‘Hojas de K.’ o de la fragilidad inexpugnable

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Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión
Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión (IMAGEN hojasdek.com)

Cuando el ensayista argentino Luis Gusmán analiza en su libro Kafkas (Edhasa, 2014) el empleo de la inicial K que hace Franz Kafka en sus diarios y novelas, como signo de una identidad sitiada y obliterada por fuerzas sociopolíticas, se pregunta si “la abolición de la identidad del judío ¿es la prefiguración de la posterior eliminación del cuerpo del judío?”.

Refrenda así la perspectiva de la crítica francesa Marthe Robert cuando escribe en Kafka o la soledad (Fondo de Cultura Económica, 1982) que en El proceso y El castillo ocurre una anulación de la identidad: “finalmente solo deja subsistir al hombre reducido a una simple expresión, al hombre verdaderamente sin atributos en quien ya no sobrevive sino el último núcleo de lo humano”.

Póster de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión
Póster de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión (IMAGEN hojasdek.com)

Las identidades y los cuerpos de las mujeres nicaragüenses que la realizadora Gloria Carrión Fonseca resume en la protagonista colectiva de su película Hojas de K. (2022) también han sido víctimas de feroces intentos de suprimirlas, diluirlas en el olvido, desterrarlas definitivamente de la condición humana, descomponer sus humanidades en fragmentos irreconocibles, sin dignidad ni voluntad.

Carrión Fonseca también parece revertir el nefasto sentido de la “K” kafkiana, y la convierte en impugnación simbólica de las pretensiones represivas del régimen de Daniel Ortega. Dota a las mujeres de una identidad colectiva cuyo alegato múltiple pueda conseguir resonancias rotundas en la realidad de su país y resquebraje la hegemonía de sus pretendidos rectores absolutos.

K. también es una identidad que protege, una cápsula fortificada, que no regala ingenuamente los nombres de las perseguidas políticas aún residentes en la nación centroamericana para que no sean nuevamente castigadas, ahora por ofrecer sus testimonios sobre el castigo. Resulta así una negación del silencio con que se ha pretendido borrar de la historia escrita por ellas durante las revueltas populares que estallaron en 2018 contra el régimen de Ortega.

Hojas de K. se inscribe en los predios del “documental animado”, y como parte de la selección oficial en concurso del IV Festival INSTAR estará disponible para los públicos cubanos en la plataforma Festhome desde el lunes 4 hasta el domingo 10 de diciembre, siempre de 10:00 de la mañana a 12:00 de la noche. El martes 5, y también el día 10 de ese mes, se exhibirá en la sede argentina del evento, el Centro Cultural General San Martín, en Buenos Aires, mientras que el miércoles 6 se proyectará en la Zumzeig Cinecooperativa de Barcelona, España. El Laboratorio Arte Alameda de Ciudad de México ha programado también su exhibición para el viernes 8 y el domingo 10 de diciembre.

La estética y modo fílmico del documental animado ha servido como dispositivo ideal para abordar los testimonios amenazados de las víctimas de los totalitarismos contemporáneos, cuyos protagonistas o bien no pueden revelarse para proteger a sus familias y a sí mismos, como sucede con el joven afgano refugiado que protagoniza Flee (Jonas Poher Rasmusen, 2021), o bien huyeron tan desnudos de cualquier tipo de documentación sobre su pasado que requieren una recreación casi total de sus vivencias: así ocurre, por ejemplo, con la artista visual iraní Marjane Satrapi, autora de la historieta Persépolis y codirectora (junto a Vincent Paronnaud) de su adaptación fílmica homónima (2007); con el norcoreano Shin Dong-huyk, sobreviviente de los campos de concentración de la dinastía Kim y protagonista de Campo 14 (Marc Wiese, 2012), o con el cineasta camboyano Rithy Pahn, quien en La imagen perdida (2013) recrea con dioramas su infancia durante la genocida revolución de los jemeres rojos de Pol Pot.

Carrión Fonseca dialoga más directamente con la pauta visual de Satrapi, y apuesta por una visualidad sencilla, casi de garrapato infantil, de aparente factura apresurada, que ayuda a subrayar la urgencia de su mensaje, la premura de sus denuncias. Los planos de Hojas de K. sugieren imágenes esbozadas en la oscuridad de una mazmorra, que serían contrabandeadas al día siguiente más allá de las rejas, hacia el mundo. Las palabras de la protagonista colectiva componen testimonios breves, precisos, en los que se concentra toda la fuerza de un postrer discurso, de una única oportunidad.

