Hace varias semanas tropecé por casualidad en la página de Facebook del vocalista de Porno para Ricardo, Gorki Águila Carrasco, con el afiche titulado Un bache que siempre debe evitarse. Tuve un déjà vu de esos que dan dolor de cabeza. Algo me decía que estaba ante un hallazgo artístico.
Lo compartí en mi página de Facebook apurando el siguiente párrafo:
Me gusta este póster de Gorki Águila. Texto de humor inteligente realizado con economía y concepto. Encaja en una Cuba de los setenta tempranos donde esta imagen y texto son IMPOSIBLES. No hay Photoshop (la realización de la hoz y el martillo es algo cruda). Se percibe un estilo europeo del este, por el auto tipo Yugo. Pop sin psicodelia. Ni collage ni caricatura, ni letra a mano alzada (elimino la escuela polaca). Tampoco fotomontaje ni tipografía suiza. El naranja/negro en positivo/negativo es sobrio para esa década maximalista de los sesenta. Le apuesto a un juego posmoderno de siglo XXI clandestino, desde Cuba. De ser miembro de un jurado internacional le daría el mejor premio en la categoría de Afiche Anticastrista.
Busqué en el muro de Facebook del músico, donde aparece una larga serie de afiches en la sección de fotos. No encontraba un hilo para establecer autoría específica. ¿Quién era el diseñador? Le pedí a una amiga de ambos que averiguara. Fue entonces que supe que el autor era el propio Gorki. ¿Por qué no me di cuenta antes de la firma? Descubrí comentarios breves al margen del póster: “El bache más grande de la historia. Pensar como país es pensar en un bache grande, grande. Mejor pienso como municipio”.
La explosión creativa de Gorki Águila parece comenzar a principios de 2020. Secuencia cronológica aparte, la serie de trabajos del muro ofrece la rara oportunidad de presenciar el desarrollo estilístico de un diseñador con futuro. Está claro que Gorki está informado de las tendencias y técnicas del diseño moderno. Resalta la capacidad de síntesis, habilidad arcana de plasmar la realidad del día a día del cubano de a pie.
Entre paréntesis: ¿existe el afiche anticastrista como estilo? Parecía imposible en una Cuba con sesenta años de totalitarismo. Ahora irrumpe el trabajo de Gorki Águila que pareciera ínfimo, comparado con dos décadas (1960-1980) de auge del póster político cubano-comunista. Pero no olvidemos que la bonanza del diseño gráfico de la época tricontinental se mantuvo gracias al dinero por tubería que el régimen cubano recibía de la URSS. Tiempo al tiempo, que dirá la última palabra.
Los trabajos de Gorki Águila que presentamos aquí no están hechos con Photoshop, el estándar de la industria. La realización consiste en un smartphone con SketchBook, programa rústico bajado de la Internet.
Pensamiento fijo presenta la sección anatómica de una cabeza humana. Un absurdo. La cavidad bucal no baja (vía esófago) al estómago, sino que sube (vía médula espinal) a un aparato digestivo. ¿Pensar es digerir? El mensaje es de carencia fisiológica: HAMBRE (no hay comida en el estómago). Se destaca el acople de idea e imagen tan importante en el diseño. Lo que el diseñador Paul Rand llamaba fitting. El título no debe ser obvio; tampoco tan difícil que el mensaje se diluya. Pensamiento fijo es anillo al dedo. Le llega al cubano de a pie: “pon tu pensamiento en mí”, “anda pensamiento mío”, “pensamiento martiano” y estómago vacío. Al margen un comentario de Gorki: “Hago cola, luego subsisto (inconsciente asintomático colectivo)”.
El diseño gráfico tiene un legado complicado en la historia del arte. Pesa la consabida distinción estética entre arte y diseño. Arte comprende la pintura y la escultura; diseño es todo lo demás. Se alega que el diseño gráfico es presa del branding, lo que críticos como Michael Bierut han llamado “camuflaje para ideas mediocres”.
