El 9 de febrero de 2022 el artista alemán Gerhard Richter cumplió noventa años de edad. Con más de seis décadas de trabajo, colmado de premios y reconocimientos, y todavía batiendo récords de ventas por sus obras, es uno de los creadores más relevantes y exitosos de la actualidad. A mediados de los años sesenta, cuando la pintura parecía quedar en el olvido, este autor catapultó las potencialidades del género a fuerza de ambición creativa, riesgo político y experimentación formal.
Richter, que ha explorado al máximo las posibilidades / potencialidades del arte de pintar, es un indiscutible heredero de la tradición que va de Johannes Vermeer y Caspar David Friedrich a Marcel Duchamp y Willem de Kooning. Su trayectoria, caracterizada por una constante ruptura estilística, tiende un puente entre los proyectos estéticos de la segunda mitad del siglo XX y los de inicios del siglo XXI. En el trabajo de Richter hay paisajes, vistas marinas, naturalezas muertas, retrato, asuntos históricos, todo enfocado elocuentemente en explorar / aprehender la incertidumbre de su tiempo; él ha practicado los más disimiles códigos expresivos –arte pop, expresionismo abstracto, fotografía, collages, instalación–, hasta hacer de la trasgresión constante del estilo, su marca autoral más distintiva.
Ahora que Richter arriba a su noventa cumpleaños, instituciones alemanas de tres ciudades estrechamente vinculadas a su vida y su obra, inauguraron una serie de exposiciones para honrar su imprescindible legado. Estas muestras –otra confirmación de la autoridad definitiva de este autor en el paisaje artístico contemporáneo– resultan sumamente significativas más allá de exhibir los momentos cumbres del artista: sacan a la luz zonas inéditas y poco conocidas de su trabajo, que contribuyen al conocimiento de su universo creativo y del abrevadero de fuentes que lo nutren.
En Dresde, ciudad natal del pintor, el Museo Albertinum abrió la exposición Gerhard Richter: Portraits, Glass, Abstractions. Desde el 5 de febrero y hasta el 1ro de mayo de 2022, esta muestra, curada por el propio autor en colaboración con Dietmar Elger, director del Archivo Gerhard Richter, propone a los espectadores un recorrido por obras mayormente personales, que develan el entorno íntimo, familiar y creativo del pintor. “Desde la perspectiva del artista, esta exposición es una retrospectiva de sus técnicas de pintura y su mundo pictórico más íntimo, en la que deja de lado, deliberadamente, sus obras políticamente relevantes”, comentó sobre la muestra Kerstin Küster, también representante del Archivo Gerhard Richter.
“Además del autorretrato del artista prestado por el MoMA de Nueva York, pinturas de la esposa de Richter, Sabine, y de sus hijos, Betty, Moritz, Theo y Ella, constituyen el foco principal de la exposición”, se explica en la página oficial de la galería. “Estas imágenes familiares se exhiben en la primera sala junto a paisajes que Richter asocia con recuerdos emocionales. La mayoría de las imágenes abstractas dispuestas en la segunda sala son producciones del período creativo más reciente de Richter, y entre ellas se encuentra la obra de gran formato Abstract Painting, realizada en 2017 y que el mismo artista ha calificado como la última pintura de su carrera. En la tercera sala Richter ha elegido exhibir una selección de su trabajo fuera del campo de la pintura […]”.
En Berlín, la Neue Nationalgalerie tiene en exhibición, por primera vez, los cuadernos del pintor, en una exposición titulada Gerhard Richter: Artist’s Books. Desde el 10 de febrero y hasta el 29 de mayo de 2022, el público tiene a su disposición unos materiales que resultan indispensables para estudiar a profundidad el imaginario de Richter y su proceso creativo; los cuales se presentan, además, acompañados por una selección de grabados poco difundidos, y por la paradigmática obra Atelier, en la que se distingue la fecunda intersección de fotografía y abstracción que ha hecho mundialmente prestigioso a Richter.
Esta exposición, atendiendo a los contenidos de los libros, se divide en tres espacios: The Image of the Artist, The Image of Photography, y The Image of Chance. El primero explora la mirada que el artista ha sostenido de sí mismo y sus esfuerzos por no encasillar su pintura en un único estilo. El segundo propone apreciar las reproducciones fotográficas que Richter solía hacer de sus pinturas, que le servían como material de estudio sobre su trabajo y como soporte para obras posteriores. Y el tercero revela las funciones del azar en su creación. Cuando buscaba nuevos temas para pintar, tomando como ejemplo las composiciones de John Cage y Steve Reich, él dejaba que el azar entrara en juego para “diseccionar y ensamblar textos en libros mediante operaciones controladas o para experimentar con la dinámica de los colores y los patrones en las imágenes”.
