Las veinte películas más vistas de Cine Cubano en Cuarentena en 2021

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Fotograma de ‘Molinas´s Ferozz’, Jorge Molina, dir., 2010
Fotograma de ‘Molinas´s Ferozz’, Jorge Molina, dir., 2010.

El 2021 resultó un año favorable para la escena cinematográfica cubana. Desde el 2020, y aun bajo las lamentables consecuencias de la pandemia del coronavirus, se han estado experimentado radicales transformaciones en las dinámicas que rigen el consumo, la distribución, la producción y el pensamiento de películas y productos audiovisuales cubanos. En este nuevo paisaje, motivado en primera instancia por el impacto del confinamiento, surgió Cine Cubano en Cuarentena, una iniciativa emprendida por el realizador José Luis Aparicio y la poeta Katherine Bisquet, acogida e impulsada por Rialta Magazine.

Consecuente con la dinamización vivida en el presente por la sociedad civil de la isla, esta plataforma independiente se ha propuesto rescatar, promocionar e investigar el cine cubano, construir un nuevo mapa histórico del mismo y contribuir a tender otras miradas sobre el país y su producción cultural. Es así como Cine Cubano en Cuarentena ha emprendido disímiles estrategias para consumar sus objetivos: reseñas críticas, artículos, entrevistas a realizadores imprescindibles de la filmografía nacional y retrospectivas de obras y autores sustanciales –muchos de estos últimos en la diáspora y otros con relaciones tensas con el canon estético privilegiado por los discursos oficiales.

Con todo, quizás su oferta más sugestiva sea el Repositorio de películas cubanas, un archivo audiovisual que está poniendo a disposición de los espectadores obras fundamentales del cine nacional, muchas de ellas escasamente conocidas, sin canales de recepción estables y con una nula circulación en el país. Y justamente, a cierres de este 2021, Cine Cubano en Cuarentena ha hecho pública una lista de las veinte películas más vistas en este Repositorio.

Integrada por filmes pertenecientes a diferentes décadas y a autores disímiles, la selección revela la democrática mirada de la curadoría concebida por los organizadores. Producciones independientes y del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), largometrajes y cortometrajes, ficciones y documentales, autores consagrados y creadores emergentes, realizadores residentes en la isla y otros en la diáspora, filmes experimentales y películas próximas a la narrativa tradicional…, el conjunto evidencia una inclusividad que invita a pensar con una y otra vez la Historia del cine cubano.

Al repasar la lista, sin embargo, llama la atención el énfasis en obras y autores que han permanecido siempre en los márgenes, por su vocación disidente, tanto estética como política. Los consumidores han encontrado ahí miradas que saben enfrentarse a la complejidad de la realidad cubana, sintomáticas de la situación política actual. En tal sentido, Cine Cubano en Cuarentena no ha sido sólo una alternativa frente a las restricciones impuestas por la crisis sanitaria, sino una salida creativa ante la inercia institucional y la ausencia de espacios de visibilización y fomento de estos acontecimientos fílmicos, en su mayoría pertenecientes al ámbito de lo independiente.

Aparecen en la selección, también, filmes importantes para comprender el devenir del campo cultural e intelectual del país, alrededor de los cuales se han desatados polémicas que no acaban todavía. Ese es el caso de los documentales PM (Orlando Jiménez Leal & Sabá Cabrera Infante, 1961) y Conducta impropia (Néstor Almendros & Orlando Jiménez Leal, 1984).

Tampoco es casual que un creador singular como Jorge Molina –director clave del gremio independiente– aparezca en la selección con cinco películas: Sarima a.k.a. Molina´s Borealis II (2014), Molina´s Ferozz (2010), Molina´s Culpa (1993), Molina´s Margarita (2019) y Molina´s Solarix (2007). Este autor resulta incómodo justo por la irreverencia estética de su trabajo, que presenta una visualidad, historias y personajes indiferentes al realismo social característico de la filmografía insular más típica.

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Los documentales presentes de Ricardo Figueredo —La teoría cubana de la sociedad perfecta (2018) y Rojo, Amarillo, Verde (2020)– son asimismo una muestra notable de la frontalidad política con que los artistas desafían/resisten al poder político, filmes que pulsan zonas sumamente frágiles de la Cuba contemporánea. En esa misma perspectiva se mueve otra película incisiva: Los nietos de la revolución cubana (Carlos Montaner, 2010).

En la selección se hallan testimonios electrizantes como En sus propias palabras (Jorge Ulla & Lawrence Ott, Jr., 1980), un filme sobre el arribo a Miami de los cubanos que salieron de la isla por el Mariel; y Por última vez (Lenia Castro, 2012), acerca de la destrucción y el estado de deterioro de los cines de La Habana.

Destacan además audiovisuales como Absolut Art: Hamlet Lavastida (2017) y, del propio artista, La era del carisma (2012), así como el documental homónimo sobre Carlos Huergo de Bruno Decharme. Estos ejemplos explican la inclinación de Cine Cubano en Cuarentena por generar un espacio que dinamite el pensamiento intelectual, que active miradas complejas sobre la contemporaneidad y el devenir de la Revolución, y que desautomatice las concepciones sobre la creación artística insular.

Completan las veinte películas incluidas Belkis Ayón: A Documentary Video Work in Progress (Yoland Skeete-Laessing, 1998), Havana (Jana Boková, 1990), Salut les Cubains (Agnés Varda, 1964), Video de familia (Humberto Padrón, 2001) y Un chino cayó en un pozo (Carlos Alejandro Rodríguez Halley, 2019). La aparición de estas obras en un índice que recoge los filmes “más vistos” demuestra la riqueza de intereses que movilizan a los consumidores, y reafirma la eficacia del proyecto en su intención de ensanchar la concepción misma de lo audiovisual y su acontecer en Cuba.

En medio de unas circunstancias internacionales donde las salas de cine han permanecido cerradas durante largas jornadas, y han abierto en los últimos meses con una considerable disminución en taquilla; donde muchos festivales fílmicos de importancia internacional han debido posponer o cancelar sus ediciones, o ensayar nuevas modalidades virtuales, las plataformas de distribución y consumo en línea han vivido una multiplicación de la demanda. A su vez, han emergido más iniciativas de visualización en streaming, responsables durante este tiempo de mantener a los espectadores cercanos a la creación audiovisual. Cine Cubano en Cuarentena es definitivamente una potente empresa por parte de la comunidad independiente del país, que tiene el mérito de poner a disposición del público un archivo cinematográfico imprescindible, que todavía está por dar sus mejores frutos. El listado de las películas más vistas en 2021 es una evidencia de su éxito.

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