Dar forma precisa a la idea no se aprende en la escuela. La competencia interna de la profesión impone una férrea división del talento. Aparecen el diseñador nato y el diseñador común. Gorki Águila es diseñador nato. Su fuerte es el póster sociopolítico, un género nada fácil. Hay demasiada corrección política de insufrible petulancia, trampa que Gorki soslaya porque sabe reírse de la tragedia.
El vocalista de Porno para Ricardo tiene humor para dar. Queda claro en su música, las letras de sus canciones y su desfachatez performativa ante la chealdad castrista. Humor que es observado en un párrafo de Enrique del Risco, otro experto humorista:
Gorki es uno de los cantantes cubanos más controvertidos del momento. Justo por su naturaleza controversial, algunos le niegan la condición de cantante y otros hasta su pertenencia al orden de los vertebrados. Su fama viene de haber sido el primer músico cubano en incluir un órgano sexual masculino en el estribillo de una de sus canciones, con el resultado de que la canción contiene más genitales masculinos que un museo de arte griego.
Gorki es un punk que escandaliza. Diógenes el cínico era un punk de la Grecia antigua que de conocer a Gorki coincidiría con Enrisco.
Cómo titular una pieza es una empresa que muchos intentan y la mayoría yerra. El título nombra y, al hacerlo, debe abrir la puerta al asombro. “Sólo el socialismo salvará al mundo” es frase común (aparece en cualquier tratado marxista-socialista del siglo XIX y XX). ¿De qué lo salvará? De un dolor de cabeza. ¡Qué ironía que para evitar esto último la figura vestida de negro se apreste a perder la suya!
Dos viejos virus es una imagen implacable, no vista antes. El nuevo Covid ya se puso viejo como el hombre nuevo que nunca lo fue, no es un fragmento para leerse. Debe perrearse a garganta partida, acompañado de una guitarra Venture II con distorsión y un Marshall 1960 con 300 vatios de salida. Es diseño punk gorkiano.
Coma exhibe humor rayando en la abstracción. Abajo, al centro, aparece la palabra coma encerrada en un cuadrado negro. Simbólicamente el póster implica COMA Y PUNTO. Hay coma de comer, coma de estado de coma, coma de punto y coma. Gorki apunta: “Detenidos en la coma por más de 61 años. Es lo que hay. No hay más na, punto”.
En Hambre endémica hay una constante que es la degradación paulatina de la función del tenedor (utensilio oriundo del Imperio Bizantino). Un tenedor de cuatro dientes, cada uno más corto que el siguiente, indica tres etapas de hambruna, la siguiente peor que la anterior. Pero el diente de 2020 tiene la punta mellada, imposibilitando la función del utensilio, so pena de desgarrar la cavidad bucal. El cubano famélico de 2020 deambula, de cola en cola, en la finca de los Castro. El afiche ejemplifica lo que Otto Neurath, fundador del método vienés estadístico, denomina “representación gráfica del hecho social” (se estudia bajo la rúbrica de educación visual).
Hambre sistémica usa un ardid que recuerda el conocido póster de George Lois (1969), con Andy Warhol ahogándose en un remolino dentro de una lata de sopa de tomate Campbell. La diferencia en este caso es que el cóncavo de la cuchara es un agujero negro que traga la silueta humana. HAMBRE ilustrada con tres elementos: cuchara, silueta y tipofaz.
Limón por pollo por pescao es una coña que parte de una reunión del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel con otros ministros del país donde declara: “La limonada es la base de todo. Tú a una base de refresco de limón le echas cualquier otra cosa y es un refresco, eh, eh, súper agradable”. Basado en el episodio, Gorki presenta un dibujo de una figura poliforme, cuerpo y cola de limón, patas de pollo y cabeza de pescado.
Fascistas es impecable en su síntesis. No recuerdo haber visto la hoz y el martillo dibujando jamás la cara de Adolf.
Al toro por los cuernos lleva mensaje polivalente. Por un lado, está el dicho redicho. Por otro, la hoz y el martillo, pictograma favorito constructivista –y de Gorki también–. Este toro no es un toro cualquiera. No con fuerza se le doma sino con maña; la de Hércules en su séptimo trabajo que a cada cubano le toca.
