soportó como mujer joven mientras crecía en Irán”.
Khosravi, quien trabaja en Nueva York y vive actualmente en Nueva Jersey, ha sido reconocida por una obra que entrelaza mundos y referencias diversos a partir de la recuperación de motivos islámicos y del arte clásico y medieval europeo, escenarios surrealistas, fragmentos de la vida contemporánea, y la fotografía de moda que uno puede seguir en Instagram.
Artsy incluye en su compilación también a Evelyn Statsinger (Nueva York, 1927-Chicago, 2016), quien fue contemporánea de los artistas que se nuclearon alrededor de los grupos Chicago Imagist y Monster Roster, circunstancia que puede rastrearse en la fisonomía surrealista y la composición misteriosa de muchos de sus cuadros. Los paisajes naturales de Statsinger, con atributos vegetales de amplios matices cromáticos, dan forma a unas pinturas en las fronteras entre lo figurativo y lo abstracto, de marcada fuerza hipnótica.
Apenas cuatro años después de su muerte en 2016, sus cuadros se han valorado entre 30 mil y 50 mil dólares y se han vendido a coleccionistas de Chicago y Nueva York, al tiempo que el interés por su obra comienza a aumentar alrededor del mundo.
La materialidad de las pinturas del británico Daniel Crews-Chubb (1984) lo han situado como representante del collage en la primera plana del arte contemporáneo. El artista ha afirmado que su obra exige de la observación física para que pueda ser apreciada a fondo, debido al lugar primordial que ocupa la textura en cada uno de sus trabajos. “En cierto sentido, yo soy un reaccionario. Mis superficies son una reacción en contra de la planicie de la imagen digital. Ellas corroen el límite entre escultura y pintura”, puede leerse en Artnet.
El imaginario de la obra de Daniel Crews-Chubb –donde pueden encontrarse desde figuras totémicas hasta nexos visibles con Van Gogh– crece de manera serial a partir de la repetición y recuperación de los mismos motivos, que muchas veces provienen de arquetipos asentados en la historia del arte.
Artsy apunta que en febrero pasado Crews-Chubb tuvo su primera exposición en Nueva York, en la galería Timothy Taylor, y la institución pública English Heritagefor Wellington Arch, en Londres, le había encargado una instalación pública en abril.
La última artista incluida en el radar de Artsy este junio es Cecily Brown (1969), quien ha llegado a ser comparada con Francis Bacon por sus trazos energéticos y sensuales. “Las pinturas de Brown retan al espectador a procesar muchas cosas de una vez: belleza y horror, abstracción y figuración, sujetos contemporáneos y reimaginaciones histórico artísticas”, se resume en la publicación.
La obra de la artista inglesa, que reside en Nueva York actualmente, también ha sido definida como visceral. Las figuras de sus cuadros aparecen muchas veces superpuestas y los cuerpos fragmentados en posiciones eróticas. Según la crítica especializada, las influencias que pueden descubrirse en su obra van desde el clasicismo francés del siglo XVII hasta el expresionismo abstracto.
Figures in a Landscape I, una pintura suya de 2001, se vendió por 5.5 millones de dólares en la plataforma online Gagosian –una galería global especializada en arte moderno y contemporáneo–, el 1ro de mayo pasado.
Ningún artista latinoamericano fue incluido por Artsy este mes en su órbita, de modo que habrá que expandir la búsqueda.
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