En Düsseldorf, donde se encuentra la actual residencia del pintor, la galería comercial Sies and Höke acogió, del 29 de enero al 12 de marzo de 2022, bajo el título Gerhard Richter: Drawings, 1963–2020, una selección de sesenta dibujos que entrega una visión singular de los mecanismos de construcción del artista. A propósito de esta muestra, la página oficial de la galería apunta: “La tensión entre figuración y abstracción, significado y banalidad, que define [la obra de Richter], es igualmente evidente en sus diversos dibujos. También aquí trabaja en contra de las normas pictóricas, mientras que el enfoque sobrio hacia el color en la mayoría de sus dibujos provoca una reducción a lo esencial. […] Richter utilizó el dibujo como espacio de ensayo de ideas y experimentos a lo largo de muchas décadas. Las obras resultantes ejemplifican el proceso de invención pictórica del artista a través de los medios”.
Mientras, el Museo de Arte Contemporáneo K21, de esta misma ciudad, exhibe, desde el 18 de diciembre de 2021 y hasta el 24 de abril de 2022, la muestra Gerhard Richter: Birkenau – Paintings, Drawings, Overpainted Photographs, una retrospectiva que tiene como centro la obra Birkenau Cycle (2014), en la que el pintor resume décadas de investigación alrededor de la representación del Holocausto y la barbarie de los campos de concentración nazi. “No fue hasta Birkenau que Richter encontró un ángulo y una forma definitiva para el problemático tema [del Holocausto]”, se comenta sobre la imprescindible pieza en la presentación de la muestra.
Birkenau Cycle nace de cuatro fotos tomadas por prisioneros del campo de concentración de Auschwitz / Birkenau, las cuales fueron trasferidas a un lienzo para aumentar su escala y, luego, cubiertas con capas de pinturas al estilo característico del pintor. “Las cuatro piezas abstractas [resultantes] se muestran junto a cuatro espejos grises colgados frente a ellas y a las estampas de las fotografías […], logrando una instalación caracterizada por reflejos, referencias y relaciones. Richter hace así preguntas fundamentales sobre las posibilidades y los límites de la pintura y la representación, a la vez que crea un espacio para la reflexión y la memoria”.
Las cuatro exposiciones cubren un amplio periodo de trabajo que va de los años sesenta a la actualidad. Los trabajos recientes son en su totalidad dibujos, formato al que se ha consagrado el artista desde que decidiera dejar la pintura en 2017. El rasgo estilístico más persistente, durante todos estos años, y que las exposiciones visibilizan, es la tensión entre figuración y abstracción. En una pieza como Paisaje urbano, que data de 1968, y que es posible ver en la retrospectiva del centro K21, ya se aprecia esa superposición de ambas tendencias: al fondo del cuadro se observa una ciudad bombardeada y, en primer plano, empastes informalistas que tornan imprecisa la composición. Esta obra es un temprano aviso de la obsesión de Richter por cuestionar, desde la expresión plástica, la posibilidad de representar el horror de la Historia durante el Holocausto.
Richter nace en 1932: crece a la sombra de las atrocidades del III Reich, vive los años de las Segunda Guerra Mundial, y con sólo trece años de edad ve bombardeada su ciudad natal. Tras un primer intento fracasado de ingresar a la escuela de Bellas Artes, pasa sus años de formación como pintor en la Empresa de Publicidad y Anuncios (DEWAG), responsable de la propaganda del gobierno comunista; más adelante consigue comenzar estudios en Dresde, y, ya viviendo en Düsseldorf, en los años sesenta, se matricula en la Academia Estatal de Arte, donde conoce al pintor informalista Karl-Otto Götz, quien influiría considerablemente en su trabajo posterior. Es exactamente en 1961 que, durante una visita a la Ducumenta II, decide escapar de la RDA e instalarse en la República Federal, sobre todo, con el propósito de huir de las imposiciones del realismo socialista. Ese convulso tiempo histórico en que crece Richter, como ser humano y como artista, dejaría una huella profunda en el devenir de su creación.
Alemania celebra los noventa años de este extraordinario artista con toda la complejidad que su creación demanda. Estas exposiciones diseccionan las más variadas y menos publicitadas facetas del Richter y se sumergen en los meandros de su proceso creativo. Resuelven dibujar un mapa que revela sus asideros estéticos, la arquitectura interior de su arte y su auténtica condición de artista de vanguardia.
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