Del lobo la cabeza presenta una solución gráfica que requiere un poco de historia. Hasta bien entrado el siglo XIX el diseño gráfico consiste en un balance predecible entre forma y contenido. A partir de las vanguardias del siglo XX, la forma evoluciona y comienza a jugar con ella misma, dejando el contenido detrás. Comienza entonces un juego donde el contenido persigue a la forma. Es el caso del afiche aquí arriba. Observamos un trampantojo con dos siluetas en rojo y negro. Si enfocamos la vista en el lobo, perdemos la clave. La boca abierta del lobo no es una boca. Gorki añade: “Un pelo no me interesa”. Humor lúcido.
Totalitarismo/Burocracia tiene su moña en la forma que expresa el contenido. Dos palabras forman la t: totalitarismo (en la tilde) y burocracia (en el asta). La bala/sujetapapeles presilla la t (hay burocracias que no son totalitarias, esta sí). El subtítulo expande la idea: “Un país atrapado en una cotidiana muerte… el individuo está indefenso ante la maquinaria aplastante de una tiranía”.
Llama la atención el tipofaz de bloque cuadrado de Mente enferma, que recuerda el trabajo de Richard Harlfinger para la Secesión de Viena de 1913. El virus emula la actividad sináptica y enferma la mente. Es la tesis de William Burroughs en el libro The Electronic Revolution. Pero Gorki vira el mensaje al revés. “¿Qué enferma la mente?”
La respuesta sigue abajo, con dos afiches ejemplares de ideología gráfica.
Poli-saturado es precisamente el momento que vivimos todos. No se espera que sea Gorki desde Cuba quien nos ofrezca una clase de política internacional. La Covid-19 funciona además como instrumento de desinformación y coerción de libertades. ¿No resulta claro que el bombardeo mediático diario sobre la pandemia es una forma de polisaturación inducida?
Hacer más con menos watts es un divertimento que muestra el Gorki calamburista. ¿Cómo ilustrar el absurdo económico del castrismo y sus consabidos apagones? Dos bueyes enyuntados llamados a producir el equivalente energético de dos bombillas ahorradoras de energía. Dice Gorki al margen: “La economía del más con menos, o más o menos una economía, ahí sin economía. Dos bombillos ahorradores equivalen a una yunta de bueyes de 5 watts y a una fosforera rellenable de 5 miligramos de gas licuado. Whats?”
La bronca de Gorki con el coma-andante, mencionada al principio, continúa, pese a la muerte del susodicho (el castrismo ni empezó con Castro ni terminará con su desaparición física). El título del póster, Pero sin embargo tenemos bloqueo, resulta obvio para cualquier cubano. La imagen es simple y contundente. El dictador tiene cabeza de bloque de concreto. Los huecos del bloque nos recuerdan los espejuelotes tipo Gerry que el dictador usara durante los años sesenta y setenta. ¿Recuerdan el dicho “cabeza de ladrillo”? Apuesto que esta pieza le agradaría mucho a John Heartfield, maestro del fotomontaje político.
Por último, presento el lado testimonial de los afiches de Gorki a través de esta serie que pide por la liberación de los presos políticos. El cambio estilístico responde a la urgencia del mensaje. Ahora es el rostro en primer plano el que dice la verdad. Sólo comentaré el primero.
Fue Moholy-Nagy, pionero del póster vanguardista, quien bautizó al fotomontaje como “mecanismo de la verdad”. Gorki presenta una foto de la cara del activista Portal y la divide en cuatro partes, nublando el lado del ojo tuerto del mismo (destrozado por una patada propiciada por un agente de la Seguridad del Estado). Se trata de una solución ingeniosa que resalta la dignidad del ser humano sobre el daño físico. La realización del trabajo es impecable.
Todos ustedes con su extravagancia mental deben dedicar un poco de tiempo a la escuela artistically de Rosemberg. Les ampliara su mas gris.
F. Martínez, ya tomaré un día clases contigo de «Rosemberg». Gracias.