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Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión
Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión (IMAGEN hojasdek.com)

Cada palabra puede ser la última, cada revelación puede ser sellada por el final, así que tiene que valer universos. Cada oración debe ser una prueba contundente contra la represión y el abuso. El silencio absoluto acecha a las mujeres que hablan a través de K. Sus cuerpos e identidades se fusionan en una suerte de hidra. Las múltiples cabezas se resisten a ser cercenadas. En caso de que algún testimonio sea mutilado, de inmediato emergerán dos más, para que el clamor no cese.

K. es una multitud presente, atenta, resiliente. Es una letra en que se acomodan todas las frases del mundo, una letra que contiene el sonido de todas las letras, y que abarca todos los abecedarios. Es una espina sangrante que no cesa de molestar a su jardinero verdugo. No cesa de manifestar su existencia, su presencia. La punta no se vuelve roma; el tallo se endurece más y más cada vez.

Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión
Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión (IMAGEN hojasdek.com)

La voz pura y libre, sin una garganta que pueda ser enmudecida, ni una cabeza que pueda ser cortada, ni cuerpo que golpear, ni localización precisa en el espacio, es quizá lo que más aterra a los poderes autoritarios. No les queda más que eliminar el aire para que el sonido no se propague y gane la ubicuidad, o borrar la memoria valiéndose de tecnologías inexistentes.

La omnipresencia invisible de los testimonios resumidos en K. —interpretada por alguien que se identifica con el pseudónimo Kochittacihuatl— y recreados por los ilustradores M455U, The Introvert Bee, los animadores Milo Otz, Lops Llorel y Capi Mart —otros tantos nombres ficticios que protegen vidas amenazadas o familias en peligro bajo las sombras de Ortega— esquiva los golpes, las violaciones y las intimidaciones que sufrieron estas mujeres apresadas durante las manifestaciones de 2018.

El aire y los símbolos no pueden aherrojarse. La fuerza de las tiranías es física, y lo incorpóreo lleva a miñones y esbirros hacia un callejón sin salida. La consabida “fuerza de las ideas” es una imagen muy cara a los aparatos propagandísticos de los sistemas políticos totalitarios; una que no tarda en regresar por sus propias cabezas como un boomerang justiciero. Mientras aumentan la fuerza y el horror represivos, las ideologías opresoras se secan… Sirven de abono a nuevos y opuestos idearios.

Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión
Still de ‘Hojas de K.’ (2022); Gloria Carrión (IMAGEN hojasdek.com)

Mientras más castigados son los cuerpos de los disidentes, más rápido se convierten en territorios fértiles para la germinación del pensamiento emancipador. Su fragilidad es inexpugnable e imbatible, como la breve sílfide de La idea (Berthold Bartosch, 1932), otro clásico del cine y la animación fílmica cifrado en las esencias de legatarios contemporáneos como Hojas de K.

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ANTONIO ENRIQUE GONZÁLEZ ROJAS
Antonio Enrique González Rojas (Cienfuegos, 1981). Periodista y crítico de arte. Textos especializados suyos aparecen en publicaciones como La Gaceta de Cuba, Cine cubano: La pupila insomne, El Caimán Barbudo, Hypermedia Magazine, Altercine (IPS Cuba), Cine Cubano, Esquife, Noticias de Arte Cubano, Bisiesto (Muestra Joven ICAIC), Enfoco (EICTV), la revista del Festival de Cine de La Habana, y otras. Ha sido guionista de varios programas televisivos especializados en audiovisual como Lente Joven, Banda Sonora e íconos del celuloide. Ha integrado jurados de la prensa en eventos como el Festival de Cine de La Habana. Ha publicado libros de ficción y crítica de cine, entre los que se encuentran: Voces en la niebla. Un lustro de cine joven cubano (2010-2015) (Ediciones Claustrofobias, 2016) y Tras el telón de celuloide. Acercamientos al cine cubano (Editorial Primigenios, 2019). Un tercer volumen titulado “Críticas, mentiras y cintas de video” está en proceso de edición.

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