La Muestra Internacional de Pornografías Críticas Excéntrico anunció que realizará, luego de culminada su tercera edición, una “itinerancia virtual” entre los días 14 y 21 de febrero, gracias al apoyo de la Red de Salas de Cine de Chile y su catálogo VOD. El programa en línea posibilitará el acceso, desde cualquier parte del mundo, a setenta y cuatro obras audiovisuales, entre videoclips, cortometrajes y largometrajes, procedentes de diecisiete países.
Bajo el lema “Por una cercanía erótica en tiempos de distancia física”, la iniciativa posibilitará la apertura de la muestra a un receptor global, y la colocará como una opción relevante frente a los espacios mainstream de distribución y consumo de contenido pornográfico, al dar acceso a materiales críticos que se instalan como alternativas a las políticas y los lenguajes del placer heteronormativo.
Creada en Chile, Excéntrico nació con el propósito de “promover la discusión sobre las políticas de producción, representación y distribución de obras cinematográficas que abordan las sexualidades explícitas”; instalado en “el territorio de las pornografías críticas”, apuesta por creaciones audiovisuales “que exploran las políticas del placer, la disidencia sexual y la representación explícita del sexo”. Es una suerte de festival independiente, autogestionado y no competitivo, concebido como plataforma para la visibilización de “obras fílmicas, audiencias, realizadorxs y performers” que procuran hacer frente y trasgredir la hegemonía heteropatriarcal.
La tercera edición del evento se celebró entre las ciudades de Valparaíso y Santiago de Chile del 22 al 29 de enero último. Se exhibieron más de ochenta obras, como parte de una selección en que destacaron las producciones latinoamericanas. Uno de los mayores atractivos del certamen fue el programa Nuevo Porno Chileno, que presentó trece cortometrajes realizados en 2020 y 2021, a través de los cuales se exploraron los vectores de la creación pornográfica en ese país sudamericano. El programa que estará disponible próximamente para su consumo en línea, gracias a la itinerancia virtual de esta edición, se concibió con el objetivo de combatir los prejuicios contra la pornografía, y de ejemplificar, con rigor intelectual, que el sexo es un campo favorable para la inventiva artística y el despliegue de discursos políticos.
Las películas presentes en la tercera entrega de Excéntrico, según los organizadores, ahondan en el porno “como forma de acción política y a la vez como lenguaje cinematográfico encarnado y comprometido para hacer referencia a algunas disputas contemporáneas claves en política sexual: la reivindicación de las prácticas y comunidades BDSM subalternizadas por la moral sexual, las luchas por la descriminalización y el reconocimiento del trabajo sexual, las desestabilizaciones éticas y estéticas del eje/ojo cinematográfico heterocentrado y las herramientas que el territorio pornográfico provee para amplificar la denuncia de gobiernos neoconservadores, neoliberales y necropolíticos en nuestro sur”.
Esas disputas emergen sustancialmente en las obras de cuatro secciones que resultan el plato fuerte de la anunciada itinerancia virtual, diseñadas por curadores internacionales invitados en exclusiva para la tercera edición del evento: “PopPorn: 10 años de resistencia en Brasil”; “Putxs en pantalla: retratos del trabajo sexual en primera persona”; “A contracorriente: fuetazos audiovisuales BeDeSeMeros”, y “Porno heterotraidor: una mirada a placeres hetero-anormados”.
“PopPorn…” fue organizada por Tino Monetti, programador del festival de sexualidades PopPorn de Brasil, para rendir homenaje a ese propio evento, uno de los encuentros de pornografía más significativos de América Latina, consagrado a la promoción de obras que se resisten a una industria modelada por dispositivos excluyentes, interesados sólo en el lucro económico. Los cortometrajes que integran la sección presentan “un panorama de realizadorxs, puntos de vista, lenguajes, formatos y «lecturas» de la realidad brasileña de la última década, desde el ascenso de la iglesia católica a los espacios de representación política, hasta los rituales de desapego al orden sexopolítico en espacios como el carnaval, y prácticas como el teatro y la performance”.
