Tristeza, elogio y agradecimiento tras la muerte de Mario García Joya, maestro de la fotografía y el cine cubanos

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Mario García Joya (1938-2023) (FOTO Vía: http://www.ellugareno.com)
Mario García Joya (1938-2023) (FOTO Vía: http://www.ellugareno.com)

El fallecimiento en Miami del fotógrafo y cineasta cubano Mario García Joya (1938-2023) suscitó una profusión de notas tristes, pero sobre todo de elogio y agradecimiento, entre artistas e intelectuales que señalaron sus fundamentales aportes a la cultura de su país.

“Quiero despedir a Mario García Joya con música, a través de su ojo-cámara y de la mano de Sara Gómez en Y tenemos sabor, uno de sus primeros trabajos como director de fotografía en el ICAIC”, escribió el editor cinematográfico Ricardo Acosta, miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, en un post de Facebook que acompañó con una secuencia de la citada película. “Una cámara elegante, precisa, que se mueve con total dominio de los sentidos al compás del alma de la música”.

“Patriarca de la imagen, artista total”, lo definió el veterano periodista cubano Wilfredo Cancio Isla, quien le dedicó un obituario en CiberCuba Noticias: “Cuba ha perdido a un maestro fecundo que registró en imágenes la idiosincrasia del país, su cultura y su gente. Ha muerto el fotógrafo y cineasta Mario García Joya, Mayito, artista excepcional, alquimista de la magia visual de su tiempo”.

García Joya murió el viernes último en su casa de Miami tras padecer, según sus familiares, “una enfermedad neurológica degenerativa”. “Con su muerte, se va el latido de una época, la visualidad que comportó una Cuba épica y convulsa, […] apasionante”, afirmó Cancio Isla, quien recordó que se debe a este artista “no solo una galería imprescindible de rostros y momentos del acontecer cubano, desde Benny Moré a Bola de Nieve, desde Amelia Peláez a Virgilio Piñera, sino también la imaginería de unos 90 filmes, entre ellos, clásicos de la cinematografía nacional y latinoamericana como La última cena (1976), Los sobrevivientes (1978) y Fresa y chocolate (1993), dirigidos por Tomás Gutiérrez Alea”.

La actriz Yvonne López Arenal, su viuda, lo despidió también en redes sociales: “así era él, apasionado en exceso, complejo y muy alegre, así quiero recordarlo…”.

“Poco a poco se van los ojos que nos enseñaron a mirar, a vernos en una foto fija, en una pantalla de cine”, lamentó el cineasta Kiki Álvarez. “Adiós Mayito, Mario García Joya, y gracias por fijarnos en tus fotos, en la eternidad de esa mirada que se queda con nosotros y en Ivonne, tu amada que siempre supo ser y acompañarte hasta el último momento”.

El periodista y narrador Leopoldo Luis García rememoró en Facebook su encuentro con el clásico ensayo fotográfico A la plaza con Fidel: “Extraña fascinación la de aquellas fotos de Fidel en la Plaza. Miles y miles de cubanos colmando la explanada […]. Mario García Joya acaba de morir en Miami, muy lejos de la Plaza y, por supuesto, muy lejos de Fidel”, escribió. “Mayito, la Plaza es un desierto, salvo en el oasis de tus fotos. Al final, qué mierda todo, descansa en paz”.

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Por su parte, la escritora y académica cubana Mabel Cuesta manifestó que la muerte de García Joya clausura, en cierto modo, “un ciclo entero e irrepetible del cine cubano: esplendor, horror ante la inminente decadencia, exilio”.

“Gran fotógrafo, creativo, colaborador, chambero. Tuve el honor de trabajar con él como productor en 3 largometrajes peruanos memorables. Malabrigo, Alias la gringa y Coraje dirigidas por Chicho Durant”, dijo Andrés Malatesta.

A su vez, el realizador, guionista y productor cinematográfico venezolano Atahualpa Lichy compartió en redes una instantánea junto a García Joya y ofreció testimonio de su “gran tristeza” por la partida del director de fotografía cubano: “Mayito era una persona única, un gran amigo, un técnico excepcional, un colaborador formidable”, consideró. “Todos los que hemos trabajado con él lo sabemos, nuestras películas no hubieron sido las mismas, si no hubiera estado Mayito con nosotros. Río Negro le debe mucho. Era el colaborador que, en un rodaje, nunca te decía «no se puede» cual sea lo que le pedías. Te decía «déjame ver» y en unos minutos regresaba diciendo «vamos a hacerlo así»”.

