El artista cubano Ramón Alejandro (1943) cumplió ochenta años el pasado 17 de febrero y su vitalidad continúa siendo tan contagiosa como la de sus cuadros. De ahí que la galería Latin Art Core, en Miami, haya organizado una exposición, con piezas antiguas y nuevas, para celebrar por todo lo alto el aniversario de uno de los pintores más importantes del siglo XX cubano. Elogio de los sentidos es el nombre de la muestra que se inauguró este 24 de febrero y estará abierta hasta el 24 de marzo.
En las paredes del espacio cuelgan pinturas realizadas desde finales de la década de 1960 hasta el año actual. Algunas de las más recientes, fechadas entre 2022 y 2023, retoman motivos figurativos de sus pinturas más conocidas, como las máquinas o posibles vimanas (palacios voladores de la mitología hindú) y las frutas tropicales que, más que apetecibles, parecen querer devorar a quien las mira o, por lo mínimo, que abrirán un ojo de un momento a otro. Están vivas.
En su octava década de vida, para Ramón Alejandro, artista de formación autodidacta y amante del arte clásico, lo más importante continúa siendo contar algo a través de las pinturas. Representar los retazos de vida que quedan instalados en su cuerpo y su memoria. ¿Qué termina contando? Más allá de las interpretaciones de los críticos (entre ellos, Roland Barthes), no sabemos bien.
Pintar es un proceso bastante inconsciente para el artista, según reconoció en una entrevista reciente a propósito de este evento en Latin Art Core. Sus obras son en todo caso “una profusión desorbitada de símbolos inconexos”, ha escrito, por su parte, el crítico cultural y profesor Alfredo Triff.
Si el artista está seguro de representar algo, eso es “la euforia del vivir que a veces de tan fuerte se siente que duele en el pecho. La exaltación de la pulsión de vida que sostiene al universo, su fuerza descomunal, es eso lo que yo quiero pintar. Eso es lo que yo llamo el Misterio”, según lo ha citado Rafael Diaz-Casas, crítico de arte cubano afincado en Nueva York y autor de las palabras del catálogo de Elogio de los sentidos.
Esta es la cuarta exposición de Ramón Alejandro con Latin Art Core, que lleva años promoviendo el trabajo del artista al interior de la comunidad cubanoamericana en Estados Unidos y no solo.
Ramón Alejandro comenzó a pintar en los años sesenta tras abandonar Cuba. Experimentó con el grabado y la escultura hasta decidirse por la pintura y el dibujo de manera más consistente. Durante los sesenta y setenta, cuando intentaba abrirse paso en la escena parisina del arte, entabló sólidos contactos con figuras claves de la intelectualidad y el mecenazgo francés. También sostuvo vínculos imprescindibles en su vida con intelectuales cubanos exiliados en París, como el cineasta Néstor Almendros (1930-1992), el escritor y poeta Severo Sarduy (1937-1993) y el pintor Jorge Camacho (1934-2011).
Ha desarrollado casi toda su obra en París, adonde se mudó permanentemente en 1963, luego de viajar por Brasil, los Andes australes, la Patagonia, Marruecos, Egipto, entre otros lugares, en búsqueda de su propio camino artístico. En 1995, se trasladó a Miami donde ha vuelto a encontrar la vegetación, el clima y los paisajes más cercanos a sus recuerdos de infancia.