“Putxs en pantalla…”, arreglada por la argentina María Riot, trabajadora sexual y activista por sus derechos, incluye películas que exponen la complejidad humana de las trabajadoras sexuales; obras realizadas para amplificar las voces de estas mujeres, con interés especial en desmontar ciertos estereotipos creados por películas, series de televisión, libros, noticieros u otros medios que han simplificado sus problemáticas cívicas, imaginarios e identidades.
Riot ha comentado que “las historias de nuestras vidas son representadas desde los extremos: la victimización o el glamour, el amor o el odio hacia el trabajo, el sufrimiento o el disfrute. Lo complejo de nuestras vidas queda fuera, tal vez porque no es tan pictórico, porque no cumple con las proyecciones de qué es lo que sucede en los encuentros con nuestros clientes, porque tal vez no quieren aceptar que incluso a veces el trabajo sexual puede ser monótono y aburrido y que nuestras vidas pueden ser tan similares como las de cualquier otra mujer madre soltera que se hace cargo sola de sus hijos”.
“A contracorriente…” corrió a cargo de Oscar David Tamayo, promotor vinculado al Festival BDSM de Bogotá: “Desde los años 2000 y en el contexto latinoamericano, el desarrollo de estas prácticas eróticas ha estado ligado a la emergencia de colectivos y comunidades que han construido lo que llamamos «La Escena BDSM». Una escena compuesta de códigos, protocolos, y un intento aún balbuceante de crear espacios de socialización, reflexión y gestión. […] La pequeña selección que aquí presento, invocando a Sade y a Sacher-Masoch, es la respuesta, subjetiva, accidentada, parcial y muy amañada a la pregunta de cómo se está contando el BDSM Latinoamericano, desde adentro y a contracorriente, por aquellos que suelen autonombrarse ellos mismos como los BeDeSeMeros”.
“Porno heterotraidor…” es resultado del trabajo curatorial de Paula Vidal, fundadora y directora creativa de Excéntrico. Su objetivo al orquestar el programa fue “desafiar una idea todavía vigente en ciertos discursos feministas de que la pornografía sólo pueda ser leída en términos de explotación y violencia hacia la mujer”. Tal desafío lo emprendió, apuntó, “desde los feminismos prosexo y lo que aprendemos de posiciones disidentes no heteronormativas que todavía apuestan por las políticas radicales del placer en el porno”. Su selección problematiza, dijo, “los cánones representacionales y visuales del placer heterosexual”.
Los consumidores de esta tercera edición de Excéntrico podrán ver en línea obras como Fuck the fascism: el cruce de dos mundos (María Basura, 2020), Pikachu vs Piñera (Fernanda Herrada & Vesania Versatil, 2021), Comunicado/Yeguada Latinoamericana (Cheril Linett, 2019), en las que se cuestionan el neoliberalismo y el heterocispatriarcado; asimismo, Decodificando el deseo Vol. 1 (Olympia Loló & Erotida Films, 2021), Tiempo santo (Andrés Valenzuela, 2020), La gata sobre el tejado caliente (Valentina León, 2020), dedicadas a las prácticas BDSM, y Esto es Chile (Colectivo Subporno, 2010) y No pasa más (Edwin Wincy Oyarce, 2015), dos cortos plenamente instalados en el espacio de lo pospornográfico.
Entre los títulos internacionales estarán disponibles, entre otros, Whores on Films (Juliana Piccillo; Estados Unidos, 2019), Raw! Uncut! Video! (Ryan White & Alex Clausen; Estados Unidos, 2021), Captive (Anoushka; Francia, 2021), Urban Smut (Candy Flip, Finn Peaks, Jo Pollux, Katy Bit & Theo Meow; Alemania, 2020), y Une dernière fois (Olympe de G; Francia, 2020).
Excéntrico es un espacio que apuesta por obras que trascienden la acrobacia del coito y la mera excitación para explorar los condicionamientos culturales y la complejidad social del sexo. El espectáculo erótico es concebido en este certamen como un territorio de conocimiento que ilumina perfiles determinantes de los individuos. Uno de sus aportes fundamentales es mostrar que la pornografía puede ir más allá de la redundancia, la mecanicidad y el efectismo del acto físico, y ser un mecanismo efectivo de comunicación e indagación en torno a las sexualidades y las expresiones eróticas de los sujetos. En definitiva, el evento busca mucho más que la simple legitimación cultural de la pornografía; defiende y apuesta por su potencial artístico.
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