El periodista y escritor Camilo Venegas Yero subrayó que García Joya fue “el lente por el que miraba sus ideas Tomás Gutiérrez Alea”, acaso el autor más influyente del cine cubano; en tanto, el fotógrafo Frank Guiller –en cuyo proyecto Exilio, realizado junto al artista Juan Si González, fue incluido un retrato del fallecido– expresó: “Mayito, siempre serás recordado, espero que nos volvamos a ver… la admiración es eterna”.

Mario García Joya (1938-2023); Miami, septiembre de 2012. Proyecto ‘Exilio’; Juan Si González y Frank Guiller / FOTO: Ulises Regueiro / Vía: ‘El Estornudo’
Mario García Joya (1938-2023); Miami, septiembre de 2012. Proyecto ‘Exilio’; Juan Si González y Frank Guiller / FOTO: Ulises Regueiro / Vía: ‘El Estornudo’

“Un talento y una persona MUY especial para la Historia de la Fotografía en el Cine, y no solo del Cine, si no de la Fotografía en general. […] además de todo lo que he dicho, fue un Ser Humano encantador”, opinó el director de cine Rolando Díaz.

Entre los múltiples adioses de los últimos días, destacan además los del cineasta Fausto Canel, el actor Héctor Noas o la escritora Wendy Guerra: “Cuando supe de la muerte de Mario García Joya sentí que debía escribir sobre su significado para la iconografía del cine y la fotografía cubana. En el peso de esa fotografía aletea con fuerza la conservación de la otra memoria histórica, ese ojo profundo y avisor que nadie nos podrá modificar ni arrebatar”, escribió la autora de Todos se van. “Por eso hoy no solo quiero pronunciar el nombre de Mayito, sino el de María Eugenia Haya, Marucha [quien fuera su esposa y colaboradora]. No los olvidemos nunca como grupo creativo. Ellos tradujeron esa narrativa visual de lo que fuimos a lo que somos, fundaron una nueva manera de contar la Cuba inenarrable, que, como un suspiro, eternizaron con su luz”.

Fuera de los medios cubanos independientes y del exilio, el diario Granma –órgano oficial del Partido Comunista de Cuba– dedicó una tardía y brevísima nota a la vida y obra de Mario García Joya: “Las imágenes de su ensayo gráfico A la plaza con Fidel (1970) reflejó [sic] con alto vuelo estético escenas de las movilizaciones populares de la época”, se lee allí. “A él se debe la dirección de fotografía de obras capitales como Una pelea cubana contra los demonios (1970), La última cena (1976), Los sobrevivientes (1978), Hasta cierto punto (1983), Cartas del parque (1988) y Fresa y chocolate (1993), todas de Tomás Gutiérrez Alea. / Desde finales del último decenio del pasado siglo, García Joya residió en Estados Unidos, donde continuó su carrera en el cine y la docencia”.

La publicación del periódico oficial fue compartida este lunes en Twitter por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y, asimismo, por su presidente, Ramón Samada, con este encabezado: “A los 85 años de edad falleció en Estados Unidos, el pasado fin de semana, el artista cubano Mario García Joya, autor de una obra de obligada referencia en la historia de la fotografía y el cine de la Isla”.

En cambio, la Fototeca de Cuba publicó en redes sociales un sentido adiós: “Hemos sabido la triste noticia del fallecimiento del gran fotógrafo Mario García Joya «Mayito», uno de los maestros de la fotografía cubana y fundador [en 1986] de nuestra institución Fototeca de Cuba, junto a la destacada fotógrafa e investigadora María Eugenia Haya «Marucha». Nos unimos al dolor de todos los fotógrafxs, cineastas, familiares y amigos”.

Así también lo despidieron, por ejemplo, el Museo de la Imagen y el Sonido “Bernabé Muñiz Guibernau” de Santiago de Cuba y la Fundación Mariano Rodríguez.

Radicado desde la década de los noventa en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, Mario García Joya cursó estudios a fines de los cincuenta en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro y, luego del triunfo de la Revolución cubana, ingresó en el recién fundado ICAIC como fotógrafo de documentales.

Piezas suyas hicieron parte del pabellón cubano en la Expo 1967 en Montreal, Canadá, y década más tarde su trayectoria sería reconocida con una beca de la Fundación John Simon Guggenheim Memorial (1992).

García Joya fue además profesor del habanero Instituto Superior de Arte (ISA). En Estados Unidos, fundó el Instituto Cubano Americano de la Cultura.

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