‘Ellas cuentan. Antología de Crime Fiction por latinoamericanas en EE.UU.’, finalista del International Latino Book Awards

Ellas cuentan. Antología de Crime Fiction por latinoamericanas en EE.UU. (Sudaquia Editores, 2019), ha resultado finalista del prestigioso International Latino Book Awards (ILBA) en la categoría Best Collection of Short Stories in Spanish. El título acoge trece voces femeninas de notable repercusión que exploran nuevas posibilidades para la literatura criminal. El certamen, organizado por Empowering Latino Futures (ELF) desde 1998, cada año reconoce el significativo impacto cultural de los autores y las editoriales de la diáspora latina en los Estados Unidos. La ceremonia de premiación de esta vigesimotercera edición de los ILBA se celebrará en línea los días 16 y 17 de octubre próximo y se transmitirá a través de la página oficial del evento.

Editada por Gizella Meneses y Melanie Márquez Adams, Ellas cuentan… llama la atención sobre la reinvención de un género literario, pero, sobre todo, tiene el valor –un gesto notable que estimuló el trabajo de las compiladoras– de destacar la labor específica de las mujeres y la producción artística de una comunidad que todavía sufre los embates de la xenofobia y la segregación cultural. El volumen deviene entonces más que un artefacto literario. Ellas cuentan…, como toda antología, es una estrategia crítica, un mecanismo de jerarquización de autores, un cuerpo que apunta hacia los nuevos sentidos de la literatura criminal emergida de la sensibilidad de las mujeres.

Melanie Márquez Adams, autora de El país de las maravillas: crónicas de mi sueño americano, Querencia: crónicas de una latinoamericana en USA y Mariposas negras: cuentos, comenta a Rialta algunas de las motivaciones que las condujeron a emprender esta antología: “Durante mucho tiempo las mujeres hemos sido relegadas en los espacios literarios y casi siempre somos la minoría en los índices de antologías; sólo para dar un ejemplo: en la antología Latinoamérica criminal (Literatura Random House, 2014) de una lista de trece autores, apenas dos son mujeres. Por eso me emocionó mucho trabajar en este proyecto, una antología de mujeres, editada por mujeres. Me interesaba también descubrir cómo a través de las pautas y la visión del proyecto, se podía animar a autoras de distintas trayectorias y generaciones a que llevasen el género de la ficción criminal a interpretaciones y lugares sorprendentes. Las mujeres que escriben dentro del género de la ficción criminal, por lo general, no creen mucho en la figura del héroe tradicional y creo que esto hace que sus historias se adapten mejor a estos tiempos cínicos y oscuros. Los relatos de las autoras seleccionadas en Ellas cuentan…, mientras livianos en tiroteos, están cargados de violencia emocional. El asesinato es de rigor en el género, por lo que la gente muere a manos de otros –amantes, vecinos, desconocidos– pero el número de muertos tiende a ser bajo. Esto hace que las historias se centren totalmente en ese rompecabezas que nos obsesiona, uno de los grandes misterios de la experiencia humana: ¿Cómo puede un ser humano quitarle deliberadamente la vida a otro?”

Acerca de los criterios bajos los cuales se orquestó la selección, la antologadora apunta: “Las pautas para la convocatoria fueron breves y flexibles. Esto fue intencional porque buscábamos interpretaciones frescas y diferentes de las posibilidades que ofrece la ficción criminal. Mi coeditora y yo contactamos a escritoras que ya habían publicados libros o cuentos en el género de la crime fiction con la propuesta de crear (sus) historias desde una perspectiva que visibilizara o explorara conflictos sociales de Latinoamérica o Estados Unidos. Las autoras tuvieron total decisión y libertad de cómo lograrían ese acercamiento desde su voz, creatividad y estilo propios”.

Justo en la nota introductoria al volumen se insiste en cómo el propósito de la antología fue aunar “varias escritoras latinoamericanas que destacan en el ámbito de la literatura en español de Estados Unidos”, capaces de ilustrar el amplio caudal de posibilidades estéticas que se abre al desafiar “los límites del género”. El resultado condujo a la revelación de una serie de realidades noir en que “se entretejen personajes femeninos transgresores, injusticias sistémicas y conflictos sociales”. De este modo, Ellas cuentan… constata el capital expresivo con que carga todavía la literatura de género; deja ver cómo sus códigos, más que una camisa de fuerza, pueden ser un detonante para la imaginación, y un camino sumamente proteico para escrutar al individuo y los emplazamientos sociales que condicionan su conducta y su ética. A propósito de esto último, Melanie Máquez Adams asegura: “La experiencia de coeditar Ellas cuentan… definitivamente cambió mis expectativas con respecto a la crime fiction. Descubrí un género que otorga un espacio muy interesante para explorar miedos y obsesiones de la vida moderna y del entorno abrumador en que nos ha tocado existir”.

Las autoras que integran la selección –Azucena Henández, Teresa Dovalpage, Anjanette Delgado, Kianny N. Antigua, Dainerys Machado Vento, Margarita Drago, Oriette D’Angelo, Juana M. Ramos, Johanny Vázquez Paz, Cristina Zabalaga, Jennifer Thorndike, y las propias compiladoras–, pertenecen a distintas generaciones literarias, que van de los años cuarenta a los noventa, y tienen ascendencia en contextos nacionales y culturales disímiles que abarcan casi todo el territorio latinoamericano.

Estas distinciones se perciben en la superficie misma de las historias incluidas en el libro, puesto que a menudo alimentan las motivaciones de los personajes y los conflictos en que aparecen insertos. Gracias a la elasticidad del género negro, se despliegan en Ellas cuentan… múltiples caminos creativos que ponen acentos en la construcción de las subjetividades femeninas, en el sujeto como realidad corporal, en las tensiones afectivas entre individuos, en la memoria histórica, en la configuración de ciertos entornos sociales… La antología consigue aunar una sorprendente variedad de escrituras que retan continuamente las expectativas de recepción.

Se trata de un volumen animado por la necesidad de dar cuenta de cierta zona singular y bastante productiva (si nos detenemos a ver la trayectoria de las autoras antologadas) de la literatura en este hemisferio: “Me interesaba indagar cómo esa transnacionalidad de los autores latinoamericanos que vivimos en Estados Unidos, cómo nuestra transgresión de distintos tipos de fronteras y límites –incluyendo aquellos que el canon impone con respecto a los géneros literarios– se podía traducir o reflejar en un texto de ficción en español”, asegura Melanie Márquez Adams. Y, a continuación, enfatiza: “Esta antología busca, también, visibilizar el trabajo de escritoras que están publicando en español con editoriales independientes dentro de Estados Unidos y que no cuentan con gran difusión, que no son parte del mainstream. Siento que se han dado pasos favorables en este aspecto, el más reciente, que la antología quedara como obra finalista en los International Latino Book Awards. Espero que este logro se traduzca en una mayor visibilidad para cada una de las autoras que participan en la antología”.

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