Homenaje a Servando Cabrera por el centenario de su natalicio en NG Art Gallery de Panamá

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Vista de la exposición ‘Desde mi isla’. Foto: NG Art Gallery.
Vista de la exposición ‘Desde mi isla’. Foto: NG Art Gallery.

Para celebrar el centenario del natalicio de Servando Cabrera Moreno, uno de los grandes maestros del arte cubano del siglo XX, el espacio expositivo NG Art Gallery, en Panamá, inauguró este mes una muestra dedicada exclusivamente a la obra del pintor isleño.

Desde mi isla forma parte de una serie de eventos internacionales que celebran el centenario del natalicio de Servando Cabrera”, especifican los organizadores. “La exposición recorrerá toda la vida del artista y sus diversas etapas creativas […] se reúnen obras de la colección del Museo Biblioteca Servando Cabrera Moreno y de la Fundación Los Carbonell, dos de las colecciones más importantes [del pintor] en el mundo. A la celebración se unirán de forma paralela el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá y el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba con otras exposiciones del artista.”

Ya en 2018 esta destacada galería panameña había abierto una muestra antológica del autor cubano con el título Sin embargo es la vida, que proponía un escrutinio de las diversas estaciones atravesadas por el credo estilístico de Servando Cabrera.

La propuesta actual, curada por el prestigioso crítico e historiador del arte Gerardo Mosquera, congrega más de 5 mil trabajos del autor, entre dibujos y pinturas, para volver a llamar la atención sobre la singularidad de su voz, el paisaje temático que desplegó durante su carrera, así como las claves y códigos estéticos en que se expresó. Desde mi isla llega como parte de un homenaje que incluirá presentaciones de libros, conversatorios, entre otras actividades consagradas a posicionar al pintor en la geografía latinoamericana, destacar los valores de su producción y apreciar mejor su impacto en la cultura cubana.

Vista de la exposición ‘Desde mi isla’. Foto: NG Art Gallery.
Vista de la exposición ‘Desde mi isla’. Foto: NG Art Gallery.

Cuando triunfa la Revolución Cabrera Moreno ya era un creador resuelto, con un inapreciable dominio de la pintura como género, y unas dotes excepcionales como dibujante. Al arribar los años sesenta participó de la tendencia a registrar estéticamente ciertos índices del cambio social que tenía lugar en la isla por esos días. Los macheteros, milicianos, jinetes, obreros y soldados representados por el artista aparecieron en elaboraciones simbólicas y visuales distintivas de su particular autoría, que dejaba apreciar entonces un imaginario muy personal y una aguda asimilación de las facultades del cubismo, la abstracción expresionista y la nueva figuración.

Pasado unos años, hacia finales de esta década, el artista arriba a su periodo creativo más relevante, cuando comienza a desarrollar sus cuadros y dibujos eróticos. Esos lienzos donde despliega su poética de los torsos y del cuerpo entregan a un Servando Cabrera íntimo y subjetivo, dueño de un sello visual más estilizado y menos sujeto a referentes plásticos. Esas obras desprenden una vitalidad y una singularidad que fija la trascendencia de su autoría. Por supuesto, esa libertad creativa que se permitió durante aquellos años hizo de él un revolucionario en el país de “la Revolución” y en consecuencia experimentó el autoritarismo del poder político. Los cuadros eróticos abrían el camino a su imaginario sexual justo cuando el gobierno se proyectaba con más violencia hacia la homosexualidad.

Nacido en 1923, en la capital cubana, Servando Cabrera estudió en la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, de la que se graduó con honores. “En 1943, expuso su primera muestra personal, Retratos al carbón, en el Lyceum y Lawn Tennis Club de La Habana, una de las mejores galerías del país en la época; y, al año siguiente, obtuvo el Primer Premio en el Primer Salón de Otoño. En 1946, cursó estudios en The Art Student’s League de Nueva York y posteriormente, en 1949, en la Académie de la Grande Chaumière de París […]”, destaca la página oficial de NG Art Gallery, en un breve repaso de su biografía profesional que deja constancia del rápido reconocimiento que alcanzó el artista.

“En 1951, participó en la I Bienal Hispanoamericana de Arte en Madrid y al año siguiente en la XXVI Bienal de Venecia. Formó parte además de grandes muestras colectivas, como fue Tendencias (Madrid, 1953), junto a Antonio Saura, Edgar Negret y el cineasta Carlos Saura, entre otros; y la exposición Arte fantástico, organizada por Antonio Saura en la galería Clan de Madrid junto a reconocidos artistas como Alexander Calder, Joan Miró, Antoni Tàpies, Modest Cuixart, Pablo Picasso y Jorge de Oteiza”, amplía la nota de la galería.

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Vista de la exposición ‘Desde mi isla’. Foto: NG Art Gallery.
Vista de la exposición ‘Desde mi isla’. Foto: NG Art Gallery.

En 1956 y 1961, tuvo muestras personales en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y para 1969 uno de sus cuadros ganó la primera mención en el VIII Premio Internacional de Dibujo Joan Miró. El trabajo que desarrolló durante estos años, “lo consolidaría como un pionero indiscutible del arte erótico y homoerótico en Latinoamérica y en el mundo”.

Desde mi isla tiene justo en la presentación de estas últimas obras del pintor “una de sus mayores revelaciones”, según confesó Neida Peñalver, especialista del Museo Biblioteca Servando Cabrera Moreno, a La Estrella de Panamá. Era un pintor adelantado a su época. “Ahora tiene mucha vigencia en los discursos contemporáneos [de] la pintura, sobre todo, pero también en otros discursos sobre equidad y derechos para todas las personas […]”

Sin dudas en estas obras el autor consumó una extraordinaria representación del lugar del cuerpo y del deseo en el sujeto, la que resulta especialmente reveladora para los estudios cuir y sobre las diferencias. Pero también, en esas imágenes, sus reformulaciones de la nueva figuración, su sólido y expresivo dibujo, su sensual paleta de colores, encontraron su más acabada forja.

Como muchos colegas suyos, Servando Cabrera acabó sus últimos días confinado en su hogar, víctima de la intolerancia del poder revolucionario. Murió en 1981 en La Habana. Su obra es hoy reconocida como una de las producciones más contundente de su tiempo, no sólo en Cuba, sino también en Latinoamérica. La exposición que acoge ahora NG Art Gallery hasta el mes de junio, es una celebración a su trayectoria y una evidencia del eco de su sensibilidad plástica en el presente.

 

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