Gal Costa, una de las voces más queridas de la música brasileña, ha muerto a sus 77 años en São Paulo, informó el equipo de prensa de la artista. La causa de su fallecimiento no ha sido divulgada.
La cantante había cancelado un espectáculo en São Paulo, apenas el fin de semana pasado, porque se estaba recuperando de una cirugía para extirpar un nódulo en una fosa nasal. La artista tenía previsto dar una gira por España a finales de este año.
Gal Costa fue una de las máximas representantes del movimiento tropicalista brasileño, al que también pertenecen músicos reconocidos internacionalmente como Caetano Veloso, Gilberto Gil y Maria Bethania. Junto a ellos tres conformó la agrupación Doces Bárbaros, a la que se unió antes de cumplir los veinte años. Desde entonces, nunca dejó de experimentar con diferentes estilos, ritmos y géneros.
“Muy triste e impactado por la muerte de mi hermana Gal Costa”, escribió en sus redes sociales Gilberto Gil.
El presidente recién electo de Brasil, Lula da Silva, reaccionó en Twitter frente a la pérdida de Gal Costa: “fue una de las mayores cantantes del mundo, una de nuestros principales artistas que llevó el nombre y los sonidos de Brasil por todo el planeta. Su talento, su técnica y su audacia enriquecieron y renovaron nuestra cultura, sacudieron y marcaron la vida de millones de brasileños”.
Sobre uno de sus álbumes tardíos, Nenhuma dor (Sin dolor), publicado en 2021, que incluye diez dúos que versionan canciones grabadas por ella entre 1967 y 1981, periodo en que Brasil vivió bajo dictadura militar, la cantante afirmó a El País (en febrero de 2021): “Es importante que estas canciones se escuchen, porque parece que la gente no cambia. Siguen siendo los mismos, la militancia, la inconstancia, la falta de una visión más abierta del respeto a los demás, a las diferencias. Todo esto lo evidencian ahora los medios digitales. Hay mucho veneno, mucha maldad. La gente está demasiado tensa, demasiado vigilante, todo el mundo mira y condena a todo el mundo. Brasil necesita elegancia y pureza”.
Ante la victoria de Lula da Silva y la derrota del actual, mandatario Jair Bolsonaro, la cantante había publicado el 30 de octubre pasado en sus redes sociales: “El amor vence al odio”.
Jéssica Tamyres Dos Santos, periodista de Ponte Jornalismo, dijo a nuestro medio: “La música de Gal Costa es poderosa y su voz es muy llamativa, inconfundible. Una gran parte del país la recordará cantando «Brasil». Pero hay una canción suya que se llama «Vaca profana», que me encanta y resume la mujer y la artista que Brasil y el mundo han perdido. Los primeros versos dicen: «Respeto mis lágrimas y aún más mi risa. Inscribo, así, mis palabras en la voz de una mujer sagrada»”.
“«Vaca Profana» es sobre el amor propio. Sobre no ser estático. Sobre ser un choque subversivo feminista. Como era Gal. Siempre nos sorprende. Incluso en su partida. Por sorpresa, impactante, en su mejor momento (lo estaba)”, comentó Midiã Noelle, periodista y estudiante de historia, de Bahía, de Salvador.
Gal Costa nació en Salvador de Bahía, en 1945, bajo el nombre de Maria da Graça Costa Penna Burgos. Su primer álbum como solista salió a la luz en 1969 con el título de Gal Costa, y el segundo vino ese mismo año, Gal. Empezó grabando temas inéditos de Caetano Veloso y Gilberto Gil.
Esos años serían la antesala de su explosión, en los setenta, como una de las voces más reconocidas de la música popular brasileña. En los noventa entró al mercado internacional con canciones como “Que pena”, que cantaría también, entrañablemente, con Veloso, uno de sus compañeros musicales de toda la vida.
Entre los 40 discos que grabó durante su extensa trayectoria, algunos de los más escuchados son Fa-tal, India y Profana. Su última grabación original fue en 2018, A pele do futuro (La piel del futuro). En estos años venía colaborando con artistas jóvenes de la escena musical brasileña; un ejemplo de su renovación constante como artista y de su atención desprejuiciada hacia nuevas formas de hacer música.
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