El pasado 29 de agosto, en la calle Coelho da Rocha del barrio lisboeta de Campo de Ourique, abría sus puertas al público, después de varios años de profundas reformas arquitectónicas, la casa museo de Fernando Pessoa, en el edificio donde se encuentra el apartamento en que el poeta residió de 1920 a 1935.
Con ocasión de esta reapertura, la Casa Pessoa, una institución dedicada a preservar y divulgar la obra y la memoria de uno de los autores más originales e influyentes de la literatura del siglo XX, ha preparado una ambiciosa exposición de larga duración que se divide en tres grandes bloques temáticos: el primero está dedicado a los heterónimos, esos autores ficticios en los que Pessoa proyectó las distintas facetas de su carácter y su estilo literario, y además exhibe una serie de representaciones plásticas de ellos, debidos a importantes artistas portugueses.
El segundo bloque de la muestra está constituido por la biblioteca particular del poeta, declarada patrimonio nacional de Portugal y compuesta por los libros –también gratuitamente accesibles en línea, después de un meticuloso y largo proceso de digitalización– que fueron propiedad de Pessoa y que exhiben interesantes marcas, anotaciones e incluso alguna composición poética pergeñada en los márgenes de una página.
Según palabras de la académica Clara Riso, directora de la Casa Pessoa, “la biblioteca que perteneció a Pessoa –los libros que compró, recibió de amigos, leyó y anotó profusamente– constituye el mayor tesoro de la Casa: cerca de 1 300 títulos, más de la mitad en inglés […] La Casa Pessoa es originalmente un espacio de y para la lectura: un espacio que nace del interior de los libros, que suscita preguntas como: ¿qué libros leyó Pessoa?, ¿qué autores eligió?, ¿cómo se pueden ver sus marcas en su escritura?”.
Por último, es posible visitar una reconstrucción del domicilio en que Pessoa vivió primero con su familia y luego, en sus últimos años de vida, en solitario. Allí se exponen muebles originales, objetos personales y documentos que hablan no sólo de la vida y la obra del poeta portugués sino de la escena cultural de la Lisboa de los años veinte y treinta del siglo pasado.
El domicilio se encuentra en el apartamento original que ocupó el poeta, dentro de un edificio que desde los años noventa está íntegramente ocupado por la Casa Fernando Pessoa y que incluye, además de las salas de exposición, un auditorio, una sala multimedia y un centro de investigación sobre poesía que contiene una nutrida biblioteca crítica sobre la obra de Pessoa, además de un banco de grabaciones de audio con la voz de poetas de todo el mundo.
“Memoria, crítica literaria, lectura, hogar son las palabras claves de nuestra exposición de larga duración. Nuestro objetivo es dar a conocer a Fernando Pessoa de manera más abarcadora, íntima, accesible y participativa”, dicen los organizadores de la exhibición, y añaden que, además del conocimiento sobre Pessoa en particular, buscan al mismo tiempo “promover la palabra, el poder de la literatura, los efectos de la lectura”.
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